Cambio digital
La restauración apuesta por la tecnología ante la falta de camareros
La hostelería de Barcelona recluta a jóvenes talentos en un contexto de falta de manos
Las restricciones de la pandemia aceleraron la digitalización de la restauración, que ahora da el salto a nuevos sistemas para pagar que pretenden liberar de carga al personal de sala
Patricia Castán
Periodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Patricia Castán
En 2019 más de un comensal se habría levantado de la mesa si le hubieran obligado a descargarse la carta de un restaurante en su móvil previa lectura de un código QR. Pero la asepsia que impuso la pandemia obligó a echar mano de la digitalización incluso a quienes tienen aversión –sobre todo por edad– a la dictadura de la tecnología. Ese primer paso ha sido fundamental para que, sin ruido pero sin pausa, los teléfonos móviles se estén convirtiendo en la herramienta que evita tener que esperar la cuenta en un restaurante, pagar al camarero y aguardar la vuelta, si procede. El recurso está oxigenando a las plantillas, que tan cortas van esta temporada, defienden sus instigadores y los empresarios usuarios.
Habrá quien criticará que el sistema (no es una aplicación, sino que se accede a la factura por el QR de la mesa) sustituye al trabajador y puede abaratar costes. Las dos empresas que lo están implementando con más fuerza en Barcelona (y el resto de España) insisten en que el objetivo no es ese, sino apoyar al servicio, de forma que este tenga más tiempo para atender y recomendar al cliente, en lugar de ejercer de cajero.
‘Startup’ barcelonesa
La fórmula es sencilla, relatan desde Yummin, que es la startup barcelonesa –nacida hace unos meses desde un acelerador de empresas y ya multipremiada– que compite con la oferta de Sunday (de raíz francesa) para digitalizar el pago. El comensal elige en qué momento abonar la cuenta, se la descarga en segundos con el código de la mesa, la revisa, puede incluso dividir el precio por comensal y, tras responder si le ha gustado el servicio, dejar una propina en tanto por ciento o euros. Incluso recibir después la factura por email. El camarero recibe el aviso de que la mesa ha sido liquidada.
Su CEO y fundador, Christian Campillo, asegura que facilita la vida a camareros, clientes y restauradores. Los primeros, porque pueden ganar tiempo para «centrarse en el servicio», hasta el punto de que sus informes aseguran que las propinas crecen entre un 55 y un 400%. Los segundos, se ahorran entre los 10 y 20 minutos que puede llevar el ritual ordinario, lo que «mejora su experiencia». Y los propietarios, porque logran mejorar la rotación de mesas y el tíquet medio en un 12-15%.
El mismo responsable cuenta que además se interacciona más con el cliente con las reseñas posteriores y en breve Yummin aplicará una fórmula de fidelidad en base al dinero gastado y acumulado para próximas reservas.
En la capital catalana, muchos grupos de restauración lo prueban en un establecimiento antes de desplegarlo en el resto. En el restaurante Madre Lievito del Eixample, Alberto Barsanti explica que lo llevan utilizando desde enero. Su generalización «llevará un tiempo como cualquier innovación», opina, pero esta siendo bien aceptada por los usuarios, sobre todo de menos de 60 años, porque «permite mejorar la atención».
También elección de platos digital
Grupos en expansión como Isabella’s lo han adaptado ya en toda su red de establecimientos de Barcelona de la mano de Sunday. Hasta el punto de que en su próxima apertura, el restaurante Anita’s junto al Hotel W, tendrá un doble papel, no solo para el pago digitalizado, sino también para realizar la petición de platos.
Probarán este sistema en su negocio más informal y de tíquet medio más bajo (estilo 'street food' con y hamburguesas, tacos, ensaladas y brunchs), pero también como respuesta a los graves problemas de contratación de personal que están encontrando. Así el personal se focalizará solo en servir la comida, apunta Marco Garí.
En espacios más cotizados, el sector coincide en que el asesoramiento del camarero o maître son determinantes para un buen servicio y descartan sustituir el elemento humano. En Sunday su sistema de pago, nacido a mitad de 2020, funciona ya en unos 80 restaurantes. Su promesa es agilizar la tediosa tarea del pago y cobro, convirtiéndola en una operación que cuesta 10 segundos.
La irrupción de las nuevas tecnologías en la gastronomía cotidiana (más allá de los procesos culinarios) es vigente en otros aspectos, incluso con la elección de platos. Como informó este diario, el restaurante Casa Amàlia exhibe en tablets su actualizada al momento, donde se detalla la procedencia de proximidad de los ingredientes y dónde conseguirlos si se trata de proveedores del mercado anexo de la Concepció.
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