Movilidad

Atascos en el túnel de Glòries: el ayuntamiento no espera "mejoras significativas" del tráfico

El consistorio ve un cierto progreso respecto al primer día y pone el acento en la reducción de tiempo para los que acceden en transporte público a Barcelona

túnel glòries

túnel glòries / Manu Mitru

Carlos Márquez Daniel

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El túnel de las Glòries para acceder al Eixample (la entrada a Barcelona está tres kilómetros en dirección Besòs) ha seguido llenando tertulias y enfureciendo las redes sociales en su segundo día de funcionamiento. Los conductores siguen sin entender cómo es posible que una infraestructura viaria nueva no mejore el tráfico privado, mientras que el ayuntamiento dice que las cosas han ido mejor que durante el día del estreno. Con los cimientos aún mojados, la arteria tardará en exhibir cierta firmeza, en asentar el aspecto de la hora punta matinal.

Pero que nadie se lleve a engaño: esto no será jamás un río fluido de vehículos porque la galería no mejora el acceso a la gran ciudad (sí para el bus y el taxi), sino que permite colocar los coches bajo una alfombra. El consistorio, de hecho, no espera una mejora significativa.

Mismo modelo, bajo tierra

La Gran Via que se desviaba hacia la superficie de la plaza tenía dos carriles para coches y uno para transporte público. La Gran Via que desde el lunes desemboca en Castillejos después del túnel tras un primer semáforo a la altura de la calle de Bilbao -para regular el acceso a la galería y evitar que se llene de automóviles detenidos- tiene la misma configuración. Sí, las colas persistirán, porque la C-31, que se vuelve municipal a la altura de la rambla de Prim, apenas tiene una escapatoria, la salida de Bac de Roda, que permite diseminarse por la ciudad a través de Selva de Mar o Bac de Roda (sentido montaña en busca de rambla de Guipúscoa y después hacia Aragó), o por Espronceda y Bilbao (para adentrarse en Sant Martí y la zona marítima).

Dos agentes de la Guardia Urbana controlan la salida situada justo antes del túnel de Glòries, habilitada para vecinos y transporte público

Dos agentes de la Guardia Urbana controlan la salida situada justo antes del túnel de Glòries, habilitada para vecinos y transporte público / Manu Mitru

Manuel Valdés, gerente de Movilidad e Infraestructuras, charla con este diario la tarde del martes para valorar las primeras 48 horas de vida del túnel. Niega que los atascos sean superiores a los registrados la semana pasada, cuando las 'new jersey' todavía desviaban el tráfico hacia la superficie de la plaza. Niega también que la cola de coches haya llegado, como ha podido leer en algún medio de comunicación, hasta el Besòs. "Lo que hemos hecho es soterrar una vía de entrada a la ciudad que siempre ha tenido retenciones", resume. "No podemos esperar una mejora significativa porque la entrada ya tenía dos carriles", añade. Y poner tres, señala, solo ayuda a generar un efecto embudo. Sobre si ha habido trasvase de conductores hacia Aragó, Ronda Litoral o Meridiana, sostiene que no han observado crecimientos significativos en la intensidad media de vehículos de esas arterias, ya de por sí muy cargadas cada mañana.

Mejor para el bus

El responsable municipal cuenta que las cosas han ido mejor que el lunes. Por dos cuestiones. Primero, porque han sido muchos menos los que han cogido la salida en Bilbao reservada a transporte público (hay señalización horizontal y vertical) que queda justo antes del túnel. Tanto vehículo había generado serios problemas en el lateral de la Gran Via durante la primera jornada. Y segundo, porque también ha caído la cifra de automóviles que tratan de acceder a Gran Via desde la calle de Llacuna. Vasos comunicantes, pero con coches.

Lo que ha experimentado una cierta mejora es el servicio de bus metropolitano, esos cerca de 250 autocares que entran a la ciudad por Glòries con entre 12.000 y 15.000 pasajeros (números muy redondos). El vial reservado en la C-31 a la altura de Badalona y el de la Gran Via, que ahora llega hasta Castillejos, permite reducir el trayecto en unos cinco minutos. Ahí, sostiene Valdés, es donde de verdad hay margen, en la apuesta metropolitana por el transporte público.