Entrevista con el primer teniente de alcalde

Los grandes rivales de Colau. Jaume Collboni: "Trabajaré para que en cinco años se amplíe el aeropuerto"

El presidente del grupo del PSC en el consistorio defiende la gestión del gobierno municipal y augura sobre las elecciones municipales de 2023: No solo seré el candidato del PSC, seré el próximo alcalde"

Entrevista a Jaume Collboni

Entrevista a Jaume Collboni / ELISENDA PONS

Toni Sust

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Jaume Collboni elige para la foto el bar Mariposa Negra. Y lo hace porque es un negocio que abrió hace tres meses, en un contexto de crisis, inspirado en el universo del escritor Carlos Ruiz Zafón, del que uno de los propietarios es un apasionado seguidor. El primer teniente de alcalde defiende que Barcelona está recuperándose a gran ritmo de la pandemia y rechaza que la ciudad sea el desastre que denuncian algunos. Se ve alcalde en 2023.

-¿Está tan mal Barcelona como dice alguna gente? No, en absoluto. Lo que está mal ahora es la autoestima de los barceloneses, aunque hay problemas y debemos abordarlos.

-El gobierno admite que hay suciedad. ¿A qué se debe? A que salimos de una crisis de 18 meses en la que el espacio público ha cambiado su concepción y su uso. Que había que reforzar la limpieza y el mantenimiento no solo lo reconocemos sino que actuamos. Dicho esto, es respetable que entidades de la ciudad, con manifiestos o como sea, expongan sus reivindicaciones, como gobierno democrático que somos tenemos que escucharlas y atenderlas. Otros partidos tienen mucha prisa por empezar la campaña electoral. Nosotros no la tenemos. Estamos gobernando la ciudad.

Jaume Collboni durante la entrevista.

Jaume Collboni durante la entrevista. / Elisenda Pons

-Sí hay una sensación de proximidad electoral. Pues falta mucho, más de un año y medio. El proceso de transformación de Barcelona no se veía desde hace 10 años, en urbanismo, en vivienda pública.

-Barcelona en Comú dice que se está impulsando el cambio más significativo desde 1992. No estoy de acuerdo con esa afirmación. La transformación que se inició antes de 1992 se detuvo cuando la derecha entró a gobernar la ciudad. Nosotros retomamos esa transformación con parámetros actualizados.

Entrevista con Jaume Collboni

Entrevista con Jaume Collboni, /

-Este verano ha habido un conflicto con los botellones, hasta llegar al fin de semana de la plaza de Espanya. ¿Cree que el fenómeno remitirá con el frío? Creo que tiene múltiples causas. Hay una básica: la gente joven llevaba 18 meses encerrada en casa y no había alternativa de ocio nocturno. No podemos normalizar el botellón como alternativa de ocio. Hay que ir a la raíz del problema. Uno es la venta de alcohol en locales de conveniencia, que lo venden a menores o fuera de horario. Las inspecciones que hemos intensificado han dado resultados que presentaremos. No es la única causa.

-¿Falló el dispositivo municipal previo al botellón de la plaza de Espanya? No. Era el adecuado con la información que tenía la Guardia Urbana en aquel momento. Pero las convocatorias de los botellones se hacen por las redes, y a veces cambian de lugar a última hora.

"La Guardia Urbana y las políticas de seguridad del ayuntamiento han recuperado el espacio que les correspondía. Somos un partido que defiende el orden público"

-Cuando la seguridad pasó a depender del PSC y de Albert Batlle se mostraron satisfechos, pero sigue siendo el primer problema que denuncian los ciudadanos. El balance en seguridad se corresponde con nuestros compromisos electorales: la semana que viene entran 250 agentes más de los 1.000 que nos comprometimos a sumar este mandato, y los últimos datos que tenemos han mejorado. La Guardia Urbana y las políticas de seguridad del ayuntamiento han recuperado el espacio que les correspondía. Somos un partido que defiende el orden público.

