El futuro de Barcelona

Los expertos en urbanismo piden una visión más global, metropolitana y realista del modelo de ciudad

El ayuntamiento pone en marcha una comisión sobre el futuro del espacio público de la capital catalana y los entendidos en la materia coinciden en que, aunque la contaminación apremia, la prisa es mala compañera de viaje

Piden que las decisiones se basen en certezas, en datos y en planes continuistas y que no le arrebaten la esencia al Eixample

Superilla Sant Antoni

Superilla Sant Antoni / Ferran Nadeu

Carlos Márquez Daniel

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Solo para hablar del tranvía, el Ayuntamiento de Barcelona aprobó en marzo de 2017 la creación de una comisión especial que se desarrolló durante siete largas sesiones. Por ahí pasaron todo tipo de expertos que dieron su punto de vista sobre la gestión, el espacio urbano, la movilidad o el ámbito metropolitano. Fue muy intensa, aunque en nada cambió la hoja de ruta municipal, que tenía clara la conexión ferroviaria en superficie a través de la Diagonal, algo que finalmente pudo tirar adelante con el voto favorable de ERC. En enero de este año se aprobó otra comisión, con un tema mucho más amplio sobre la mesa: el modelo urbano de la ciudad. A pesar del grueso y de la entidad del asunto, la cosa se ventilará con más agilidad, con una primera sesión celebrada el viernes, y otras tres que están por llegar. Seis entendidos en la materia abrieron fuego con intervenciones de un máximo de un cuarto de hora. Dieron su punto de vista sobre las supermanzanas, los ejes verdes o el urbanismo táctico. La Barcelona del futuro, en 15 minutos.

Un tranvía de la línea T4, a su paso por la estación de Glòries.

Un tranvía de la línea T4, a su paso por la estación de Glòries / Manu Mitru

La sala Lluís Companys recibió a viejos conocidos del consistorio, como el exconcejal de Urbanismo (2007-2011) Ramón García-Bragado (invitado por el PSC), o José Antonio Acebillo (compareciente solicitado por Junts), arquitecto y urbanista que fue punta de lanza del diseño del espacio público durante los gobierno socialistas en Barcelona. Completaron el cartel Genís Domínguez, miembro de Eixample Respira, y Pere Macias, actual director del plan de Rodalies (a petición de los 'comuns'), y las arquitectas Maria Rubert de Ventós y Benedetta Tagliabue, ambas solicitadas por Esquerra. Hubo coincidencia en el diagnóstico, en la necesidad, defendida desde los años 70 por todos los alcaldes, de que la capital catalana sea más de las personas y menos de los coches, y también hubo quórum en advertir de que la contaminación es unas cosa malísima. A partir de ahí, todo son matices sobre el tratamiento a aplicar.

Sin freno

No hubo un apoyo explícito al plan de 21 ejes verdes que el gobierno municipal tiene entre manos. Un proyecto, por cierto, que un día antes la alcaldesa Ada Colau dejó claro que no tiene freno y que de hecho debería desplegarse con más brío. Acebillo, tras escuchar el informe presentado previamente por el arquitecto jefe del ayuntamiento, Xavier Matilla, sacó punta al lápiz de su habitual sarcasmo: "Soy un ingenuo y cuando leo una cosa me la creo, pero este documento no tiene nada que ver con el modelo urbano, el objeto de esta comisión, sino con el espacio público". Tras la primera en la frente, sostuvo que "romper la centralidad del Eixample es gravísimo, supone el desmantelamiento de determinadas situaciones vitales". Puso como ejemplo el traslado del Hospital Clínic a terrenos de la zona universitaria. "Cerca de 400.000 personas se quedarán sin hospital, que podría instalarse en la Escuela Industrial". "No cabe", le respondió la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz. "Sí que cabe", replicó el veterano arquitecto.

Barcelona abre túnel viario de Glòries que liberará una gran área como zona verde

Apertura del túnel de Glòries, a finales del año pasado / Jordi Otix

Más que recetar, Acebillo se dedicó a pincelar, a definir Barcelona. Una ciudad que ve de la siguiente manera: "Es densa, compacta, con un 'skyline' horizontal, con hibridez funcional predominante, con la historia como referente, con el espacio público como vertebrador, culturalmente singular, que siempre ha funcionado a base de crear nuevas centralidades, que es capital y que intenta compatibilizar la competitividad socioeconómica global con todo lo necesario para no agravar el cambio climático". García-Bragado ejerció de incrédulo apóstol Tomás al reclamar al consistorio los datos que acrediten que su plan de ejes verdes o la reforma prevista en Via Laietana no van a generar un caos circulatorio en las calles aledañas. "He preguntado, y no he obtenido respuesta, sobre cuál ha sido el crecimiento de vehículos en la calle de València tras la restricción de tráfico en Consell de Cent", puso como ejemplo.

