Regulación del transporte

El Govern devuelve las VTC a su negocio clásico de servicios privados exclusivos

La nueva licencia urbana establece una longitud mínima del vehículo de 4,90 metros, lo que deja fuera a la flota de empresas como Cabify. Catalunya tendrá un tope de 1.500 licencias de alquiler de vehículos con conductor

Cataluña cifra en 1.200 las VTC activas y prevé tener una norma antes de verano

Cataluña cifra en 1.200 las VTC activas y prevé tener una norma antes de verano / Quique Garcia (EFE)

Carlos Márquez Daniel

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La noche será larga en el taxi metropolitano después de que el Govern haya aprobado el decreto ley que encorseta (todavía más, si cabe) la actividad de las denominadas VTC, las licencias de alquiler de vehículo con conductor. Ya sufrieron lo suyo con la precontratación de 15 minutos impuesta a principios de 2019, y este martes les ha caído una nueva losa. De 490 centímetros, para ser exactos. Los coches con chófer que no tengan esa longitud mínima no obtendrán la credencial necesaria a partir del 30 de septiembre, cuando vence la moratoria del Gobierno de Pedro Sánchez decretada hace cuatro años. La competencia pasa a ahora a las autonomías, y la Generalitat se avanza con esta normativa que tendrá una vigencia de entre dos y cuatro años.

Para que se hagan una idea del efecto de la medida, casi ninguno de los vehículos que usa Cabify no cumplen con ese primer requisito que ha impuesto el PSC para votar a favor de la medida en el Parlament. Da la sensación que la idea es que las VTC vuelvan a sus menesteres previos al 'boom' de hace unos siete años: servicios privados exclusivos con coches de lujo y furgonetas.

Un taxista hace un gesto de fuerza durante la manifestación del sector en Barcelona

Un taxista hace un gesto de fuerza durante la manifestación del sector en Barcelona, en mayo / MANU MITRU

El 90% de las licencias que operan en Catalunya lo hacen dentro de los 36 municipios que conforman el área metropolitana de Barcelona, considerada toda ella como ámbito urbano, es decir, plenamente afectada por la nueva reglamentación. Además de los 4,90 metros mínimos obligatorios (el Skoda Octavia, un modelo de VTC clásica, mida 4,70) la Generalitat impone otras condiciones. Por un lado, que la licencia haya estado operativa durante el último año y con un vehículo asignado. Por el otro, que el conductor acredite dos años de antigüedad de carnet y que dispongan de un seguro que cubra hasta 50 millones de euros la responsabilidad civil por daños que puedan sufrir los viajeros. Pero hay más: los nuevos vehículos, además de la longitud, deberán tener el distintivo ECO o 0 de la DGT.

Las cifras

Así las cosas, y traducido en cifras, el mercado catalán de las VTC quedaría de la siguiente manera. En Catalunya hay unas 4.000 licencias, pero mil no están activas y, por lo tanto, ya no podrán ejercer la actividad económica. Quedan unas 3.000 con vehículo asignado, pero solo la mitad han trabajado de manera continuada en el último año. La cosa ya se queda en 1.500 credenciales. Según cálculos del Departament de Vicepresidència, Polítiques Digitals i Territori, cerca de la mitad de estas últimas cumplen a día de hoy con la longitud mínima requerida. Es decir, unas 750, si hoy fuera 30 de septiembre de 2022, podrían salir mañana a trabajar sin ningún problema, una vez reclamado el nuevo permiso, claro. Y respetando en todo caso las dos condiciones que ya están en vigor, esto es, los 15 minutos de precontratación y la prohibición de circular a la búsqueda de clientes.

Aplicación de Uber.

Aplicación de Uber / Danny Caminal

Es cierto que ni así se comulga con el eterno sueño del sector del taxi (unas 12.300 licencias en toda Catalunya), que se cumpla la ratio de una VTC por cada 30 taxistas, pero la situación, incluso si las otras 750 cambiarán de coche y fueran 1.500, distaría mucho de la cruda competencia que uno podía imaginar años atrás, cuando el sector basculaba en un cierto vacío legal que disparó el número de VTC en todo el país. Madrid, por ejemplo, llegó a tener más de 7.000, casi una por cada dos taxis. Las comparaciones son odiosas, pero entre febrero y marzo, las VTC han prestado en Barcelona 577.000 servicios, por casi tres millones de carreras dispensadas en la capital del Estado.

El filtro municipal

Una vez aprobado el decreto (en un mes debe pasar el corte del Parlament, cosa que tiene asegurada con el voto de los socialistas), los ayuntamientos podrán exigir a los conductores formaciones específicas relacionadas con el ámbito territorial. Es decir, en el caso del AMB, que gestionará las credenciales de la capital catalana y su entorno, podría demandar un mínimos conocimientos sobre la región metropolitana, su cultura o sus tradiciones. Algo así, amén del reglamento de circulación, es lo que tienen que superar los propios taxistas para conseguir el carnet de mano del Instituto Metropolitano del Taxi.

En caso de incumplimiento de la normativa, el reglamento establece sanciones que van de los 201 a los 6.000 euros, además de la inmovilización del vehículo para aquellas VTC que trabajen con una autorización de fuera de Catalunya o que no respeten los 15 minutos de precontratación. Los coches con chófer con matrícula extranjera han sido un clásico en los últimos años de ferias como el Mobile World Congress. Ahora se supone que lo tendrán más difícil.

TIto Álvarez, representante de Élite Taxi, se dirige a los manifestantes al inicio de la marcha

TIto Álvarez, representante de Élite Taxi, se dirige a los manifestantes, en una protesta del sector, en mayo / Manu Mitru

Todo esto deberá pasar ahora por el filtro de la Autoritat Catalana de la Competència, que ya en 2019 se posicionó en contra de las limitaciones a las VTC que derivaron en el adiós de Uber de la capital catalana. Si entonces se ponía en duda ese cuarto de hora de prereserva, es previsible que ahora siembre las mismas dudas el asunto de la longitud mínima de los vehículos. Quien ya ha puesto el grito en el cielo es Cabify, que a través de un comunicado asegura que este decreto no va contra ellos, sino "contra el futuro de Catalunya y sus ciudadanos". La compañía se muestra "consternada" por un reglamento que reduce "significativamente las opciones de movilidad sostenible" y que hará perder "miles de puestos de trabajo en los próximos meses". Sobre las restricciones al tipo de vehículo, la empresa considera la longitud mínima un "oxímoron", ya que los coches más pequeños suelen ser los menos contaminantes (etiquetas ECO y 0). ¿Cuántos Cabify cumplen los 4,90 metros? Según la propia firma, menos del 1%. En febrero de 2019 se fue Uber. ¿Será octubre el fin de Cabify en Barcelona?