Reivindicación vecinal

Torre Baró mantiene su pulso con TMB

Cuatro décadas después de que Manuel Vital 'secuestrara' un bus para demostrar que era posible que este ascendiera por sus empinadas calles, el combativo barrio de montaña sigue su batalla por una comunicación "digna de Barcelona"

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A1-146965155.jpg / Manu Mitru

Helena López

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Su grito de lucha es 'Torre Baró existe y resiste', verdad como un templo. Es miércoles por la mañana y José Antonio, Gregoria, Luisa y Micaela toman el café con leche en la agradable placita frente al mercado de Ciutat Meridiana, el barrio colindante, en el que Micaela, la presidenta de la asociación de vecinos de Torre Baró, regenta un pequeño puesto de moda. José Antonio es un veinteañero con ganas de pelear por el barrio en el que nació y en el que "resiste", vaya si resiste. Es, además, la savia joven que el movimiento vecinal de este autoconstruido barrio de montaña necesitaba. La cita es para preparan la reunión del día siguiente -este jueves- con representantes de TBM.

El transporte -en concreto sus déficits- es la cuestión que tiene estos meses en pie de guerra a un vecindario que siempre ha sido luchador y que suma no pocas victorias. Una de las más recientes, la renovación del cableado eléctrico, cuyo mal estado provocaba apagones constantes. José Antonio fue precisamente uno de los vecinos que más se movió para denunciar una situación que le afectaba muy directamente.

Gregoria, secretaria de la asociación Gent Gran Torre Baró y una histórica de la asociación de vecinos, reflexiona con José Antonio sobre los métodos de lucha en una interesante charla a pie de calle, frente al café, a la sombra de los altos bloques de la Zona Nord de Nou Barris. "Yo entiendo que cortemos la C-17 molesta, claro que molesta, pero está funcionando. Una reunión que no iban a darnos hasta septiembre nos la han avanzado a mayo", apunta la incansable Gregoria en alusión a la reunión de este jueves y a la manifestación de este viernes, la tercera en tres semanas, tras las (efectivas) movilizaciones del 22 y el 29 de abril.

Sus quejas se dirigen muy concretamente a TMB. Consideran que desde que la empresa se ha quedado con el servicio de bus, antes gestionado por Sagalés, las comunicaciones en el barrio, que ya partían de una situación más que precaria, han ido a peor.

Vecinos movilizados de Torre Baró frente a una de las paradas del bus en el barrio.

Vecinos movilizados de Torre Baró frente a una de las paradas del bus en el barrio. / Manu Mitru

"Con el cambio del 180, línea básica para el barrio, han acortado el recorrido, cambiado los buses grandes por más pequeños y aumentando la frecuencia de paso, de media hora a 45 minutos", resume poniéndose serio José Antonio.

Motivos técnicos

Los argumentos de TMB para explicar dicha modificación son técnicos. La realidad del terreno -carreteras estrechas y cuestas complicadas- hace "imposible"-dicen- que se crucen dos buses. Los conductores de Sagalés resolvían la situación llamándose per teléfono y avisándose de que iban a pasar, técnica informal que desde TMB -quienes insisten en que en el resto de líneas del barrio se ha mejorado el servicio- señalan que no pueden aplicar. El relato de la imposibilidad del paso por la compleja orografía del lugar recuerda mucho al mítico episodio de la lucha vecinal de la ciudad y del barrio, cuando Manuel Vital 'secuestró' y lo llevó hasta allí para demostrar que sí, se podía.

La propuesta de TMB a los vecinos movilizados en la reunión del jueves para paliar el recorte de la 180 es sustituirlo por un bus a demanda. Otro. El bus a demanda hace tiempo que funciona en el territorio, pionero en este servicio, y cuya implantación provocó sentimientos contradictorios.

La valoración de las vecinas de los dos primeros años de prueba piloto del bus de barrio en Torre Baró -instaurado en 2019- fue muy buena, tras arreglar algunos desajustes iniciales, como que el servicio de reserva telefónica -la única vía que podía usar la gente mayor, para la que la aplicación del móvil no era una opción- no funcionara en domingo. "Al principio el bus de barrio iba bien. Muy bien. Los problemas llegaron cuando ampliaron el servicio a Vallbona", añade José Antonio.

Propuesta a debate

Los vecinos organizados no han dado un 'no' rotundo a la propuesta del bus a demanda, al que, en parte, ya se han acostumbrado, pero piden compromisos firmes y, sobre todo, hablar primero con el vecindario. "Nos reuniremos con las vecinas de la zona afectada y que ellas vecinas decidan, pero de momento, mantenemos las movilizaciones hasta que las soluciones sean una realidad", concluye el joven.

Más allá del autobús, lo que en realidad pide este barrio, como reivindica su lema, es ser escuchado y tenido en cuenta. Las movilizaciones por los cortes de luz sirvieron y están convencidos que las del bus también funcionarán. "Solo queremos que nos traten como cualquier otro barrio de Barcelona. Nada más", resume Luisa, quien recuerda que la esperanza de vida en el barrio está 10 años por debajo que en la zona alta. Un informe de hace unos años de la Agència de Salut Pública de Barcelona señalaba que la esperanza de vida en Torre Baró era de 75,2 años, y la de Pedralbes de 86,5 años.

"Cuando terminemos con el bus nos tenemos que poner con el CAP. Luchar para recuperar la presencialidad total", indican Gregoria y Luisa durante un paseo por el barrio que tanto aman. "Pese a las dificultades, ya les gustaría a muchos barceloneses vivir con la tranquilidad que se vive aquí. Durante el confinamiento cómo venían a pasear", añaden con orgullo.

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