Acción comunitaria

Ubuntu, la 'dragona' que cuida de Ciutat Meridiana

La asociación Ubuntu llegó a la Zona Nord de Nou Barris, uno de los territorios más empobrecidos en Barcelona, en 2008 con un 'cau' cada sábado

Catorce años después, su local, en la plaza verde de Ciutat Meridiana, se ha convertido en un espacio seguro para más de 150 familias del barrio

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A1-155283970.jpg / RICARD CUGAT

Helena López

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Levanta la persiana del local de la 'plaza verde' con la energía desbordante que la caracteriza y que la hace tan querida en el vecindario. No hay quien cruce la plaza que no se pase a saludarla. Además, es 1 de septiembre, el verano ha sido intenso y los que se han quedado todo el agosto en el barrio -que en Ciutat Meridiana no son precisamente pocos- tienen mucho que contar. Mucho por desahogarse. La asociación Ubuntu -la que preside la combativa educadora Vanesa Españó-, nació en el barrio en el 2008, el año cero de una crisis de la que Ciutat Meridiana -siempre en los primeros puestos de los ránkings de pobreza en la ciudad- nunca llegó a salir.

"¿Tienes una pelota, Vane?", le pregunta un niño que no debe tener más de 5 o 6 años, uno de los primeros que baja a la plaza, siempre llena de vida. Aquí las vecinas son una familia, con todo lo que eso comporta -para lo bueno y para lo malo-, una familia en la que las educadoras de Ubuntu juegan un papel casi de las 'titas' a las que todos acuden.

Vane -como todos la llaman- es incapaz de negarle el balón, pero le insiste en que no chuten contra las persianas, que se la lleven al parque. En la fachada, un cartel bien visible recuerda que está "prohibido jugar a la pelota". Los usos de la calle en un barrio tan denso como este -más de 11.000 vecinos- y con uno tan intensivo del espacio público, son siempre "un temazo".

Conocida informalmente como 'plaza verde', en contraposición con la cercana plaza Roja, este enclave rodeado de bloques en la calle de Vallcivera, entre el mercado de Ciutat Meridiana y la estación de Torre Baró, es una plaza en realidad sin nombre, que hace algún tiempo fue bautizada por algunas vecinas como Àgora de les Dones. Ubuntu abrió su primer local aquí hace una década, aunque había llegado al barrio cuatro años antes. El 'cau' de la dragona -su símbolo- Ubuntu nació en el año 2008 ante la falta de espacios de ocio para los adolescentes los fines de semana en la Zona Nord. Empezaron en la Escola Mestre Morera vía un llamamiento en un grupo de Minyons, a ver qué pasaba, y con la idea clara de que "aquello sería lo que los chavales del barrio quisieran que fuese".

Escuela de militancia

El joven José Antonio Martínez Vicario, miembro activo del tejido vecinal de la Zona Nord quien este jueves charla en la plaza con Vane, era entonces un adolescente de Torre Baró. "Fue en el 'cau' de Ubuntu donde me vinculé al mundillo social y activista", señala con una mezcla de agradecimiento y orgullo. Catorce años después, el 'cau' de 'la Meri' sigue funcionado -de hecho fue fuente de inspiración del proyecto municipal Baobab-, aunque ha ido evolucionando. Creciendo. Pasaron del Mestre Morera al Ferrer i Guardia -otro colegio del barrio- y el curso que ahora empieza, además de la calle -donde siempre han estado muy presentes- contarán con el nuevo local de Ubuntu en la plaza, abierto justo al lado del de siempre.

"Para muchos niños y niñas de Ciutat Meridiana el colegio y los centros de día o el 'casal' son una parte muy importante de su vida. Invertir en equipamientos es clave en nuestros barrios. Tenemos a familias con muchos problemas en casa, en muchas ocasiones, el primero, mantener esa casa [no en vano bautizaron el barrio como Villadesahucio], para cuyos hijos los equipamientos comunitarios son espacios imprescindibles, espacios seguros", reflexiona Vane. La renta familiar disponible en Ciutat Meridiana es de 10.554 euros, mientras la media barcelonesa está en 21.484.

Vane Españó sube la persiana del local de Ubuntu en el Àgora de les Dones de Ciutat Meridiana.

Vane Españó sube la persiana del local de Ubuntu en el Àgora de les Dones de Ciutat Meridiana. / RICARD CUGAT

En ese contexto, que tanto Jose como Vane tienen claro que obedece a causas estructurales- desde Ubuntu trabajan con tanta pasión como amor con 150 familias, entre todos los proyectos que impulsan, del centro abierto al grupo de crianza.

En la puerta de local, un sencillo cartel con un mensaje claro: "Desahucios: ¿dónde quedan los derechos de los niños?". Velar por esos derechos es la principal preocupación de esta singular familia. "Se habla mucho de salud mental, pero detrás siempre hay unas causas que están bastante claras: vivienda, trabajo...", señala.

Urgencia de Casal de Joves

"Empezamos el año con muchas ganas de estrenar el local nuevo y de seguir con todos los proyectos", prosigue la presidenta de Ubuntu, siempre crítica pero optimista, toda vitalidad.

Vane y Jose charlan en el Àgora de le Dones de Ciutat Meridiana, este jueves.

Vane y Jose charlan en el Àgora de le Dones de Ciutat Meridiana, este jueves. / RICARD CUGAT

Jose comparte con Vane la necesidad de los espacios comunitarios para que surjan cosas. "Lo del centro cívico, cerrado todo el verano pese a salir anunciado como refugio climático, es un desastre. A ver qué pasa con el Casal de Joves de la Zona Nord que está previsto en los dos bajos comprados a la antigua Regesa en la plaza de los Eucaliptus", apunta el joven, muy presente en diferentes de las iniciativas surgidas en el marco del Plan de Barrios, pero quien no puede evitar verlo como un "tapagujeros".

"Mucho por mejorar"

"Falta mucho por mejorar. Una transformación profunda de nuestros barrios, la desigualdad no se arregla con parches, por muy buenas intenciones que haya detrás", concluye el joven. Y pone un ejemplo sobre esos "parches". El ayuntamiento anunció hace pocos días una obra importante en Torre Baró, su barrio: 1,2 millones en mejorar los accesos a las calles de Castelldefels y Vacarisses, bien. "¿Recuerdas un corte de luz de 12 horas el sábado en el barrio? Pues fue porque por las obras en esa calle, la única con suficiente anchura, no pudo subir un transformador para darnos luz hasta que arreglaron la avería", explica.

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