Movilidad sostenible

Colau se compromete a facilitar y unificar la logística de los bicibús de Barcelona

Los impulsores de la iniciativa y el consistorio pactarán un protocolo para que todas las líneas ciclistas hasta el cole funcionen igual en todos los distritos

El bicibús de Sarrià-Sant Gervasi, este viernes, avanzando por Via Augusta

El bicibús de Sarrià-Sant Gervasi, este viernes, avanzando por Via Augusta / FERRAN NADEU

Carlos Márquez Daniel

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Recibimiento al más alto nivel en el Ayuntamiento de Barcelona a los impulsores del bicibús en la ciudad. En junio pidieron a la alcaldesa que creara una mesa de la movilidad escolar en bici y este martes se ha celebrado la primera reunión, presidida por Ada Colau pero participada también por los tenientes de alcalde de Urbanismo, Seguridad y Movilidad, Janet Sanz, Albert Batlle y Laia Bonet, respectivamente. También estaba el concejal del Eixample, Pau González, además de varios técnicos municipales, entre ellos el arquitecto jefe Xavier Matilla, el gerente de Infraestructuras, Manuel Valdes y el director de Movilidad, Adrià Gomila. La primera toma de contacto ha culminado con deberes a un mes vista: crear un protocolo para facilitar y unificar los bicibús de toda Barcelona.

Los bicibús vuelven a la carga este viernes tras el parón veraniego. En total serán 11 líneas las que como mínimo un día a la semana recorrerán las calles camino de la escuela. Las de Sarrià, desde las plazas de la Bonanova y Molina, saldrán dos días, los lunes y los viernes. También la de Sant Antoni, en el Eixample, se está planteando extender el fenómeno. Es probable que pronto haya más recorridos: el de Fort Pienc y el que unirá los de Sarrià y Les Corts con parada en Francesc Macià. Cada línea, sin embargo, tiene que arreglárselas con el distrito de turno, lo que genera no pocos quebraderos de cabeza porque los técnicos no tienen muy claro cómo deben actuar.

Ocupación de la calle

La idea, ese es el principal logro de esta primera reunión, es que en octubre se ponga negro sobre blanco a un protocolo para que todos los bicibús tengan una misma logística y un mismo procedimiento administrativo. Hasta la fecha, los impulsores debían solicitar un permiso de ocupación de la vía pública, toda una metáfora de su reivindicación, esto es, ciudades en las que se sienta seguro tanto un niño de cuatro años como un ciudadano de 80.

Un padre agarra a sus hijos para cruzar la calle de Aragó

Un padre agarra a sus hijos para cruzar la calle de Aragó, probablemente, la más peligrosa de Barcelona / Ferran Nadeu

Las dos líneas de Sarrià, en cambio, rechazaron esta opción y cada semana tramitan permisos de manifestación, que de hecho es algo que está más en consonancia con el objetivo último del movimiento. Con este documento, que se consensuará entre los impulsores y el consistorio e incluirá el papel que debe desempeñar la Guardia Urbana, se evitarán diferencias en función de la zona. En definitiva, se intentará simplificar los trámites a los bicibús y que los distritos no actúen en función de su voluntad o simpatía por el proyecto.

Los impulsores aplauden la predisposición del consistorio pero advierten de que no aceptarán ninguna condición que limite las líneas actuales o que dificulte que aparezcan nuevos recorridos por la ciudad. Por ejemplo, se opondrán a una limitación de participantes o la imposición de una edad mínima. La mesa de la movilidad escolar en bicicleta se convertirá a partir de ahora en la mesa de la movilidad escolar, así en general, con lo que en próximas reuniones se introducirán muchos más aspectos vinculados con los desplazamientos entre el hogar y la escuela.