20º aniversario

Tot Raval: donde el señor del colmado y la directora del cole trabajan codo a codo

La fundación, pionera en fomentar la acción comunitaria en uno de los barrios más intensos de Barcelona, lleva dos décadas poniendo a pensar juntos a los (muy) distintos actores que comparten plazas y calles

A1-152981081.jpg

A1-152981081.jpg / JORDI OTIX

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Aquello que hoy es prácticamente un mantra en el mundo de lo social, la acción comunitaria como base de todo -en no pocas ocasiones algo más retórico que real- es una práctica que desde la Fundació Tot Raval llevan 20 años ejerciendo. Un trabajo reconocido por todos en un barrio tan intenso y rico como el Raval, en el que todos se fijan, para bien y, en demasiadas ocasiones, para mal. "Al final, el Raval es un laboratorio, está en el centro del país y aquí pasan muchas cosas que no solo afectan al barrio, que afectan a toda una serie de población que se aproxima al Raval porque los servicios están aquí, o porque las referencias de la comunidad están aquí. Los filipinos quizá ya no viven todos aquí, pero tienen aquí a sus referentes. Los gitanos, igual; muchos han tenido que marcharse, pero su espacio está aquí, también. Muchas de las cosas que pasan en el Raval se extienden al resto del territorio, así que si aquí las trabajamos desde esta mirada también estamos aportando una mirada al resto del territorio", explica Òscar Esteban, director de Tot Raval (y vecino del barrio).

Sociedad compartimentada

"Estamos en una sociedad de compartimentos estancos, en la que normalmente nos relacionamos con iguales. Vamos a las mismas escuelas, usamos los mismos servicios..., los estratos sociales no se mezclan, las diferentes procedencias culturales no se mezclan. Las conexiones son directas vía internet, directamente con mi país, saltándome muchos espacios de interrelación. Por eso es tan importante generar espacios comunitarios en los que personas distintas se sienten en la misma mesa y analicen juntas lo que pasa; porque, al final, la calle, la plaza es la misma, la comparten", argumenta la razón de ser la fundación su director.

Para generar esos espacios se constituyeron hace ahora hace dos décadas, y en eso mismo siguen. Entre las realidades a transformar que enumera Esteban una de las más preocupantes es ese "vamos a las mismas escuelas". La segregación escolar, que en el caso del Raval es una segregación territorial, ya que afecta a todo el barrio, es uno de los grandes retos.

Proyecto de Tot Raval con jóvenes no acompañados en los Horts de Sant Pau.

Proyecto de Tot Raval con jóvenes no acompañados en los Horts de Sant Pau. / JORDI OTIX

Dentro y fuera

Pese a que se trata de un caso paradigmático que requiere de un pacto general de gobierno y, obviamente, no se solucionará desde el grupo de educación comunitaria de Tot Raval; la existencia de este grupo sí sirve y mucho. Allí se encuentran y dialogan representantes de los recursos de fuera del colegio -biblioteca, museos, comerciantes...- con los de dentro del colegio, y de ahí salen proyectos muy enriquecedores para los alumnos. "Si la ciudadanía trabaja conjuntamente es más fácil", reivindica.

Pese a que hay infinidad de temas que se han mantenido en la lista de asuntos importantes durante los últimos 20 años, sin ir más lejos la educación -al final, la base de todo-, la agenda de prioridades en el barrio -y por ende, para la fundación- ha ido cambiando en estas dos décadas. Hace un lustro, los jóvenes migrantes no acompañados se detectaron como uno de los retos importantes. Había incrementando de forma importante su presencia en el barrio, desde donde veían preocupados su absoluto desamparo, así que hicieron un llamamiento a su trabajada red, y se acercaron más de 20 entidades interesadas en hacer algo.

A1-152981008.jpg

Dos jóvenes recogen y limpian zanahorias en los Horts de Sant Pau, en el barrio del Raval. / JORDI OTIX

"De ahí nació el 'Equip Raval amb el jovent no acompanyat', desde donde se han generado proyectos coparticipados con entidades que trabajan con este colectivo, más equipos de la administración, muy vinculados", prosigue Esteban, quien subraya que ahí radica la fórmula del éxito: "en los grupos de trabajo no solo está el comerciante y los movimientos sociales, sino que, codo a codo, también están trabajando los técnicos del ayuntamiento y del resto de administraciones, que están escuchando y trabajando en una posición de iguales, y eso aporta mucho, porque quiere decir que la misma administración se aproxima a todo el entorno y aprovecha ese espacio comunitario para construir y coconstruir, con lo que se puede ir mucho más allá", añade.

En el caso de los jóvenes extutelados, chavales que parten de una situación de extrema fragilidad, hoy, cinco años después de aquel primer llamamiento, funciona una escuelita de fútbol en Drassanes -excusa que sirve para reconocerles y vincularles a equipamientos ya existentes, pero a los que no se habían acercado- y otro en los Horts de Sant Pau, donde hacen formaciones con chicos que pasan allí muchas horas, con la implicación de Parcs i Jardins, del Colectivo Jardins de Sant Pau, del Casal dels Infants, de un restaurante muy cercano a los jardines especializado en cocina diversa

"Todos actores ya estaban ahí, lo único que hacía falta era unirnos", concluye. Un proyecto que, pese a que lleva varios años funcionando y muy bien, no lo explicaron por primera vez en público hasta marzo de este año al tratarse de un tema delicado que no querían que se estropeara por culpa de un mal relato. Y un proyecto, también, con un doble objetivo: el primero, está claro, ayudar a los chicos; pero, el segundo, otra forma de ayudarles, también, cambiar la mirada de la sociedad hasta esos chavales, ofreciendo una imagen de ellos que rompe con el estigma con el que acarrean.

Punto de referencia

Entre la infinidad de entidades ubicadas y arraigadas en el barrrio también gracias a Tot Raval, hay una que trabaja también con jóvenes no acompañados, Punt de Referència, que también está de aniversario. En su caso, cumple 25 años. Fue una entidad pionera en ofrecer acompañamiento a jóvenes sin referentes. En este cuarto de siglo la entidad ha constatado la importancia de la mentoría, tanto para la juventud que participa como para el voluntariado, pieza clave para el proyecto. "Los vínculos y la confianza son imprescindibles para el proceso de emancipación de los jóvenes, y la figura de un referente aporta el apoyo imprescindible en una etapa a menudo hostil y vertiginosa", señalan.

Suscríbete para seguir leyendo