-La pandemia se considera ya bajo control, ¿Cómo va la recuperación económica de la ciudad? Barcelona lidera la recuperación en España, con los datos en la mano. El paro está por debajo de las 70.000 personas, mejorando el dato de septiembre de 2019. Estamos en nivel prepandemia en ocupación y en creación de empresas. En inversiones inmobiliarias en oficinas, el 80% del total de España ha venido a Barcelona. Desarrollamos casi un millón de metros de techo económico en el 22@. Si el 22@ va a este ritmo, los 60.000 empleos en el sector tecnológico que prevemos en 10 años se pueden lograr antes. Son empleos de calidad, bien pagados, estables. Para intentar que la gente que sale de las facultades no se plantee como primera opción irse de Barcelona.

-El turismo regresa. El turismo va volviendo lentamente. Hemos aprendido que debemos diversificar la actividad y sobre todo en el centro de Barcelona. Eso nos ayudará también a que haya más vecinos en el centro.

-¿Este gobierno ya no es aquel que no quería tantos turistas? Quiere buenos turistas. Los que respetan el destino. Por eso era importante la ampliación del aeropuerto. Porque el turismo de vuelos transcontinentales es menos pero de mucha más calidad, el de Asia y EEUU.

"(El gobierno municipal) Quiere buenos turistas. Los que respetan el destino. Por eso era importante la ampliación del aeropuerto"

-¿Cómo lleva que no haya ampliación? Yo trabajaré para que haya una ampliación del aeropuerto dentro de cinco años. Estoy convencido de que debemos incrementar la conectividad transcontinental de El Prat. Eso no significa, como se ha dicho falsamente, 20 millones de turistas más. Ser un nodo de conexión no significa ser destino. Ni el sector hotelero dice que quiera más cantidad de turistas. La ampliación supondría estar conectado con los centros del mundo donde hay más inversión, conocimiento, tecnología, talento y turismo de calidad. Ciudades de Asia, de los EEUU, de Latinoamérica. Cuando alguien toma la decisión de viajar o localizar una empresa, lo que valora es si una ciudad está conectada directamente con los lugares clave del planeta. La lástima de este debate es que se haya hecho de una manera tan precipitada y abrupta, y con ideas preconcebidas, sin tiempo para estudiar pros y contras. Tenemos que consensuar el modelo de prosperidad que Barcelona y Catalunya quiere para los próximos 15 o 20 años. Nadie plantea un modelo desarrollista o contaminante.

"Incrementar la conectividad transcontinental de El Prat. Eso no significa, como se ha dicho falsamente, 20 millones de turistas más. Ser un nodo de conexión no significa ser destino"

-¿Cuándo Colau dijo que la ampliación del aeropuerto escondía una operación inmobiliaria de Aena, qué quería decir? No lo sé. Tendréis que preguntárselo a ella. No me consta que se planeara una operación urbanística.

-¿Cómo ve el plan de las supermanzanas, el recorte del espacio al vehículo privado? Todos compartimos que hay que reducir las emisiones. Las inversiones en transporte público hay que mantenerlas, por muchas supermanzanas que hagas. No planteo erradicar el coche privado de la ciudad. No tiene sentido e iría contra la industria del automóvil, que está haciendo un esfuerzo de reconversión. Hay que intentar que no sea el medio más habitual. Hay que potenciar el transporte público, el vehículo compartido, y eso irá pasando.

-¿Barcelona ha aprovechado que en el Gobierno central estén los mismos espacios políticos que dirigen el ayuntamiento? Sí. Tenemos el presupuesto más expansivo del ayuntamiento gracias a las aportaciones del Estado, además de la flexibilización del gasto. A la ciudad le ha beneficiado el Gobierno central. Era impensable con el Gobierno anterior: por aquí no pasaba ni un ministro.

