Nuevo alojamiento

Ciutat Vella estrena uno de sus últimos hoteles tras una epopeya de obras

Antiga Casa Buenavista nace en la ronda de Sant Antoni, tras hallazgos arqueológicos y la preservación de su fachada centenaria, como un cuatro estrellas con mucha identidad barcelonesa

Uno de los espacios comunes de Antiga Casa Buenavista, el nuevo hotel de Ciutat Vella que se abre este martes.

Uno de los espacios comunes de Antiga Casa Buenavista, el nuevo hotel de Ciutat Vella que se abre este martes. / Ferran Nadeu

Patricia Castán

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Logró la licencia hotelera in extremis, con un permiso de obras mayores tramitado a principios de 2015 que se saldó con luz verde a finales de ese año. Por ello pudo sortear la moratoria hotelera y la posterior aprobación del plan especial urbanístico de alojamiento turístico de Barcelona (Peuat) aprobado en 2017 que echaba el cerrojo al crecimiento de camas en las zonas más céntricas. Tras toda una epopeya de obras, Antiga Casa Buenavista levanta el telón este martes como uno de los últimos hoteles (sino el último, en función de algún posible proceso contencioso pendiente, precisa el ayuntamiento) que gana Ciutat Vella, con la particularidad de una gestión familiar y la vista puesta en la identidad local.

Fachada de Antiga Casa Buenavista.

Fachada de Antiga Casa Buenavista. / Ferran Nadeu

Territorialmente, el establecimiento se ubica dentro de los límites del Raval (ronda de Sant Antoni, 84), aunque contenga ADN del contiguo Eixample del que beben sus detalles arquitectónicos y elementos modernistas. Abrazan también el auge que vive el barrio de Sant Antoni, de moda y con un mercado que ha potenciado su visibilidad y del que se abastece el nuevo restaurante en los bajos del hotel.

De hecho, allí empezó todo, cuando la familia andorrana Molleví abrió esa casa de comidas que desde 1918 arraigó en la zona, a un paso del Teatre Goya. En plantas superiores, durante años convivieron su vivienda familiar y varios pisos arrendados, hasta que hace dos décadas los mismos propietarios (con tradición hotelera) empezaron a gestar la idea de un futuro hotel de tamaño medio y fueron retirando del mercado los inmuebles que se iban quedando libres, detallan.

Siglos de historia bajo tierra

Por fin, en 2018 se iniciaron las obras, que se dilataron a causa no solo del covid, sino también de hallazgos arqueológicos: 24 tumbas de los siglos XIV y XV del cementerio del antiguo priorato de Santa Maria de Natzaret, y más tarde restos de estructuras del convento de Valdonzella. Sin olvidar que al tratarse de un edificio catalogado y protegido, pese a su mal estado tuvo que ser derribado interiormente, conservando las fachadas anterior y posterior. De hecho el resultado aglutina dos construcciones y la que daba a Joaquim Costa era aún más antigua.

Una habitación de hotel.

Una de las habitaciones del hotel, en la ronda de Sant Antoni. / Ferran Nadeu

El resultado es un hotel de cuatro estrellas y 43 habitaciones obra del estudio TDB Arquitectura, que en su nuevo interior reproduce elementos del pasado (molduras, pavimentos, bóveda catalana...) combinados con otros contemporáneos, con resultado ecléctico y mucha personalidad. En el exterior sí se han recuperado esgrafiados y balcones de forja, devolviéndole el esplendor.

El restaurante que se ubica en los bajos del hotel, en preparativos justo antes de la apertura.

El restaurante que se ubica en los bajos del hotel, en preparativos justo antes de la apertura. / Ferran Nadeu

Bajo la gestión de Àlex Molleví --que junto con su hermano Guille reactivan un legado transmitido por sus bisabuelos-- está el reto de crear un alojamiento familiar, donde el huésped "se sienta como en casa". Pero también enfocado en atraer a barceloneses a sus mesas con el asesoramiento gastronómico del chef Marc Roca, con cocina de mercado tradicional y toques modernos.

En su afán por destilar espíritu local, el interiorismo, mobiliario y textiles son obra de diseñadores de la ciudad, mientras que en las vitrinas del Altell de la primera planta incluso se exponen productos en venta en comercios del barrio.

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