Cambio de hábitos

Los quioscos de BCN se reinventan: podrán vender café para llevar

Ayuntamiento y asociaciones del sector acuerdan poder ofrecer nuevos servicios y productos en los puntos de venta

Además de prensa, los puestos podrán, entre otros, distribuir mercancías, acoger cajeros y vender comida y café para llevar

Uno de los 80 quioscos que hay en el Eixample, en la Gran Via con Aribau

Uno de los 80 quioscos que hay en el Eixample, en la Gran Via con Aribau / Ricard Cugat

Natàlia Farré

Natàlia Farré

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Los nuevos hábitos de la sociedad obligan a los quioscos de Barcelona a reinventarse y a adaptarse a los nuevos tiempos. El consumo ya no es solo analógico, lo digital se impone y las ventas de prensa en papel se reducen. El cierre de quioscos sigue siendo una constante en la ciudad. Profesionales y ayuntamiento llevan tiempo trabajando para revertir la tendencia y mantener una actividad que, además de dar servicio, significa seguridad y vitalidad en el espacio público. 

Garantizar la viabilidad

Ahora se ha llegado a un acuerdo para garantizar su viabilidad a partir de abrir nuevas vías de negocio y permitir la oferta de más productos y servicios (además de la prensa que seguirá siendo la materia principal), como la distribución de mercancías, la venta de entradas de espectáculos, la opción de acoger cajeros automáticos y de ofrecer café y otros alimentos envasados para llevar. Queda adecuar la norma para que en entre tres y seis meses se puedan ver los cambios ya a pie de calle.

Entre las propuestas más rápidas, las que dependen solo de llegar a un acuerdo marco entre las asociaciones profesionales del sector y las empresas suministradoras de servicios, figuran dos de las opciones que los profesionales afectados ven más rentables y que, a su vez, solucionan dos problemas de ciudad: convertirse en punto de distribución de última milla de paquetería y la instalación de cajeros automáticos.

El primer servicio no resuelve el contratiempo que para la movilidad de Barcelona supone la distribución con furgonetas de las ventas ‘online’, pero sí ayudará a aligerarlo; el segundo atenúa la desaparición de cajeros automáticos que la ciudad está sufriendo con el cierre de las oficinas bancarias al tiempo que da seguridad a sus usuarios. 

Opciones y ubicación

La venta de entradas para espectáculos, la recarga de baterías para los vehículos de movilidad personal y soportar antenas para el despliegue del 5G son otros de los servicios a los que se podrá optar de manera rápida. Sobre el último punto el ayuntamiento asegura que no se permitirá ninguna instalación que no sea apta para la salud. No en vano la municipalidad tendrá la última palabra ya que todos estos servicios dependen de la firma de un acuerdo marco entre quiosqueros y empresas suministradoras pero deben contar con la aprobación del consistorio. De momento, desde la Associació Professional de Venedors de Premsa de Barcelona i Província (APVPBP) y desde la Associació de Quioscos de la Rambla afirman que ya tienen un pacto con una entidad dispuesta a poner 125 cajeros en los quioscos. 

Obviamente será cada punto de venta el que decidirá a qué servicios y a cuántos se acoge. Y desde el sector afirman que dependerá mucho de la ubicación de los quioscos. Posiblemente la distribución de mercancías sea una buena opción para los quioscos de barrio, y los cajeros automáticos y la venta de entrada sean las propuestas que mejor se adapten a los puntos situados donde se concentra el turismo, como La Rambla. Entre las medidas de aplicación rápida también figura un cambio de horarios de los quioscos, ahora obligados a abrir de lunes a domingo.  

Mismo espacio en la vía pública

Ninguna de estas propuestas supone la ocupación de más espacio en la vía pública ya que todos los servicios caben dentro de los límites de un quiosco del modelo Condal: en la hendidura trasera se pueden encajar las taquillas de distribución de última milla y en el interior del puesto, los cajeros. Aunque para ello será necesario un cambio en el pliego de la concesión actual (válida hasta 2030), que ahora estipula que un 80% del espacio debe destinarse a la prensa, con la modificación la venta de diarios y revistas seguirá siendo preferente con la ocupación del 51% de la capacidad del quiosco y el 49% restante podrá dedicarse a los otros servicios.  

En las modificaciones en el pliego de concesión también se incluirán la posibilidad de aumentar la publicidad que exhiben –una de las mayores fuentes de ingresos de los quioscos- y la opción de poder vender café y alimentación envasada. En ningún caso se contempla la manipulación de alimentos, de manera que no pueda haber conflicto de competencias con los puntos de restauración. Sobre los quioscos que actualmente ya se dedican al menester del café, que los hay, el ayuntamiento reconoce que están fuera de la norma pero que se ha dejado pasar el tiempo porque se estaba redactando el acuerdo actual. A partir de ahora deberán adaptarse al marco normativo y eliminar todo aquello que no encaje. 

Cambios en la norma

Por último, desde el ayuntamiento también se apuesta por integrar los quioscos en la red de seguimiento del programa municipal Vincles, destinado a reforzar las relaciones con las personas mayores. La idea es ofrecer una tarjeta monedero que sirva para comprar la prensa y a su vez sea un control y permita a los servicios sociales tener antenas en el territorio. Un punto que los profesionales afirman que ya ejercen en cierta manera a través de la relación de complicidad que establecen con los vecinos.  

Estos cambios, los que afectan al pliego de concesión, son los más lentos ya que ello significa seguir unos trámites –acuerdos entre formaciones políticas, informes jurídicos, paso por el pleno municipal, un mes de exposición pública y la aprobación definitiva- que el consistorio calcula que tardará medio año en poder realizarlos. 

332 quioscos en la ciudad

A día de hoy Barcelona cuenta con la concesión de 322 quioscos de los cuales 259 están adjudicados. De los 53 vacantes, 11 se retirarán porque los estudios indican que por su situación y los cambios urbanísticos realizados ya no son viables. Los 22 restantes se pueden volver a adjudicar por concurso si con los nuevos servicios vuelven a ser rentables o dedicarlos a proyectos sociales o comunitarios como los 10 gestionados por Institut Municipal de Persones amb Discapacitat. 

El distrito con más puestos abiertos es, con diferencia, el Eixample que cuenta con 87 concesiones (siete de las cuales están vacantes) seguido de Ciutat Vella con 35 puestos todos en funcionamiento. En el otro lado de la balanza figura Horta-Guinardó con 11 adjudicaciones y ocho por cubrir que, con solo tres puntos de venta, es el distrito más desabastecido de la ciudad. Gràcia y Les Corts cuentan con 12 adjudicaciones y cuatro y tres vacantes, respectivamente. Nou Barris dispone de 22 concesiones (20 en funcionamiento y dos cerradas); Sarrià y Sant Martí suman 17 quioscos abiertos pero en el primer caso hay uno más sin servicio y en el segundo los que tienen la persiana bajada son 13. Sants-Montjuïc dispone de 18 adjudicaciones (11 sin funcionar) y Sant Andreu de 14 pero solo ocho están en marcha.  

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