El Zoo de Barcelona remonta en visitantes y socios

El Zoo de Barcelona cierra su temporada de verano con buenas cifras: crece en visitas respecto a los dos años anteriores. Con más de 180.000 visitantes desde la finalización del curso escolar, se confirma la recuperación del centro después del cierre por la pandemia de Covid-19 y varias temporadas de tendencia descendente.

Sube también el número de nuevos socios del Zoo Club, el carné que permite visitar el Zoo tantas veces como se desee durante 12 meses y que ofrece ventajas y descuentos. De junio a agosto se han dado de alta 3.097 personas, frente a las 579 del verano de 2019. Y desde el pasado mes de enero son ya 7.593 las nuevas altas. A día de hoy, el club del zoológico cuenta con 80.599 miembros, 26.000 más que hace tres años.

Según la tercera teniente de alcaldía y presidenta de la Fundación Zoo, Laia Bonet, estas cifras reflejan "la buena acogida que han tenido entre el público familiar las novedades presentadas los últimos meses y que se enmarcan en el nuevo modelo de Zoo”, la hoja de ruta aprobada el pasado 2019.

Entre las novedosas ofertas del centro destaca el "Espacio Invertebrados", una nueva instalación del Zoo dedicada a animales carentes de vertebras y que "no suelen estar representados en los zoos". Desde su inauguración el pasado junio, según Bonet, "el espacio ha recibido 87.940 visitantes”. El mismo mes de junio también se estrenó el nuevo Pasaporte de Natura, un documento con el formato de un auténtico pasaporte que permite a los miembros del Zoo Club participar, durante todo el año, en una serie de actividades relacionadas con la biodiversidad y su conservación. La primera de estas actividades, “Al descubrimiento del Zoo”, animó a más de 1.400 participantes. Pronto se programará la segunda, titulada “Primates y humanos, primos hermanos”.

Realidad del día a día

Durante los días de verano se han realizado, además, una serie de actividades abiertas al público general permitiendo acercar a los visitantes la realidad del día a día del Zoo. Entre ellas, la que más entusiasmó al público, según afirma Bonet, han sido los nuevos encuentros con cuidadores y cuidadoras que explican a los visitantes las curas y la atención que reciben los pingüinos y los leones marinos. Y, un año más, los casales de verano del Zoo han mantenido su alto grado de ocupación, agotándose las plazas a las pocas horas de abrirse las inscripciones el pasado 9 de mayo. Entre junio y agosto han participado 934 niños y niñas.

Nuevo modelo de Zoo

Los trabajos de mayor impacto como el derribo del antiguo Aquarama, según la presidenta de la Fundación Zoo, se alargarán hasta el mes de noviembre. Las tareas del mes de agosto se han hecho garantizando "el mínimo impacto acústico y ambiental y el bienestar de todos los animales del Zoo", señala. En el espacio que quede libre se ubicará una reserva de animales, que estará lista el verano de 2024 y que irá acogiendo las especies del Zoo que, provisionalmente, se vean afectadas por las obras de mejora previstas para los próximos años.