Movilidad
El RACC recela del carril bici-bus de Via Laietana
Advierte de que el 64% de los ciclistas no tienen intención de esperar detrás del transporte público cuando haga paradas, lo que podría generar, sostiene la entidad, siniestros de tráfico al invadir la acera o el carril de coches
Carlos Márquez Daniel
Periodista
Periodista especializado en Barcelona. En 'El Periódico' desde principios de siglo. Los últimos 15 años, dedicados a la información local: movilidad, urbanismo, infraestructuras, política municipal, barrios, área metropolitana y medio ambiente. Colaborador habitual en los programas de televisión 'Planta Baixa' (TV3) y 'Bàsics' (Betevé).
Carlos Márquez Daniel
Noviembre de 2011. Consultado por el equipo de gobierno del alcalde Xavier Trias, el RACC presenta un informe en el que desaconseja que las motos circulen por el carril bus, como era deseo de CiU. Abril de 2022, el RACC estudia, por iniciativa propia, la conveniencia de que las bicicletas compartan espacio con autobuses y taxis en Via Laietana. En ambos casos, aunque con matices en cuanto a la contundencia, parece llegarse a una conclusión similar: lo mejor quizás sea que TMB y los vehículos de dos ruedas vayan por separado. La arteria que une el Eixample con el mar está en plena transformación, y para poder generar unas aceras de cuatro metros de ancho, los ciclistas deberán bajar por el mismo carril que el transporte público. El Bicicleta Club de Catalunya ya criticó con dureza la medida. Ahora, con más moderación, se les une el automóvil club, que más que censurar el diseño, pone sobre la mesa posibles riesgos, como el momento de parada del bus o la distinta velocidad de los vehículos.
El informe tiene dos partes: una de observación y otra de valoración de usuarios en base a 300 encuestas. El 27% de los ciclistas entrevistados no están de acuerdo con la decisión de tener que descender Via Laietana por un carril compartido con el transporte público. Por contra, el 55% lo ven bien y el 18% lo elevan a muy bien. O sea, que el 73% parecen comulgar con el plan municipal.
A pesar de existir un cierto consenso, el RACC considera que es una medida recibida "con una cierta desconfianza". Y centra su recelo, entre otras cosas, en el hecho de que el 64% de los participantes en el sondeo aseguran que no se detendrán detrás del bus en el tiempo de parada, lo que generará que busquen alternativas que puedan poner su integridad, o la de otros, en peligro, recurriendo a la calzada destinada al vehículo privado (el 36%) o subiendo a la acera (el 28%).
Esto sucederá en un vial en el que la velocidad está limitada a 30 kilómetros por hora (y lo seguirá estando) pero los buses, según ha podido medir el RACC, superan este techo con frecuencia. De hecho, todas las líneas (47, V15, V17 i 120) lo rebasan en algún momento a su paso por esta calle, inaugurada en 1908 por Alfonso XIII. La velocidad comercial de los autobuses de TMB, señala el club, "se puede ver condicionada por la necesidad de compartir espacio de circulación con ciclistas y vehículos de movilidad personal (VMP)". Eso mismo ya sucede en Creu Coberta y calle de Sants, según señaló el ayuntamiento, sin que afecte a la eficiencia del servicio de transporte público. En Via Laietana, a diferencia de ese caso ya en práctica, la bici irá de bajada, lo que le permitirá alcanzar un ritmo más generoso. Por todo ello, este colectivo puntúa con un 5,6 este vial bici-bus-taxi.
Sin validación
El presidente del Bicicleta Club de Catlaunya (Bacc), Carles Benito, ya alertó a este diario sobre los peligros de tener que pedalear junto a los vehículos rojos de TMB. Aunque el ayuntamiento aseguró que la propuesta de reforma había nacido del consenso, Benito lo negó, asegurando que "jamás" validarían "un proyecto pensado para que haya accidentes". "Que el bus pare encima del carril bici -sostiene- es una chapuza que hace saltar por los aires todos los principios de la seguridad de los ciclistas".
Su propuesta, colocar el transporte público en el centro de la calzada, esto es, los carriles de bus y taxi tocándose en el medio, con unas plataformas en las paradas, que se harían coincidir con las plazas y por tarto habría más anchura para que los viajeros pudieran subir y bajar. De bajada, una carril 30 para coches y bicis en plataforma única con la acera, y de subida, un carril bici junto a los viandantes. Un diseño, de hecho, muy parecido al que se ha proyectado en la unión del tranvía por la Diagonal. El plan final es un carril de bajada para bus y bicis y otro para coches, y de subida, un vial ciclista segregado y un carril para transporte público y vehículos de servicios y vecinos.
De vuelta al estudio del RACC, en el caso de los VMP, el 35% de los encuestados no quieren bajar por el mismo pasillo que los autobuses, por un 65% que están de acuerdo o muy de acuerdo. Y el 79% están satisfechos con el carril segregado de subida para bicis y patinetes. En cuanto a los peatones, el 79% considera necesaria o muy necesaria la infraestructura específica para ciclistas y VMP para evitar que circulen por la acera.
Los consejos
En su apartado de recomendaciones, el automóvil club recuerda que el principal objetivo es "preservar la seguridad viaria de los distintos perfiles de usuarios del nuevo carril". Sorprende, sin embargo, que no reclame explícitamente separar bicis y autobuses como sí hizo en 2011 al sacarle de la cabeza a Trias la idea del vial -bus-moto. El RACC recomienda campañas de información para recordar que la arteria es una vía pacificada, controlar la velocidad de los vehículos, concienciar a los conductores de TMB de los riesgos de compartir espacio con bicicletas, diseñar bien los cruces para evitar sustos e incluir señalización para garantizar el cumplimiento de la normativa.
Más allá del carril bus-bici, la posición del RACC sobre la reforma de Via Laietana ya quedó clara a principios de abril cuando el presidente de la entidad, Josep Mateu, advirtió de que el tráfico se desplazará a otros lugares, generando molestias a los vecinos de las calles receptoras de ese tráfico, como Paral·lel o el paseo de Picasso. Si todo va según lo previsto, la primera fase (Urquinaona-Antonio Maura) estará terminada en el primer trimestre de 2023. La segunda, hasta Isabel II/Colón, queda para el próximo mandato.
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