Tráfico en Barcelona

Barcelona convierte sus calles en banco de pruebas de la movilidad del futuro

La iniciativa es fruto de un acuerdo entre el ayuntamiento, la DGT, la Fira y el EIT Urban Mobility para impulsar y facilitar proyectos innovadores en el ámbito de la movilidad urbana inteligente

Tráfico en las calles de Barcelona

Tráfico en las calles de Barcelona / Ricard Cugat

Natàlia Farré

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La movilidad urbana sostenible no pasa solo por sacar los coches de la calle, que también, sino que tiene en la tecnología una de sus mejores bazas para convertir los desplazamientos urbanos en eficientes evitando recorridos innecesarios por culpa del tráfico, previniendo los siniestros y reduciendo la contaminación. Es la movilidad urbana inteligente o movilidad urbana del futuro de la que Barcelona se erige como banco de pruebas cediendo su espacio público, o sea sus calles, como campo de ensayo real al servicio de las empresas y ‘start-ups’ que trabajan en proyectos innovadores del sector. 

La iniciativa es fruto de un acuerdo entre el ayuntamiento, el EIT Urban Mobility, la Fira y la DGT (Dirección General de Tráfico), y tiene como finalidades el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y convertir Barcelona en la capital de la innovación en movilidad urbana del sur de Europa. Pero que nadie se asuste, transformar el espacio público en laboratorio de innovación no significa en ningún caso cortar calles o generar ningún tipo de peligro para conductores o peatones. “Es sencillamente poder testear en un entrono real algo imprescindible si queremos seguir mejorando en términos de sostenibilidad, económicos y sociales”, a juicio de Laia Bonet, regidora de Movilidad del ayuntamiento. 

La iniciativa parte de dos realidades. Por un lado, la emergencia climática obliga a inventar un nuevo modelo de movilidad en el que la tecnología es el mejor aliado. Pero por otro lado, las empresas que innovan en este campo necesitan testear sus productos y necesitan hacerlo en un entorno real. El consistorio barcelonés ha decidió apostar por ello y ofrecer el espacio público de la ciudad para utilizarlo como campo de ensayo de estos proyectos. De momento no hay un número definido de las pruebas piloto que se llevarán a cabo ni dónde se realizarán –“en cada caso se definirá cuál es el espacio más idóneo para extraer conclusiones útiles”, ha afirmado Bonet- pero sí hay ya dos iniciativas ya en marcha. 

Dos proyectos en marcha

La primera, auspiciada por TMB y la UITP (Unión Internacional del Transporte Público) afecta a la línea de autobús H12 y a su tramo de circulación, la Gran Via en los dos sentidos de marcha. La idea es mejorar la frecuencia de los vehículos y para ello se han instalado sensores en los semáforos, los buses y las paradas que recogen información en tiempo real. Datos que en un futuro permitirán regular de forma inteligente e inmediata la frecuencia semafórica. Para entenderlo, la tecnología posibilitará que en función del tráfico y de los usuarios del momento, el propio autobús pueda cambiar la fase de los semáforos para coger prioridad frente a los otros vehículos. 

El segundo de los proyectos en funcionamiento, que lleva por título, Autonomous Ready, tiene a la DGT como socio y a los datos de tráfico que hay en la nube del organismo como herramienta. A día de hoy 500 vehículos (en el 2025 se prevé sean 3.500), la mayoría de reparto de mercancías, circulan por la ciudad recogiendo datos del tráfico a partir de dispositivos de visión artificial, unos sistemas que permiten prever el 80% de los siniestros causados por errores humanos y que con el tiempo podrán alertar de los potenciales peligros a los conductores. Entre los objetivos de la iniciativa figura también avanzar en el desarrollo del vehículo autónomo. 

Procesar la información

“El reto es procesar toda esta información para luego obtener conclusiones’, a juicio de Pere Navarro, director de la DGT, que ha recordado la importancia de una buena movilidad para que funcione la seguridad viaria y poder reducir de manera drástica los accidentes de tráfico, y la apuesta del organismo por el vehículo conectado, es decir que los conductores puedan beneficiarse de la información que recoge tráfico y que luego la tecnología descifra para un mejor transporte sea urbano o interurbano. Navarro ha aprovechado también para recordar que “Barcelona tiene antecedentes de querer ser pionera en temes de movilidad”, ya que fue aquí donde se implantó “el primer estacionamiento ordenado de motos, en la plaza de la Catedral, y los 30 minutos para la distribución urbana de mercancías es un invento de Barcelona como también lo es el carril multiuso”. 

Las pruebas en la calle son esenciales para las empresas y ‘start-ups’ que se dedican a la innovación en movilidad, pero también lo son el asesoramiento y el acceso a los sensores y bases de datos del ayuntamiento, así que el consistorio les abre la puerta a utilizar los datos acumulados sobre la red viaria de la ciudad y Fira Barcelona pone a disposición de la iniciativa un espacio permanente para trabajar y la opción de presentar los proyectos en los salones líderes del sector, como Smart City Expo World Congress y Tomorrow Mobility. Para poder optar a todo esto los proyectos tienen que responder a los principales retos de movilidad fijados por el ayuntamiento y contar con la aprobación del consistorio.