Estudio sobre el fenómeno turístico

Colau alerta de un incremento constante de cruceristas a Barcelona si no se limita su llegada

Un informe indica que pese a que el número de barcos se mantiene, el de pasajeros crece un 7% al año desde 2015 y puede pasar de los 3,1 millones de visitantes en 2019 a 3,5 en 2030

El crucero más grande del mundo, en primer término, en el Moll Adossat, hace unos días.

El crucero más grande del mundo, en primer término, en el Moll Adossat, hace unos días. / Joan Cortadellas

Toni Sust

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Ada Colau sigue poniendo la proa a los cruceros. Su gobierno reclama desde hace tiempo que se limite su llegada a Barcelona y este jueves lo ha vuelto a hacer. La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, y el concejal de, Eloi Badia, han comparecido para alertar de que el fenómeno amenaza con multiplicarse si no se le pone freno.

Es una tesis que se sustenta en el 'Informe de externalidades del tráfico de barcos en el Puerto de Barcelona', presentado en la comparecencia y elaborado por la Oficina Estratègica de l’Ambit Litoral y por Barcelona Regional. Por parte de estos organismos, respectivamente, han participado en la comparecencia Jordi Campillo, coordinador de la oficina, y Marc Montelló, director de sostenibilidad de Barcelona Regional.

Janet Sanz afirma que la semana que viene se reunirá la mesa sobre el tema con el Gobierno catalán, el ministerio de Transportes y el puerto

Sanz y Badia han subrayado que desde el 2015 el número de pasajeros de estos bajeles han crecido a un ritmo anual del 7%, hasta alcanzar en 2019, el año anterior a la pandemia y un ejercicio en que las cifras del turismo fueron muy elevadas, una cifra récord de cruceristas: 3,1 millones. En los momentos de más afluencia, la ciudad acoge en un solo día a 25.000 pasajeros de cruceros. El caso, ha explicado Campillo, es que el número de barcos no crece desde el 2010. Ronda los 800 por año. Pero como han incrementado su aforo, sí llegan a Barcelona más cruceristas.

“El objetivo es tener los datos lo más actualizados posibles para establecer una regulación que suponga una limitación como se ha visto en Palma, en Dubrovnik o Venecia. Barcelona se tiene que sumar a ese grupo de ciudades”, ha afirmado Sanz.

Una actividad "insostenible"

“El informe hace una radiografía clara de la situación y deja una cosa muy clara: el ritmo actual de crecimiento de la actividad turística es insostenible. Tanto por motivos medioambientales como por las aglomeraciones, tenemos que poner límites”, ha añadido la teniente de alcalde.

Eloi Badia: "Los cruceristas desembarcan con lógica de rebaño y hacen un uso muy intensivo del espacio público"

Campillo ha argumentado que el turismo regresa “con la misma virulencia e intensidad que en 2019”: “A pesar de ser 2022 un año de transición, hay días de seis y siete cruceros en la ciudad”. El especialista ha recordado que uno de los problemas es que los pasajeros de cruceros de tránsito, que pasan unas horas en la ciudad, dejan cerca de 50 euros por día en Barcelona, en tanto que los que de los barcos con origen y destino en la capital catalana gastan entre 200 y 250 euros por jornada. Hasta 2019, ha proseguido, había más cruceristas de origen y destino. “Esto ha cambiado”, ha añadido. También ha precisado que la mayoría de cruceristas no suben de la Gran Via. El Gòtic, ha afirmado Eloi Badia, dobla su población en los días de mayor presencia de pasajeros de cruceros.

Más de 15.000

Montelló ha cifrado en 55 los días al año que hay en Barcelona más de 15.000 cruceristas. En un 40% de los días hay más de 10.000, es decir, de dos a tres cruceros. Hasta la pandemia, Barcelona era el puerto con más visitantes en Europa y el quinto internacionalmente.

Algo que también es relevante, indica el gobierno de Colau, es que la temporada alta se concentra en los meses que van de mayo a octubre, periodo en el que pueden visitar la ciudad hasta 400.000 cruceristas.

Un acuerdo insuficiente

Sanz ha dicho que a la vista de los datos, la limitación de terminales que se acordó con el Puerto de Barcelona en 2018 fue “necesaria pero insuficiente”. Sobre la presión que los visitantes ejercen en el espacio público. Badia ha relatado que en los días de temporada alta hay que vaciar las papeleras de la Rambla 14 veces al día, cuando en otros espacios no masificados se hace una vez. El edil ha subrayado que los cruceristas "desembarcan con lógica de rebaño y hacen un uso muy intensivo del espacio público".

Sanz ha anunciado que la semana que viene se reunirá la mesa sobre cruceros que pidió la alcaldesa y en la que además del ayuntamiento participará el Gobierno catalán, el Ministerio de Transportes y el Puerto de Barcelona.