Habla el barrio

¿Qué debe sustituir al malogrado Tiburón del Carmel?

El proyecto artístico y comunitario El Carmel Mossega lleva meses dialogando con el vecindario sobre el futuro del muro de la calle de Santuari, después de que el ayuntamiento borrara la ya icónica obra del prestigioso muralista italiano Blu

Borrado el mítico grafiti del Tiburón capitalista del Carmel de Barcelona

Borrado el mítico grafiti del Tiburón capitalista del Carmel de Barcelona / RICARD CUGAT

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En una idea hay consenso: hasta que lo perdieron no se dieron cuenta de hasta qué punto les importaba. "Las pérdidas las notas cuando te faltan", señala Iñaki Andrés, vecino del Carmel, quien en todo momento deja claro que habla de forma personal. "A veces se habla de 'los vecinos' como si fueran un colectivo homogéneo y no lo son, son la suma de muchas personas; no hay una única opinión de 'los vecinos'", puntualiza antes de explicar cómo vivió el traumático borrado del icónico Tiburón del Carmel a finales de mayo del pasado año. "La gente se indignó porque no tenía conciencia de que desaparecería, pero la esencia del arte urbano es que es efímero, no es el Coliseo", bromea el hombre, miembro del colectivo Carmel a la vista, quien considera que la desaparición del escualo capitalista de Blu supone "una oportunidad", "no solo repensar qué queremos en el muro de Santuari, sino para repensar cómo queremos que sea la ciudad y el espacio público".

Andrés tiene claras dos cosas: que el espacio público es un lugar idóneo para "ponerle pendientes, para ponerle collares; para embellecerlo", y que el arte, las artes, no tienen una misión meramente decorativa. "A veces las artes nos plantean situaciones duras o difíciles, y ese era el mensaje del Tiburón", sostiene este activo jubilado, quien ha jugado un papel importante el El Carmel Mossega, proyecto artístico y comunitario realizado por la asociación B-Murals en el marco del Plan de Barrios, que tiene como objetivo reflexionar sobre el arte urbano en este barrio popular marcado por unas cuestas imposibles, partiendo del vacío creado en la calle de Santuari tras el borrado del pese a su no demasiado larga vida (fue pintado en el 2009) icónico mural "para el mantenimiento del muro", según defendió el municipio.

Momento del proceso participativo de 'El Carme Mossega'.

Momento del proceso participativo de 'El Carme Mossega'. / B-Murals

"Durante este proceso he pensado mucho en aquello que explican de Picasso, que cuando pintaba un retrato y la señora le decía que no se parecía en nada a ella, él le respondía 'no se preocupe, señora, ya se parecerá'. El arte crea la realidad; en ese sentido el proceso de El Carmel Mossega es estimulante. El espacio público necesita no solo decoración, necesita también ideología. Siempre hay ideología", prosigue Andrés. Es evidente que en el añorado mural de Blu -un depredador hecho con billetes devorando las siglas del Partido Comunista que estaban ya en la pared desde muchos años antes- la había.

"El espacio público no solo necesita decoración, necesita también ideología; siempre hay ideología", reflexiona Iñaki Andrés, de Carmel a la vista

¿Qué tiene que contar el futuro mural en el más emblemático muro del barrio? De eso llevan hablando vecinos de edades y opiniones muy diversas en los últimos meses en el marco de citado proceso.

El resultado del debate -que se ha tenido en distintas formas, en carpas instaladas en varios puntos, desde la placita frente al mítico Bar Las Delicias, refugio de Pijoaparte hasta el mercado, se expone desde junio en una pequeña muestra en la biblioteca, que girará por los equipamientos del barrio. Y todo ese material también será entregado a un artista de primer nivel -Blu, el autor del mural original, es el segundo artista urbano más importante del mundo, inmediatamente después de Bansky- para que capte la esencia y la identidad del barrio y elabore a partir de él el nuevo proyecto, algo que, si nada falla, tiene que pasar antes de terminar el año.

Merecida cuota vecinal

Montserrat Montero, presidenta de la renovada (y felizmente feminizada) asociación de vecinos del barrio, recuerda que el mural de Santuari tenía una particularidad: respetaba otro previo de la asociación de vecinos que había en un rincón del muro, algo que volverá a suceder con el nuevo mural. "Nos reservarán ese rincón, como algo vitalicio", señala. "Como asociación, vamos a ver qué se hace en el mural grande y en función de lo que hagan, nosotras haremos una cosa u otra; pero mi idea es reflejar la interculturalidad que nos caracteriza y el papel de la mujer", avanza.

A ojos de Ana Manaia, codirectora de B-Murals y responsable de proyectos participativos de la entidad, El Carmel Mossega ha servido para que " los vecinos pasen su duelo; hubo una parte contestataria de cómo era posible que borrarán algo que ya formaba parte de la identidad de barrio". "Hasta ahora teníamos un mural y ahora tenemos una perspectiva de un nuevo mural", añade con optimismo subrayando que en el Carmel hay un patrimonio artístico que es el muralismo. "Estamos haciendo historia. Ha habido un barrio que debido a este desastre [el borrado] ha reaccionado y se ha dado cuenta de su amor por el arte urbano. La eliminación de mural ha aflorado esa sensibilidad y ahora los vecinos se han manifestado y han dicho la suya", prosigue Manaia.

El responsable del Plan de Barrios en el territorio, Xavier Moreno, destaca con orgullo que del proceso participativo salieron muchas ideas que iban más allá de esa pared, como la voluntad de hacer más murales en el barrio, en el centro cívico o en el patio del colegio.

Cómo será finalmente el nuevo grafiti lo decidirá el artista que finalmente lo realice -cuyo nombre no pueden decir porque aún no lo tienen confirmado-, pero lo que sí está claro es que lo hará con dos consignas claras: este debe reflejar la identidad del peleón Carmel, perfectamente captada en estos meses de proceso, y -aquí la parte menso bonito- ser consiente de que la nueva obra también será efímera. Es muy probable que unos años el consistorio deba volver a tratar las filtraciones del muro; pero ese será otro capítulo de la historia.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS