Efecto inmediato

Colau asegura a vecinos de Poblenou que la multa por beber en la calle sube a 600 euros

La alcaldesa visita el Triángulo Golfo junto al teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle

La ordenanza de convivencia actual sitúa la sanción mínima en 30 euros y la máxima, en 100

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Toni Sust

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Ada Colau ha visitado este jueves por la tarde la zona de Poblenou en la que los vecinos denuncian botellones constantes que han convertido sus noches en un infierno. La alcaldesa ha acudido al que se conoce como Triángulo Golfo (el ayuntamiento lo llama Triángulo Lúdico) junto con el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle.

La zona registró la pasada madrugada el incendio de un contenedor que prendió en las persianas de una habitación donde dormía un niño

Según el testimonio de algunos de los vecinos de SOS Triángulo Golfo que han hablado con ella, Colau ha prometido la inmediata aplicación de multas de 600 euros por beber en la calle. Es decir, sanciones que si se pagan sin dilación ascienden a 300 euros.

Un cambio esperado

Es un cambio que los vecinos reclaman hace tiempo y que, destacan, podía haberse tomado antes. “Hasta ahora, las sanciones se aplican en el rango más bajo. Multas de 30 euros que con el pronto pago quedan en 15 euros”, explica uno de los residentes en la zona, que subraya que algunos participantes en botellones se cachondean de la suma. La ordenanza de convivencia actual establece ese importe mínimo de 30 euros y un máximo de 100.

Contenedor ardiendo en la calle Almogàvers

Fuego en un contenedor la madrugada de este jueves en el número 148 de la calle de Almogàvers. /

La alcaldesa ha llegado a la zona pasadas las cinco de la tarde y ha hablado con los vecinos en la calle, en la esquina de Pere IV con Pamplona. Lo ha hecho horas después de que tuviera lugar un incidente de consideración.

Fuego en la persiana

A las 3.30 de la madrugada de este jueves, ha ardido un contenedor en el número 148 de la calle de Almogàvers. Las llamas han prendido en las persianas de la habitación del edificio que está enfrente, en la que había un niño durmiendo.

El menor no ha resultado herido, como tampoco la vecina que dormía en un piso cercano y que de entrada no se ha enterado de lo que sucedía porque dormía profundamente tras tomar pastillas para conciliar el sueño pese al ruido. De hecho, los vecinos cuentan que suelen aconsejarse somníferos para capear el ruido de la calle.

‘Selfies’ junto al fuego

Preguntado por la posibilidad de que el contenedor ardiera por accidente, un vecino proclama que el fuego fue provocado y cuenta la reacción de algunas de las personas que estaban en la calle en esos momentos: “Se hacían selfies con el contenedor ardiendo y cuando algunos vecinos les han dicho que qué hacían les han respondido con insultos: ‘¡A dormir, amargados, gilipollas!”.

“Todo esto viene por el incendio del contenedor”, ha recalcado un vecino sobre la visita de Colau. Los vecinos del Triángulo Golfo reclaman soluciones desde hace tiempo. Cuentan que pese a que ya había botellones y ruido en la calle antes de la pandemia, las molestias solían concentrarse en el fin de semana. Sostienen que desde hace unos meses los botellones son casi diarios, especialmente en verano.

De noche les cuesta dormir y por la mañana se topan con un espacio público tomado por restos del botellón y un mar de orina en la calle. Los problemas del ruido nocturno en la ciudad no afectan a un gran número de población, pero para los que los sufren es un sinvivir que según el propio ayuntamiento puede acabar generando problemas serios de salud.

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