Quo vadis

José Mansilla: “Hacer la ‘superilla’ en el Eixample y no en Nou Barris tiene un aire clasista”

El antropólogo subraya que el turismo es un “mal distribuidor de rentas” y aprecia “dos almas” distintas en el gobierno de la ciudad que reman en direcciones distintas

“Lo más valiente que ha hecho Colau es el PEUAT. Hay que tener en cuenta que por cosas similares amenazaron de muerte a Itziar González”, afirma

José Mansilla

José Mansilla / FERRAN NADEU

Toni Sust

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José Mansilla se define como un antropólogo que da clases de Sociología. Las da de Sociología del turismo, es profesor asociado de Sociología en la UOC y de Cooperación al desarrollo en la Pere Tarrés. Especialista en antropología urbana, vecino del Poblenou, elige para la foto la cárcel Modelo: “Es una de las futuras áreas de transformación de la ciudad donde se verán las contradicciones y conflictos que eso genera: dinámicas de gentrificación, espacio público, cambios en el paisaje comercial, transporte urbano”.

¿Qué es una ciudad? Tenemos la visión de la que forman los elementos físicos, calles y plazas, pero la ciudad es la gente. La antropología urbana dice que lo urbano no tiene por qué darse solo en la ciudad, supone formas de sociabilidad que pueden darse también en contextos rurales. Sus características: cierto anonimato, poder pasar desapercibido en las calles. Y la posibilidad de lo contrario: encontrarse y formar coaliciones temporales.

"La ciudad es la gente. Sus características: cierto anonimato, poder pasar desapercibido en las calles. Y la posibilidad de lo contrario: encontrarse y formar coaliciones temporales"

En esta ciudad hay gente que añora la Barcelona olímpica, otros, a la Barcelona preturística, más sucia. No vamos a volver a eso.

¿Y hay alternativas a la Barcelona que sale de los Juegos Olímpicos? Las ciudades de hoy en día están destinadas a ser activos de lucro, objeto de revalorización. No solo Barcelona. David Harvey, geógrafo marxista, dice que si hemos tardado 200 años en llegar aquí no lo vamos a cambiar de un día para otro. Desmercantilizar la ciudad, si hay interés en hacerlo, costará mucho trabajo y tiempo. Hay que desmercantilizarla pero no en el sentido de que no haya actividad productiva. Barcelona es una ciudad turística y así se va a quedar. Mientras repensamos a medio o largo plazo una ciudad que no sea solo para el turismo, hay que pensar en alternativas productivas. Eso no se hace en una legislatura ni en dos.

Mansilla, en el exterior de la antigua cárcel.

Mansilla, en el exterior de la antigua cárcel. / FERRAN NADEU

¿Qué opina del discurso general de apuesta por el turismo de calidad? ¿Que no vengan los turistas pobres es la receta? El debate tiene una doble vertiente. Una es un tufo clasista impresionante. Lo que llaman el turismo de calidad no deja de ser el turismo de dinero. En realidad está demostrado que el turismo es un mal distribuidor de rentas. Pagar una noche en el Hotel Vela puede costar 500, 600 o 700 euros en función de la fecha, pero no significa que la camarera de piso vaya a ganar más dinero. Hay un estudio de la Universidad de Valencia que dice que normalmente el reparto entre la retribución del salario y la del capital en un sector ordinario en España es del 50%. Por cada euro invertido se consiguen 50 céntimos de retribución del capital y 50 céntimos de retribución salarial. En el turismo la proporción es del 80%-20%. Un turismo de calidad no supone una redistribución de renta y un mayor reparto de la riqueza, sino que acumula más dinero en manos de los que ya tienen.

"En un sector ordinario en España, por cada euro invertido se consiguen 50 céntimos de retribución del capital y 50 céntimos de retribución salarial. En el turismo la proporción es del 80%-20%"

¿El 'efecto Lloret', salarios bajos, la ciudad más pobre de Catalunya, se impone en todas las localidades turísticas? Lloret tiene toda una trayectoria que la ha llevado donde está, pero Barcelona no está ahí ni lo va a estar. En el debate del turismo de calidad hay otro elemento: no puedes evitar que venga el mochilero. Solo puedes hacerlo de dos maneras que pondrían los pelos de punta a los empresarios: limitando la llegada de vuelos baratos, que no lo van a hacer, y limitando los hoteles de baja calidad, que no lo van hacer porque sería tocar gran parte del tejido productivo hotelero.

"Solo puedes frenar que venga el mochilero de dos maneras que pondrían los pelos de punta a los empresarios: limitando la llegada de vuelos baratos y los hoteles de baja calidad"

¿Cómo ve el gobierno de la ciudad? No hay una sola cabeza en el gobierno de la ciudad. Hay dos alcaldes. Lo leí a alguien. Hay un alma de los ‘comuns’ y un alma del PSC que va en otra dirección. Una que le echaría toda la leña del fuego al turismo y otra que tiene una posición más o menos tibia e intenta parar.

En Barcelona en Comú se diría que el rechazo al turismo se ha matizado, ya no parece la posición del 2015. No tiene nada qué ver.  En cuanto al PSC, guarda la agenda de proyectos para la ciudad en un archivo de Windows 95. Salen siempre con lo mismo: los Juegos Olímpicos, la ciudad de los espectáculos, las ferias.

