Sanción de 30 euros

Playas libres de humo en Barcelona: seguimiento desigual entre simpatizantes y detractores

Algunos bañistas se quejan de que hay poca información sobre la prohibición de fumar más allá de los carteles que hay antes de llegar a la arena

Playas libres de humo en Barcelona

Natàlia Segura / Carola López (ACN)

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Seguimiento desigual de la prohibición de fumar en las playas de Barcelona. Desde hace una semana ya no se puede fumar por orden municipal, pero no todos los bañistas la cumplen.

"He llegado y he encendido un cigarrillo. No lo tenía muy claro, pero he visto a personas fumando... ¡No estamos haciendo nada malo!", dice Brian sentado en una sillita en la playa de San Sebastián.

En cambio, David ha arrastrado a su amigo hasta el paseo para poder fumar acompañado: "¡Hace media hora que estoy aquí y ya no podía más!". A él, sin embargo, la prohibición le parece "perfecta" tanto para evitar la suciedad que generan las colillas como por una cuestión de "convivencia". "Fumas menos y no molestas", celebra en declaraciones al ACN.

Ni Brian ni David han visto a ningún informador del Ayuntamiento, que la semana pasada desplegó una campaña para informar a los usuarios de playa de la nueva normativa y la sanción por incumplimiento: 30 euros. "Lo oí en las noticias y mi mujer, que es exfumadora, me lo ha recordado encarecidamente", asegura David.

Carolina tampoco ha visto ninguna, sólo el cartel que hay justo antes de llegar a la arena. A ella la prohibición no le afecta, dice, porque no es "muy fumadora" y cuestiona la medida: "Al aire libre no tenían por qué prohibirlo". "Quizá la gente eche la colilla a la arena, pero yo llevaba mi pequeño cenicero", apunta Carolina, recordando sus años de fumadora empedernida. Ahora asegura que ya solo fuma ocasionalmente y no le molesta que otros bañistas lo hagan mientras toma el sol en la playa.

Un cenicero en la playa de Sant Miquel de BArcelona

Un cenicero en la playa de Sant Miquel de BArcelona / Natàlia Segura

Multas de 30 euros

Al Yannick, un suizo que ha venido de vacaciones a Barcelona, sí le enfada: "No soy mucho fan del tabaco". Según él, hay gente en la playa que sigue fumando y tirando las colillas a la arena. Un gesto que ahora puede costar 30 euros, la multa por incumplir la nueva normativa.

"Me parece excesivo, con todos los recortes que hay y que ya no podemos gastar, imagínate que te pongan una multa por fumar en la playa, que se ha hecho toda la vida... ¡es absurdo!", se queja Brian. Este vecino de Barcelona cree que las autoridades deberían preocuparse de "cosas más serias como los hurtos" o los vendedores ambulantes. "Mira, ahora mismo un vendiendo... ¡y que vengan a buscar a lo que está fumando tranquilamente!", dice indignado.

Aparte de vigilar hurtos y vendedores ambulantes, ahora los agentes también deben estar pendientes de los fumadores infractores. Es la Guardia Urbana quien se encarga de castigar a los bañistas que se enciendan un cigarrillo tras otro en la arena desafiando la prohibición. Los informadores carecen de capacidad sancionadora, pero la multa sólo se aplicará si se vulnera la normativa de forma reiterada, según el Ayuntamiento.

Acabar con las colillas

La prohibición de fumar en todas las playas de Barcelona se ha aplicado este verano después de que el pasado el Ayuntamiento pusiera en marcha una prueba piloto que ya prohibía hacerlo en las de Somorrostro, San Miquel, Nova Icària y Nova Mar Bella. Según el gobierno municipal, los ciudadanos puntuaron con 8 sobre 10 la iniciativa que ahora se extiende en todas las playas de la ciudad. También en la de San Sebastian, donde esta mañana todavía había gente que se saltaba la prohibición.

En la prueba piloto, el consistorio constató que el número de fumadores en las cuatro playas donde se había prohibido el tabaco los fumadores descendieron de un 18% a un 3% y la cantidad de colillas, que tardan una década en degradar disminuyó en un 50%