Barcelona abre la puerta a que las guarderías privadas se integren en la red municipal

El ayuntamiento ultima un reglamento para dotarse de una nueva vía con la que ofrecer más plazas públicas de 0-3 años

Este curso más de 2.000 familias se quedaron sin poder matricular a sus hijos en les 'escoles bressol' municipales

guarderia

guarderia / Joan Cortadellas

Montse Baraza

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En la preinscripción de 2021 para acceder a una guardería municipal de Barcelona cara a este curso 21-22, más de 2.000 familias se quedaron sin plaza; un 35% del total. Cifras que se vienen repitiendo y que evidencian el déficit de la oferta pública y la necesidad "imperiosa" de aumentar las plazas de la etapa 0-3 años en la ciudad. En base a esta realidad, el Ayuntamiento de Barcelona prepara un reglamento para integrar a las guarderías privadas a la red pública, siempre y cuando cumplan unos requisitos de espacios y calidad y "siempre que exista un interés público" evidente. "No serán rescates", advierte de entrada Maria Truñó, Comisionada de Educación del ayuntamiento. Será "una vía más" que el consistorio tendrá para aumentar la oferta, junto a las vías clásicas de construcción de nuevos centros o de rehabilitaciones.

Subraya también Truñó, que además del interés público, el área de Educación velará para "garantizar que la nueva oferta tiene la misma calidad educativa y de espacios" que las actuales 103 'escoles bressol' municipales, con sus 8.588 plazas, "nuestra joya". "Queremos crecer pero no bajaremos la calidad", remacha. En esta iniciativa, el área de Educación ha tenido también muy presente el objetivo de universalizar la educación en la franja de 0 a 3 años, en línea con las directrices europeas.

El borrador ya deja claros los motivos que justifican el reglamento: "Vistas la falta de suelo, el coste elevado de construir nuevos edificios y la imposibilidad de crecer en plazas en las guarderías municipales existentes, la única solución es aprovechar las plazas que ofrecen centros de titularidad privada que voluntariamente soliciten integrarse en el servicio de titularidad pública". La gestión de estos centros se vehiculará a través del Institut Municipal d'Educació de Barcelona.

Las condiciones

Respecto a los requisitos, hay dos básicos que deben concurrir: que lo solicite la guardería privada y que haya un interés público dado el déficit de plazas en la zona en cuestión. Asimismo, ello dependerá de la disponibilidad presupuestaria.

Las guarderías privadas también deberán tener unas características mínimas "que permitan su integración al modelo y estándars de calidad de les 'escoles bressol' del ayuntamiento". Estas son tener, lógicamente, la autorización de actividad, disponibilidad del inmueble, que este tenga accesos independientes y perímetro de la escuela de uso exclusivo. En cuanto al espacio, deberán tener un mínimo de cinco aulas, un patio de al menos 75 metros cuadrados, una sala polivalente de al menos 30 metros cuadrados, una cocina de al menos 20 metros cuadrados con despensa y una sala de profesores y de dirección de 15 metros cuadrados mínimo.

El documento garantiza la continuidad del alumnado inscrito en el centro en el momento de inicio del proceso de integración.

A efectos de los trabajadores de las guarderías, el reglamento contempla integrar al personal docente que tenga contrato indefinido y que tenga las titulaciones que fija la normativa vigente. El personal de cocina, limpieza, monitores y otro personal no docente podrán ser subrrogados si se considera oportuno. La dirección quedará en manos de personal funcionario del servicio educativo.

Marco general y caso a caso

El ayuntamiento se ha inspirado en el decreto de la Generalitat que no contemple la etapa 0-3 y funciona solo para las etapas de infantil de segundo ciclo, primaria y secundaria y que permite al Departament d'Educació estudiar la integración de colegios concertados a la red pública si estos lo solicitan y si hay necesidades de escolarización en la zona. En el caso de las 'escoles bressol' públicas, la titularidad es del consistorio, que no tenía un marco legal propio que permitiera transitar por esta vía. El nuevo reglamento viene a cubrir este vacío.

"El reglamento establece un marco general. A partir de aquí, hay muchas casuísticas e iremos viendo caso a caso", explica Truñó, que apunta que el proceso de integración se podrá abrir a petición de la guardería interesada, de oficio por parte del consistorio o vía una convocatoria específica para una zona determinada. Aclara la Comisionada que no hay por ahora ningún proyecto concreto sobre la mesa. Los barrios del Eixample y de Gràcia son los que cada año registran más demanda y donde quedan más familias desatendidas.

En Barcelona hay unas 150 guarderías privadas integradas en alguna de las tres asociaciones existentes: la Associació Catalana de Llars d'Infants, la Associació de Llars d'Infants de Catalunya y la Coordinadora d'Escoles Bressol de Catalunya. Con estas tres entidades, que ya tienen el borrador del reglamento, se reunirá el consistorio los próximos días 19, 23 y 26 de mayo para analizarlo conjuntamente e introducir las aportaciones que hagan.

El calendario con el que trabaja el consistorio es tener aprobado el reglamento en un plazo de seis meses, para luego pasarlo por comisión de gobierno y por el pleno municipal. Podría entrar en vigor cara al curso 23-24.

Admite Truñó que el descenso de la natalidad es un factor que añade "un nivel de incertidumbre importante", pero el consistorio se guía por las cifras que reflejan que hay más demanda que oferta: "Asumimos la incertidumbre de aquí a 10 años vista. Pero como ahora tenemos déficit, actuaremos ahí para atender la demanda y universalizar", defiende.

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