Barcelona Global

Julie Harris: “Barcelona necesita reducir el nivel de contaminación atmosférica"

 "Si Barcelona quiere atraer talento, es necesario mejorar los salarios que se ofrecen en muchos sectores", dice la directora de la Oak House School, que lleva 31 años en la ciudad

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B. G.

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Julie Harris, 62 años, casada y con dos hijos. Nacida en Gran Bretaña, vivió en Londres antes de trasladarse a Barcelona hace 31 años. Es la directora de la Oak House School, un colegio privado y mixto situado en Sarrià. La fundación sin ánimo de lucro cuenta aproximadamente con 1.100 alumnos y con un profesorado de 106 profesionales que imparten una enseñanza de alta calidad y un cuidado y atención personalizados a cada alumno. 

¿Por qué escogió Barcelona? En 1990 mi marido y yo decidimos hacer una pausa en nuestras carreras después de haber trabajado en Londres durante 12 años. Elegimos Barcelona como primer destino porque queríamos aprender español, podíamos encontrar fácilmente trabajo como profesores de inglés y era una ciudad con una historia y una cultura interesantes. El plan era quedarnos en Barcelona durante un año y luego viajar más lejos, pero en lugar de eso, decidí continuar mi carrera de profesora en Barcelona, y mi marido montó un negocio. Nos convertimos en barcelonians by choice y criamos aquí a dos hijos, ambos trilingües, que hablan con fluidez inglés, castellano y catalán.

¿Qué aspectos de la ciudad destacaría como positivos?

La situación geográfica de Barcelona es un punto positivo. Está muy bien conectada con un amplio abanico de destinos. Las buenas comunicaciones y el eficiente y económico sistema de transporte público hacen que sea fácil estar conectado con la familia y los amigos de todo el mundo y viajar dentro de España y Catalunya. La calidad de la comida disponible en Barcelona es excelente, ya sea comprando en mercados y tiendas o comiendo en restaurantes. La variedad de eventos culturales enriquece la vida en la ciudad.

¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? ¿Cómo? Mejorar la calidad del aire y reducir el nivel de contaminación atmosférica debería ser una prioridad. Para ello, el ayuntamiento debería continuar con sus planes de reducción del tráfico dentro de los límites de la ciudad y fomentar el uso del transporte público. Y si Barcelona quiere atraer talento, es necesario mejorar los salarios que se ofrecen en muchos sectores. Barcelona ya no es un lugar barato para vivir y los salarios en muchos sectores no están en consonancia con el coste de la vida, en particular el coste del alojamiento.

¿Cuáles cree que son los puntos fuertes de la ciudad para superar la crisis generada por la pandemia? El nivel de resistencia lo demuestra la población local. Se cumplieron las normas de bloqueo, las rutinas de pruebas y vacunación estuvieron bien organizadas y fueron eficientes, y el levantamiento de las restricciones ha sido gradual y bien gestionado. Estos aspectos se combinan con un gran deseo de que la vida vuelva a la normalidad. A los barceloneses les gusta socializar fuera de sus casas, y vemos que esta cultura al aire libre está volviendo, lo que está ayudando a la ciudad a recuperar su sentido de vitalidad. 

¿A qué otros retos cree que se enfrenta la ciudad una vez superada la crisis sanitaria? Muchos negocios no han sobrevivido a la pandemia y el reto será proporcionar apoyo para que se abran nuevas empresas. El regreso de los turistas a la ciudad representa una oportunidad para que Barcelona defina el estilo de turismo que desea en el futuro y proporcione los servicios necesarios para fomentarlo.

¿Qué espera de la Barcelona de los próximos años? Una mayor y continua atención a la mejora del medio ambiente mediante la reducción de la contaminación atmosférica, la promoción del uso del transporte público, la creación de más espacios verdes en la ciudad y el fomento y la facilitación del reciclaje y la reutilización. Una mayor integración de personas de diferentes culturas en la sociedad local, preservando al mismo tiempo la identidad cultural local. Una mayor atención a la reducción de la delincuencia, en particular de los robos a turistas. Actualmente, Barcelona tiene una mala reputación en este ámbito y los turistas son objetivo de los ladrones desde el momento en que llegan al aeropuerto.

¿Cuál siente que es su ciudad? ¿Qué es lo que más echa de menos? La única otra ciudad en la que he vivido ha sido Londres y hay muchas cosas que echo de menos de Londres. Lo que más echo de menos es tener acceso a una enorme oferta cultural en los teatros, galerías, museos... También los parques y los espacios verdes de la ciudad.