-¿Cómo puede ser que no se haya reformado la Rambla y que no haya fecha para esa reforma? ¿No son muchos años esperando ya? Sí. Tiene que ver con el hecho de que allí se tiene que hacer una operación a corazón abierto. Ahora retiraremos a los 'ocellaires', que nos ha costado mucho. Si tengo que disculpar que los sucesivos gobiernos no lo hayan hecho, es porque es un punto crítico de la ciudad. Pero hemos construido un consenso sobre lo que queremos en la Rambla: que sea un eje cultural, al que los barceloneses vean atractivo para regresar. Recuperar edificios cerrados, como el Teatre Principal. Pero tenemos que admitir que no se ha hecho bien allí, que no lo hemos hecho bien.

"Tenemos que admitir que con la reforma pendiente de la Rambla no se ha hecho bien; no lo hemos hecho bien"

-Qué bien digieren los socios de este gobierno municipal las discrepancias tras las turbulencias del primer mandato. Es madurez democrática. Una de las virtudes de nuestra coalición es no hacer de nuestras diferencias un relato, como hacen nuestros vecinos de la plaza de Sant Jaume. Cuando hay que tomar una decisión, pongo el interés ciudadano por encima de la tranquilidad de la coalición, pero eso no supone poner en crisis un gobierno constantemente. En el qué, en la inmensa mayoría de los casos, estamos de acuerdo. En el cómo, en la intensidad, sí hemos tenido diferencias.

-El ‘procés’ llevó a la ruptura de BComú con el PSC por la aplicación del 155 y el ‘procés’ reunió de nuevo a los socios, porque Valls prefirió evitar un alcalde independentista. No estoy de acuerdo con ese análisis. Hay dos opciones: o pones por encima el interés y la lógica de la ciudad o el del ‘procés’. Nosotros elegimos la lógica de Barcelona, y los ‘comuns’ han acabado haciendo lo mismo.

-¿Pero en el anterior mandato no lo hicieron? No tuvieron la determinación de lo que tenían que hacer. El nacionalismo en general siempre ha supeditado Barcelona a los intereses de la Generalitat o a la gobernabilidad de Catalunya. Si estás en la lógica del ‘procés’ tienes lo que pasa en el Gobierno catalán: partidos en algunos casos con programas antitéticos siguen en esa lógica. En el ayuntamiento no pasa. En Barcelona, hay una mayoría de gente, al margen de su ideología, que empieza a reclamar que se superen diferencias, que se sea constructivo, que se haga piña para sacar la ciudad adelante. Nunca antes se habían aprobado presupuestos con mayorías tan amplias, con el apoyo de independentistas y de la derecha. Porque la excepcionalidad lo recomendaba.

-¿La colaboración con ERC estos dos años, tan fluida, le ha sorprendido? ERC ha hecho un ejercicio de responsabilidad que pedía también en la Generalitat. Cuando estás al frente de las instituciones y eres un partido de gobierno, y ERC lo es, haces un ejercicio de corresponsabilización. No me ha sorprendido.

-De nuevo no está nada claro qué candidatos tendrán los partidos en las municipales de 2023. Colau no lo ha precisado de forma definitiva. Tampoco se sabe con seguridad si Maragall repetirá. En el caso del PSC, se menciona a menudo la posibilidad de que Salvador Illa le reemplace en el último momento. ¿Será usted el candidato? Yo seré candidato. Y seré uno de los candidatos con más preparación, conocimiento y solidez para presentar una alternativa de gobierno. Salgo a ganar, son las terceras elecciones a las que me presento. No solo seré el candidato del PSC, seré el próximo alcalde. Ser alcalde no es fácil, no se improvisa. La ciudadanía percibe y penaliza que se improvisen candidaturas.

-¿Tiene la impresión de que hay intereses económicos en Barcelona que se han dedicado a buscar candidato? Creo que es cierto que el centro-derecha de la ciudad tiene un problema de articulación política. Solo hay que ver los debates que se producen en el entorno de Junts per Catalunya, de Ciutadans y del PP. 

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