La oposición fuerza a Colau a comprometerse a quitar la losa del mercado provisional de Sant Antoni

El pleno municipal de Barcelona ha aprobado este viernes una proposición del grupo de Junts per Catalunya que llama a retirar la losa de la Ronda de Sant Antoni que sigue allí como último vestigio del mercado provisional que se instaló en el espacio mientras se rehabilitaba el oficial. La petición de Junts aboga por que el gobierno de Ada Colau “licite e inicie inmediatamente las obras de retirada de la losa, así como su reurbanización”. También reclama “un plan de choque social para abordar la problemática de seguridad, venta de drogas e incivismo”

Elsa Artadi ha calificado de “paso adelante” el apoyo de los socios del gobierno municipal a la medida, que ha prosperado por unanimidad, pero ha subrayado que es necesario que su posición no se quede en un gesto y que hay que concretar la retirada. Artadi ha afirmado que el gobierno “rectifica” únicamente porque la presión vecinal lo ha forzado.

Proyectos distintos

El concejal del Eixample, Pau Gonzàlez, ha entonado un mea culpa: “Hemos tardado mucho en retirar la losa”, ha admitido. “Hay que sacarla cuanto antes, y lo haremos antes de que acabe este año, aunque estamos pendientes de fijar la fecha”. Gonzàlez ha indicado que la intención es “actualizar” el proyecto previsto para la calle en 2018, que contempla un carril de circulación por sentido compartido para bus y vehículo privado y uno bidireccional en el centro para bici. El plan alternativo del gobierno de Colau era el de peatonalizar la zona y generar un nuevo espacio de urbanismo táctico allí.

Sin embargo, como en otras cuestiones, los socios que dirigen el consistorio, Barcelona en Comú y el PSC, no están totalmente de acuerdo sobre esta cuestión. Los socialistas son partidarios de mantener el proyecto de 2018 y fuentes del grupo explican que la retirada de la losa ha pasado de depender de Ecología Urbana, es decir, de Janet Sanz, a Mercados, es decir, de Montserrat Ballarín. A su vez, Sanz ha explicado que el proyecto de futuro está abierto y que se abordará con los vecinos, si bien ha descartado ya el carril de bici central.

Limitar los cruceristas

El pleno ha debatido y aprobado una proposición de ERC que inicialmente abogaba por limitar a 200.000 los cruceristas que visitan cada año Barcelona. La cifra habitual es de 400.000 anuales. Pero al final, para que hubiera acuerdo, la iniciativa se ha limado un tanto, o un mucho, hasta quedar descafeinada, si bien tiene su lógica que quedara así, porque el ayuntamiento por sí solo no está facultado para determinar cuántos cruceristas pueden visitar Barcelona. Es costumbre del consistorio debatir con cierta pompa cuestiones sobre las que no tiene competencias.

La iniciativa ha sido presentada por el concejal de ERC que más domina las cuestiones relacionadas con el turismo, Miquel Puig, que ha advertido: “Hemos dicho que la ciudad estaría mejor con la mitad de cruceristas. El gobierno municipal se ha comprometido a elaborar un estudio sobre la capacidad de carga de la Rambla, veremos lo que dice, pero me sorprendería que se pudiesen soportar más de la mitad de cruceristas”.

El republicano ha recordado que un crucerista que pasa por Barcelona en tránsito deja unos 50 euros en la ciudad y pasa “en rebaño” por ella, lo que genera molestias. En cambio, uno que embarque en el puerto de Barcelona en el crucero deja 500 euros en la capital catalana y no genera molestias por aglomeración. “Desgraciadamente, tenemos mucho más en tránsito que de los que embarcan aquí, y es necesaria una política dirigida a cambiar unos por otros”, ha considerado Puig.

Al final, se ha dado luz verde a un texto que reclama un nuevo plan estratégico sobre el turismo de 2023 a 2026, “poniendo especial énfasis en potenciar la calidad y sostenibilidad del turismo”, así como en evitar la masificación en los lugares en los que se concentran más turistas. En definitiva, nada muy concreto.

Francisco Ibáñez y Miguel Gallardo

El plenario ha aprobado la entrega de la medalla de Oro de la ciudad a varias personalidades. Entre ellas, a los dibujantes Francisco Ibáñez y Miguel Gallardo. Ibáñez ha suscitado el elogio general, por la gran presencia de su obra en la infancia y juventud, aunque también en la edad madura, de tantos barceloneses. El segundo, fallecido el pasado lunes, ha recibido un reconocimiento coral, especialmente significativo por parte de Colau, que ha explicado que era próxima a Gallardo y no ha podido evitar que se le quebrara la voz.