La ciudad olímpica. Peor, posolímpica. Por lo menos en la olímpica había un proyecto. En cuanto al turismo, hay que diferenciar entre dar valor y poner en valor. Lo explica un antropólogo de Cali que trabaja en la Universidad de Alicante, Antonio Miguel Nogués: dar valor es lograr que la gente se enorgullezca de los recursos de la ciudad en la que vive. Poner en valor significa establecer dinámicas de mercantilización de esos recursos. Es incompatible. No puedes poner algo en valor y que la gente se enorgullezca de ello. Eso pasa mucho en Barcelona y el alma del PSC va por ahí. Barcelona es una ciudad que apuesta por poner en valor sus recursos.

Se supone que Valls apostó por Colau para evitar al independentismo, pero ERC se ha mostrado más próxima que el PSC a los ‘comuns’. ¿Le ha sorprendido? No. Creo que los que empezaron afirmando que volver a un pacto con el PSC era lo más positivo para la ciudad y para los ‘comuns’  ahora no dirían eso. Que optarían por un reparto del mandato entre ERC y los ‘comuns’. Mucha gente se arrepiente.

"Creo que los que afirmaron que volver a un pacto con el PSC era lo más positivo para la ciudad y para los ‘comuns’ ahora no dirían eso. Optarían por un reparto del mandato entre ERC y los ‘comuns’. Mucha gente se arrepiente"

Hace 200 años que se empezó a diseñar la ciudad capitalista, pero hace solo 30 dos o tres estudiantes de Girona podían compartir un buen piso en Barcelona. Ahora es mucho más complicado. Las políticas neoliberales que Maragall puso en marcha en los 80 y principios de los 90 han conducido a la ciudad que tenemos ahora, girar eso costará mucho trabajo. Pero creo que se han dado pasos interesantes. En Twitter me llaman colauista o anticolauista, no soy procomuns, pero hay que reconocer algunas de las cosas que han hecho. Lo más gordo, lo más valiente: el PEUAT. Hay que tener en cuenta que por cosas similares amenazaron de muerte a Itziar González, que ya no nos acordamos. Reconducir la situación es muy complicado. A ver, el rollo de los comunes no era el soviet, vienen de Iniciativa. No han tenido mayoría absoluta y las competencias del ayuntamiento, aunque es rico, son las que son.

Las 'superilles': ¿qué es bueno, qué es malo? A mis alumnos les digo lo que me dijo un profesor: si acabáis la clase y lo tenéis todo claro, es que lo he hecho mal. Las cosas no son fáciles, ni todo es blanco ni negro. Como idea están bien, las 'superilles'. Los del lobi del automóvil han sido los primeros en saltar, por lo que se ve que se han tocado intereses muy poderosos. Críticas: las han puesto en marcha ignorando los efectos negativos que tendrán. Incremento del precio de los alquileres, atracción turística, homogeneización comercial. Otra crítica, contra ese discurso supernaíf de los comunes: parece que el espacio público es el último bastión de la izquierda. Vamos a poner más espacio público a disposición de la ciudadanía, otra palabra que tal. No sé si es porque todo esto está en manos de gente que proviene de escuelas de arquitectura o qué, pero el espacio público no funciona como ellos piensan. Por mucho que tú dispongas un área para que la gente salga a la calle, la gente no tiene por qué salir. Influyen muchos factores que hacen que el espacio sea ocupado por la gente.

"Como idea están bien, las 'superilles', aunque las han puesto en marcha ignorando los efectos negativos que tendrán. Incremento del precio de los alquileres, atracción turística, homogeneización comercial"

La gente no va donde la quieres llevar. Es al revés: el ayuntamiento debería potenciar las zonas que ya están siendo apropiadas por los ciudadanos. Si no, tendrás zonas muy bonitas que se acabarán llenando de gente que no tiene qué ver con el territorio. Otro aspecto de las 'superilles': viniendo de los comunes, tiene un aire clasista muy gordo. ¿Por qué haces aquí la ‘superilla’? ¿Por qué no en Nou Barris o en otro sitio donde la gente tiene una mayor necesidad de estar en la calle sin gastar dinero, sin sentarse en una terraza por falta de capacidad económica? Sitios en los que actuaría de forma compensatoria para los que sufren discriminación económica y no en el Eixample.

Colau construye vivienda en su segundo mandato, pero el parque público que quedará será todavía claramente insuficiente para que dé respuesta a la necesidad y para que incida en los precios del mercado. ¿Qué hacemos? ¿Esperar 30 mandatos? ¿Qué haces? No lo sé. Barcelona es de las ciudades que más invierten en vivienda pero no todo es la construcción. Y Javier Burón (gerente de Vivienda) lo sabe. Es necesario desplegar propuestas que acompañen eso, si solo construimos tardamos mucho y seguimos en la misma dinámica de la construcción, hay muchos pisos vacios. Está la regulación de los alquileres por parte de la Generalitat (Recién laminada por el Constitucional a raíz de un recurso presentado por el PP).

¿Está funcionando? Creo que no tenemos datos todavía para saberlo. Economistas muy sesudos creen que ha tenido influencia, pero la pandemia ha influido también, y ahora la guerra. Lo que sí creo es que hay que poner más dinero en controlar que la regulación se está cumpliendo.

En resumen, entre el derecho a la vivienda y el negocio, va ganado el negocio. Va ganando el negocio.

Y pinta que va a seguir ganando. Pinta que va a seguir ganando.

¿Qué problema tiene con la palabra ciudadanía? Que es una palabra que despolitiza. Porque ciudadanos somos todos. Y cualquier palabra que deposite bajo el mismo paraguas a gente con intereses confrontados me parece desafortunada. Como sociedad civil.

¿Cree en la ciudad sin coches? Por supuesto.

No se iría a vivir a un pueblo. ¡Ni de coña!

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