Colectivos vulnerables

El Rebost Solidari de Gràcia no abrirá este septiembre por falta de recursos

El economato, sustento alimentario de unas 1.500 familias en situación de necesidad, afirma que se ve obligado a cerrar un mes por retrasos en las subvenciones municipales

El ayuntamiento sostiene que está cumpliendo los plazos en una de las convocatorias con más presupuesto de la historia

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A1-154916176.jpg / Jordi Cotrina

Núria Morchón Martínez

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“Cerraremos durante el mes de septiembre”. La falta de recursos impedirá a las 4.000 personas que acuden cada 15 días a El Rebost Solidari de Gràcia cubrir un derecho básico: la alimentación de sus familias. El economato solidario, en el que se ven involucrados hasta 200 voluntarios, no ha recibido todavía la subvención municipal a entidades sociales que trabajan para cubrir las necesidades esenciales de personas en situación de vulnerabilidad. De esta forma lo explica su coordinador, Josep Manel Alexandre, y asegura que con la crisis de estos meses la demanda “no ha dejado de crecer” y el problema se mantiene. Como en 2021, cuando el Rebost ya avisó de cierre si no llegaban las ayudas

“Nuestro caso no es un caso atípico. Algunas entidades ya han cerrado y otras, como nosotros, nos lo estamos planteando”, asegura Alexandre. “Procesos lentos y subvenciones escasas (...) Hace tiempo que denunciamos esta condición, pero no encontramos solución”, indica. Añade, además, que desde el Rebost hacen el trabajo que debería hacer el ayuntamiento, "pero como no tienen presupuesto para tarjetas de alimentación los derivan a las entidades”. “Aun así, ellos nos dicen que no tienen un plan alternativo. Si nosotros no atendemos a la gente, el ayuntamiento no llegaría a todas las personas a las que nosotros podemos abastecer”, concluye.

"Dignificar a las personas"

El Rebost recibe sus productos de los bancos de alimentos, pero también debe comprar algunos de ellos. Con esto, pretenden ir un paso más allá y, según su coordinador, “dignificar a las personas”. En el economato, los usuarios pueden escoger libremente los alimentos que desean consumir “con límites en función de los miembros que conformen la unidad familiar”. A pesar de ello, como explica Alexandre, “para que estas personas puedan escoger lo que quieren, necesitamos tener los estantes llenos de los productos básicos”.

Las donaciones son de gran ayuda para El Rebost Solidari de Gràcia. A pesar de ello, el responsable explica que la participación de la gente “se ha reducido debido a los últimos acontecimientos, como la guerra en Ucrania y la crisis económica que vivimos”. “El número de usuarios sigue creciendo, pero el presupuesto sigue siendo el mismo de hace tres años y esto es un problema”, añade Alexandre. La ayuda que recibe el Rebost por parte de la Administración viene del Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS) del ayuntamiento y, en el caso de su entidad, solo supone un 20% del total del presupuesto. A pesar de que los miembros del Rebost se “buscan la vida” para encontrar donativos, estos únicamente conforman una pequeña parte del gasto y, con la inflación actual, el coordinador asegura que no pueden “abastecer el local completo''.

La fachada, con la persiana bajada, de la entidad solidaria del barrio de Gràcia.

La fachada, con la persiana bajada, de la entidad solidaria del barrio de Gràcia. / Jordi Cotrina

Nutrició Sense Fronteres es una de las organizaciones que participa en las donaciones que recibe el Rebost. Su directora, Núria Camps, explica que durante el mes de agosto y, a pesar de tener la subvención acordada, ellos tampoco han recibido el dinero. “Nosotros nos dedicamos a la recogida de alimentos excedentes de hoteles y restaurantes, y lo llevamos a las entidades sociales”, describe Camps. Sin embargo, la falta de recursos y la tardanza de las ayudas también les está poniendo el trabajo difícil. “El pasado julio no pudimos hacer la recogida de alimentos porque, sin las subvenciones y con un precio de la gasolina excesivo, no pudimos hacer uso normal de la furgoneta híbrida”. En un momento en el que aumenta la necesidad de las familias, la directora destaca que echa de menos “una mayor sensibilidad” y, además, valora que para que las políticas sean efectivas, “el soporte a las entidades que trabajan con personas vulnerables debe ser eficiente y puntual”.

La versión del ayuntamiento

Desde del ayuntamiento valoran, por su parte, que la última campaña de subvenciones, correspondiente a este 2022, ha sido una de las convocatorias con más presupuesto de la historia del Ayuntamiento de Barcelona, con un incremento del 3,4% respecto a la convocatoria anterior, y de más del 45% respecto a la convocatoria de 2015”. En cuanto a los plazos de la campaña de subvenciones, según afirman fuentes municipales, las entidades solicitaron ampliar el plazo de presentación de solicitudes dos semanas más y, ese hecho, ha supuesto una modificación del resto de plazos de la tramitación del procedimiento. Destacan que, para esta modificación, las entidades estuvieron de acuerdo y que, no obstante, “el ayuntamiento está cumpliendo los plazos para el pago de estas subvenciones, tal como marca la normativa”. La versión del consistorio en el caso concreto de Gràcia Participa es que la entidad “ha decidido cerrar la actividad sin previo aviso”.

El Rebost Solidari de Gràcia ha pedido para la próxima semana una reunión con el ayuntamiento para revertir esta situación y tener una financiación más estable. “Necesitamos que la Administración se haga cargo, al menos, del 40% de nuestro presupuesto”, recalca el responsable del Rebost reclamando una solución estable porque “no podemos pasarnos meses sin saber si ese será el último o no”. Aun así, el coordinador ha anunciado que su compromiso es “abrir a principios de octubre”.