Empezó diciendo que es "fácil y normal estar de acuerdo en que hay que dar respuesta a la crisis ambiental". Pero no a cualquier precio. Defendió la "multifuncionalidad" ante la voluntad de "penalizar determinada movilidad", y lamentó que el proyecto de humanización del Eixample destruya los chaflanes: "Debemos tener en cuenta el derecho de la gente de parar, de descargar, y para esto estas esquinas son ideales".

"La ciudad no tiene un problema de movilidad, tiene un problema de salud"

Domínguez fue la voz de alarma de la comisión al recordar que la contaminación es la causa de 1.500 muertes prematuras en la ciudad, que la polución afecta al desarrollo cognitivo de los niños y que 200 casos de cáncer de pulmón en la ciudad son achacables a los malos humos. "La ciudad no tiene un problema de movilidad, tiene un problema de salud", resumió, al tiempo que consideró que ocho años es un tiempo inaceptable para culminar el proceso de 21 ejes verdes. Macias fue con diferencia el más académico de los seis ponentes. Empezó marcando terreno: "La reivindicación del derecho a la movilidad es un grave error. Lo que debemos reclamar es el derecho a la accesibilidad". Vinculó la ambición de generar más espacio público con la creación de alternativas al vehículo privado, sobre todo, y básicamente, en el ámbito metropolitano.

Lo que está por venir

Como buen conocedor de la materia, puso datos a la teoría. Recordó que a diario se registra un millón de desplazamientos de conexión, es decir, de entrada y salida de la gran ciudad, y enumeró las mejoras prevista en transporte público en elos próximos años para blandir un cierto optimismo. La línea 9 espera unos 150.000 viajeros más, el tranvía generará unos 100.000, el conjunto de Ferrocarrils, con la futura L8 de Espanya a Gràcia, 150.000 más, y el plan de Rodalies sumará otros 200.000 usuarios. En total, 600.000 desplazamientos que pasarían al transporte público. "La oportunidad es excepcional", compartió el también 'exconseller' de CiU.

Aspecto de las obras, paradas, de la L9 en la calle de Mandri, en la Bonanova, en diciembre del 2020.

Aspecto de las obras, paradas, de la L9 en la calle de Mandri, en la Bonanova, en diciembre del 2020 / Ferran Nadeu

Rubert de Ventós también invitó a ir más allá. Sobre el plan de ejes verdes, instó a que todas las calles tengan una configuración similar en una Barcelona "en la que el coche no tiene cabida", y se mostró -fue la única- a favor del urbanismo táctico a base de barreras de cemento del tipo Jersey, unos elementos, dijo, cuya "funcionalidad pasa por delante del debate estético". Y aportó una idea de Oriol Bohigas sobre los procesos participativos en materia de urbanismo: "Ojo con no tener las ideas claras de antemano, porque si no luego las cosas se complican". Tagliabue, además de reivindicar el papel de los arquitectos, los urbanistas, los diseñadores y los artistas en el diseño y configuración del espacio público, recordó que la calle es "la continuidad de nuestros hogares" y se mostró crítica ante los elementos que precisamente rompen con esta armonía lineal, en una clara alusión, en negativo, al urbanismo provisional impulsado por el gobierno local.

Gracias por venir

Al término de los ponentes, fue el turno de los grupos municipales. Llamó la atención la alocución de Celestino Corbacho (Ciutadans), que como perro viejo de la política, echó mano de la ironía: "No se vayan -en referencia a los expertos invitados- con la idea de que aquí llegaremos a alguna conclusión sobre el modelo urbano. No pasará. Son unas jornadas interesantes, pero con independencia de lo que digamos, la resolución final que salga de la comisión no tirará adelante porque la alcaldesa ya dijo que las políticas actuales de modelo urbano que se están llevando a cabo son las únicas buenas y son las que llevarán a cabo hasta el siguiente mandato". Los expertos salieron del ayuntamiento poco después. Quizás preguntándose si habían sido útiles o utilizados.

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