Nuevo plan de usos

Barcelona limitará la restauración en el Eixample para preservar el comercio de proximidad

El PSC cuestiona que deba aplicarse a todo el distrito y el tipo de comercios que regula

La Granja Vendrell de la calle de Girona

La Granja Vendrell de la calle de Girona

El Periódico

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La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado inicialmente un nuevo plan de usos para el distrito del Eixample que prevé limitar el número de locales dedicados a actividades como la restauración, con la voluntad de preservar el comercio de proximidad, en una medida que el PSC cuestiona.

Lo han explicado este viernes en rueda de prensa la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad del consistorio, Janet Sanz; y el concejal del Eixample, Pau Gonzàlez.

Concretamente, el plan de usos regula la implantación de actividades de concurrencia pública como restauración y actividades musicales; establecimientos alimentarios como autoservicios y comercios alimentarios con degustación; y locales vinculados a la actividad turística como el alquiler de bicis y la venta de viajes, entre otros.

Nueva regulación

Para ordenar la implantación de nuevos comercios de este tipo, se establecen condiciones en relación a la distancia entre locales del mismo tipo; las superficies mínimas y máximas y la amplitud de las calles, y se limita el número máximo de locales que pueden abrir en una zona determinada.

La propuesta de plan de usos establece una regulación única para todo el Eixample, excepto los mercados municipales, lo que simplifica las normativas vigentes y sustituirá los planes de usos del barrio de Sant Antoni y de la calle Girona -este último ha servido de modelo para el nuevo plan-.

La nueva regulación busca evitar que se reproduzca esta dinámica en otros puntos del distrito, sin embargo, no tiene efectos retroactivos en las licencias ya otorgadas.

Actualmente el Eixample cuenta con 14.416 locales, y un 28% están destinados a la restauración, autoservicios, comercios alimentarios, tiendas de conveniencia y actividades musicales, además, solo las actividades de restauración y degustación suponen el 20% de todos los establecimientos del distrito y casi el 30% de los locales dedicados a la restauración de la ciudad. 

Una vez aprobado inicialmente el plan de usos, ahora se abre un periodo de exposición pública de dos meses y se llevará a cabo un proceso participativo para recoger las aportaciones del vecindario, entidades y grupos políticos para intentar integrar mejoras al documento y llevarlo a aprobación definitiva.

Posición del PSC

Ante la aprobación inicial de la nueva regulación, la portavoz del grupo municipal del PSC en el Ayuntamiento, Rosa Alarcón, ha cuestionado que deba aplicarse a todo el distrito, así como el tipo de comercios que regula, y ha criticado que se haya hecho "solo desde el urbanismo", asegurado que ven necesario un plan de usos pero que también debe tener en cuenta el comercio.

Alarcón ha asegurado que el distrito alberga realidades distintas: "No es lo mismo el barrio de la Sagrada Familia que el barrio de Fort Pienc y en ese sentido apostamos porque la regulación del plan de usos se haga en las calles afectadas por la Superilla, que ya de por si producirá gentrificación", ha concretado, y ha añadido que tampoco es lo mismo una tienda de conveniencia que una tienda de bicicletas.