La carrera a las municipales de 2023

La oposición afirma que Colau se ha saltado su propio código

Junts y Ciutadans consideran que ha incumplido el compromiso de no presentarse a un tercer mandato, y ERC prefiere centrar el debate "en la gestión de la ciudad"

Ada Colau, durante un pleno del Ayuntamiento de Barcelona

Ada Colau, durante un pleno del Ayuntamiento de Barcelona / Jordi Otix

Natàlia Farré

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Dos mandatos eran los cálculos de Ada Colau para estar al frente de la alcaldía de Barcelona, de hecho es lo que marca el código ético de Barcelona en Comú salvo que la militancia vote lo contrario. Pasó, las bases pidieron que repitiera y la actual alcaldesa aceptó presentarse por tercera vez en las elecciones que se celebrarán en mayo de 2023, pese a que siempre ha defendido que el paso por la política debe ser temporal. Así que la pregunta es obligada: ¿optar de nuevo no es perpetuarse en el poder? “Perpetuarse no es estar tres mandatos, es no conocer otro trabajo que la política”. Así se ha justificado en la entrevista, la primera concedida tras el anuncio, publicada en EL PERIÓDICO. Una respuesta que, además de defensa, se lee también como una crítica indirecta a su principal oponente: Ernest Maragall, con una trayectoria centrada en la Administración pública.  

”Asociamos el titular a que hay nerviosismo y quieren llevar el debate a este tema cuando falta un año para las elecciones. Nosotros lo que queremos es hablar de proyecto y de gestión de la ciudad, y huir del debate Colau-sí o Colau-no. Sabemos que los contrincantes querrán llevar el debate a la edad y a la larga trayectoria política de Maragall, pero esto también es conocimiento de la ciudad, solvencia y capacidad de gestión, que es lo que le falta al actual gobierno municipal”, sostienen desde ERC, que quieren “huir del cuerpo a cuerpo personalista porque las elecciones van de proyecto de ciudad, de quién puede garantizar el impulso y recuperación necesarios. Queremos hablar de modelo de ciudad, de lo que hay que hacer para poner Barcelona en el sitio que se merece”.  

El resto de oposición también expone su opinión sobre el tema. En Junts per Catalunya, la perpetuidad ni siquiera se contempla: “Más que la voluntad de perpetuarse, que quedará en nada porque Ada Colau y los Comuns no ganarán las próximas elecciones, lo que han dejado claro la alcaldesa y su partido es que el código ético es un documento que al final solo sirve para saltárselo. Ni respeta el compromiso de presentarse solo dos mandatos, ni se ha ido cuando ha sido imputada...; dos compromisos que la afectaban directamente y que ha incumplido”, apunta Neus Munté, presidenta del grupo municipal de Junts. Pese a las diferencias ideológicas que los separan, el grupo municipal de Ciutadans no anda muy lejos, en este punto, de la opinión de Junts y no duda de que tres mandatos son perpetuarse: “Colau para perpetuarse en política ha incumplido todo aquello que decía antes de entrar. Se caracteriza por sus engaños. Engañó a todos cuando dijo que no entraría en política, y lo hizo. Dijo que no estaría más de dos mandatos y se ha saltado el propio código ético de su partido para volverse a presentar. También dijo que si alguna vez estuviera imputada, dimitiría, y ya vemos que no ha sido así”.  

Barrer para casa

Otro de los dardos lanzados por Colau en la entrevista apuntaba directamente a Junts, partido que asegura no “ha pasado la pantalla del ‘procés’, que sigue en el eje nacional”, además de acusar a la formación de ser la “fuerza anti-Colau” y de no ejercer la oposición. Munté no lo ve igual: “En una cosa tiene razón Ada Colau en todo lo que dice en la entrevista: cuando mira al PSC y ERC ve a unos aliados de sus políticas y un pacto de estabilidad: cuando mira a Junts per Catalunya ve a ‘los anti-Colau’, ve a la oposición. Solo que no somos ‘anti-nada’ y sí somos la única alternativa real a las políticas de los Comuns y una manera de hacer ciudad que perjudica a Barcelona y a su gente. Lo hemos demostrado en el que llevamos de mandato”. Tampoco en Ciutadans están de acuerdo con la afirmación de la falta de oposición y barre para casa: “En Barcelona la única oposición la ha ejercido Ciutadans desde el primer día. El resto de partidos, en algún momento de la legislatura, han avalado con sus votos las políticas de Colau. Hemos sido los únicos coherentes y somos la única garantía contra las políticas de Colau y sus socios. Somos el antídoto al colauismo”. 

En ERC el tema oposición se ve diferente, Colau los cita “como socio estable”, cosa que el partido de Maragall justifica: “Con lo que pasó en las elecciones pasadas [ganó Maragall pero los tres concejales de Manuel Valls dieron la vara a Colau], ERC tenía la opción de hacer oposición desde el rencor y votar no a todo, pero no era el momento y menos en un contexto de pandemia, así que decidimos ser responsables y llevar a cabo lo que teníamos en el programa electoral desde una oposición constructiva”; aunque con las elecciones en el horizonte se impone el desmarque: “Tres años después vemos que muchas iniciativas o no se han llevado a cabo o se han desvirtuado”. 

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