Investigación de la UB

Estas son las tres playas de Barcelona que tienen más microplásticos de Catalunya

Los investigadores han cogido muestras de toda la costa desde Llançà hasta l'Ametlla de Mar

Gente en la playa de la Nova Icària de Barcelona

Gente en la playa de la Nova Icària de Barcelona / Martí Fradera

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Miembros del Grup de Recerca Consolidat (GRC) en Geociencias Marinas de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universitat de Barcelona (UB), con la colaboración de la delegación española de la ONG Surfrider Foundation Europe, han detectado una alta cantidad de microplásticos en las zonas de baño catalanas. Los resultados del estudio se han publicado en la revista 'Environmental Research Letters'.

La profesora e investigadora de la UB, Anna Sanchez-Vidal, subraya que las concentraciones medianas que han encontrado cerca de la costa "son superiores a las de fuera de las zonas de baño" y que incluso "en algunos puntos y momentos del año" superan en un orden de magnitud las medias del Mediterráneo.

Las playas con más microplásticos

Según los autores, estas cantidades de microplásticos tan elevadas indican que "deben haber procesos que tiendan a concentrar o retener los plásticos cerca de la costa". En el artículo se sugieren algunas explicaciones, como por ejemplo las variaciones en las condiciones meteorológicas y oceanográficas; una influencia más grande de las riadas en épocas de lluvia intensa; la proximidad de zonas urbanas muy pobladas y de gran afluencia turística estacional, o el efecto concentrador de zonas limitadas por espigones o puertos.

"Las playas de la Mar Bella o San Sebastià, en Barcelona, se suelen encontrar más resguardadas del viento y el oleaje por estas construcciones y podrían retener y acumular más microplásticos que zonas más expuestas, hecho que indica un tiempo de residencia más prolongado", explica William P. de Haan, investigador de la UB y primer autor del artículo. En este sentido, los puntos en que se detectaron más microplásticos fueron las playas de Sant Sebastià, Nova Icària y Llevant, todas en la capital catalana.

Además, los investigadores también identificaron una posible estacionalidad: "Hemos observado que en zonas como por ejemplo en Llançà (Alt Empordà) o Castelldefels (Baix Llobregat) se ve una tendencia a la baja entre enero y el febrero, probablemente por la influencia de las corrientes superficiales y vientos que reducen los microplásticos flotantes, y una tendencia al alza justo antes y después de los meses de verano", subraya el investigador. 

Descubrir el origen para diseñar soluciones efectivas

El estudio no solo ha determinado la abundancia de microplásticos, sino que también ha aportado una caracterización detallada de la medida, el color, la forma y la composición de los mismos.

Los resultados muestran que espumas y filamentos —procedentes, por ejemplo, de envases de alimentos y de la actividad pesquera— constituyen casi el 11 % de los plásticos recogidos. Sin embargo, la gran mayoría de los plásticos se identifican como fragmentos y láminas, posiblemente originados por la ruptura de piezas de plástico más grandes.

Así se lleva a cabo la investigación

La investigación ha partido de las muestras recogidas durante siete meses, desde octubre del 2020 hasta el mes de junio del 2021, por voluntarios de catorce entidades de toda Catalunya. Desde Llançà hasta l'Ametlla de Mar (Baix Ebre). Estos voluntarios han sido coordinados por Surfrider Foundation Europe.

Con una frecuencia semanal o quincenal, los voluntarios salían a navegar durante aproximadamente una hora con tablas de surf, kayaks u otras embarcaciones de remo. Enganchada detrás, las embarcaciones llevaban una red diseñada por los investigadores para recoger los microplásticos flotantes de más de 0,3 milímetros.

Las coordenadas de los trayectos se grabaron mediante un dispositivo móvil y la aplicación Wikiloc para documentar la latitud, la longitud, el tiempo y la distancia de arrastre. Seguidamente, los plásticos recogidos se enviaban en el laboratorio de la UB para analizarlos.

El siguiente paso del proyecto es analizar si las tendencias detectadas en esta investigación se mantienen en el tiempo, qué factores específicos conducen a las variaciones que se han detectado y cómo evoluciona la concentración de microplásticos a corto y largo plazo. El proyecto continuará los próximos meses, ampliando las zonas de muestreo a la costa de Euskadi.