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‘Cheerleading’: dónde aprender el deporte de moda de Netflix

Las nuevas 'influencers' llevan uniforme y lazo gracias la docuserie viral ‘Cheer’. Hace años que dejaron los pompones. El cheerleading ahora está en los ránkings de deportes más peligrosos del mundo. Thunders Barcelona ofrece cursos de iniciación gratis

Entrenamiento del club de cheerleading Thunders Barcelona

Entrenamiento del club de cheerleading Thunders Barcelona / Ferran Nadeu

Ana Sánchez

Ana Sánchez

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Aquí se ven casi tantas piruetas como las de la nueva novia de Urdangarin esquivando a la prensa. Hay cheerleaders volando por los aires y ni un pompón a la redonda. Si alguien gritara “¡dame una A!”, caería fulminado por un rayo. Da igual. Todo el mundo les sigue preguntando a quién animan. “A nadie”, se encogen de hombros con resignación.  

INEFC (avenida del Estadio, 12). Aquí entrena el club Thunders Barcelona. Cualquier novato en mallas puede venir a aprender a ser cheerleader. Los cursos de iniciación son gratis. “Es para todos”, te garantiza la entrenadora al ver tu cara de espasmo. Y, sí, dos horas después, acabas haciendo equilibrios sobre tres cheerleaders en menos de lo que tardas en decir “¿pero cómo se baja?”. En 30 segundos se suelta tanta adrenalina como si quedaras con Calleja. 

Esto es cheerleading de competición: vendría a ser una mezcla de gimnasia, acrobacias y baile. “Coge la mejor parte de cada uno y lo une todo en un solo deporte”, resumen sus acólitos. Ellas y ellos. Es un deporte mixto. “Uno de los más peligrosos del mundo”, según los ránkings.

Si tecleas “cheerleading” en Google, levantarás tanta humareda digital que si buscaras a las Kardashian: aparecen mil y pico millones de entradas. Desde series virales de Netflix hasta tutoriales para hacerte lazos gigantes de competición. Tienen organización internacional (ICU), con 7,5 millones de atletas. Mundiales en los que compiten un millar de equipos de más de 40 países. El IOC lo reconoció el año pasado deporte olímpico

Esto son 'baskets': cuando lanzan al aire a las 'flyers'.

'Baskets': así se llama cuando lanzan al aire a las 'flyers'. / Ferran Nadeu

Vuelve a estar entre las series más vistas de Netflix: acaba de estrenarse la segunda temporada de 'Cheer', la docuserie viral que ha convertido en estrellas mediáticas a los cheerleaders de Navarro, un 'college' perdido en Corsicana, Texas, ahora epicentro de 'influencers' con lazo. Entran sudores solo de ver a la entrenadora, Monica Aldama, una mezcla de la profesora Grant de 'Fama 'y el sargento Foley de 'Oficial y caballero'. 

Con la serie en mente, llegas al gimnasio del INEFC más acobardado que si te hubieras colado en el tatami de Cobra Kai. “No quiero que hagas ese mortal”, se ríe Chloé, tu entrenadora de hoy, al ver que no cierras la boca. Al lado hace acrobacias un equipo veterano. “Hay un nivel para cada uno”, promete. La semana pasada, te anima, vino a probar una mujer de 54 años.

Una pirámide de cheerleaders desde dentro.

Una pirámide de cheerleaders desde dentro. / Ferran Nadeu

Chloé Adam, 24, francesa. Cuando no entrena a novatos, suele estar volando. Es flyer, así llaman a las cheerleaders que lanzan por los aires. No te fíes: su sonrisa es directamente proporcional a las agujetas que deja. “No te vas a aburrir –te garantiza -. Aquí estás haciendo cosas nuevas siempre”. Saltos, posiciones, mucho vocabulario y piruetas básicas que no intentabas desde la EGB. “No pasa nada –repite Chloé-. Yo estoy aquí para recogerte”. Es el mantra del 'cheer'. “Yo nunca te voy a dejar caer”, promete Eli, una de las principiantes de hoy, al levantar a la 'flyer' neófita. Nadie lo duda.  

Los cursos de iniciación son gratis. Desde enero, el cheerleading de los Thunders incluso se ha añadido a la oferta fitness de la app Urban, como un gimnasio más. “Para darlo a conocer y para que la gente lo desmitifique un poco –explica Laura-. Hay niñas que han venido con pompones –resopla-. Les enseñamos lo que realmente es el cheerleading y abren los ojos”. 

Estos son 'stunts': grupos de 3 en los que se eleva una.

Estos son 'stunts': grupos de 3 en los que se eleva a una. / Ferran Nadeu

Laura Sala, 27 años, es la directora de Thunders Barcelona. Gimnasta de toda la vida. Hace 13 años que se pasó al cheerleading. Hasta que se rompió todos los tendones del pie. “Menos uno”. Lo dice sin mueca de dolor. “Es que el cheerleading es un deporte de riesgo”, asiente sin aspavientos. Montó el club de Thunders Barcelona en el 2014. “Empezamos con 15 chicas –recuerda-. Ahora ya somos 90”. Uno de sus equipos irá en abril a los mundiales de Orlando.  

Una de las 'flyers' hace piruetas en el aire.

Una de las 'flyers' hace piruetas en el aire. / FERRAN NADEU

Algo se ha notado el efecto 'Cheer' en Barcelona. Se ve ajetreo de novatos en los cursos de iniciación. Pero sin 'boom'. “Yo creo que la gente lo ve piensa: ‘Hala, qué chulo, yo quiero hacer esto’ –justifica Laura-. Pero no creen que en España pueda existir”. 

250 cheerleaders federados

En Barcelona se pueden encontrar otros tres clubs. Hace años que el cheerleading aparece entre las disciplinas de la Federació Catalana de Ball Esportiu. La temporada pasada tenían 250 cheerleaders federados. Organizan cada año - quitando los últimos dos pandémicos- open y campeonato de Catalunya. Esta temporada, también se ha estrenado como disciplina oficial de la Federación Española de Baile Deportivo

La competición más cercana, covid mediante, será el 27 de febrero en el INEFC: Partner Up. “La hemos abierto de momento a nivel nacional”, adelanta Laura. En julio montarán un macroevento con entrenadores y atletas de todo el mundo: Cheer Up World. “Para dar a conocer Barcelona como ciudad de cheerleading”, apunta la organizadora. 

“Es un buen comienzo”, asiente Diana Cano. Ella y Diego Tique se vinieron de Colombia para entrenar a uno de los equipos de Thunders: Xplosion. Es de nivel 7, el máximo del cheerleading. 

Una cheerleader hace el pino sobre un compañero.

Una cheerleader hace el pino sobre un compañero. / Ferran Nadeu

Él lleva 20 años en esto del cheer; ella, 15. “En el 2013 fuimos subcampeones mundiales”, tiran de currículum. Llevan más de 10 años como entrenadores. A pie de pista, está su bebé en el carrito con cara de echarse a saltar en cualquier momento.”Esto es como Colombia hace 25 años” comparan. Ahora allí en los colegios “prácticamente es una obligación hacer cheer”. 

Empoderamiento 'cheer'

Aún las ven como animadoras, lamenta Laura. “Cuando pedimos subvenciones, nos han llegado a decir: ‘No, es que vuestro deporte se muestra como algo sexista’”. Laura señala los 'partners' (así se llama al tándem del chico que levanta a la chica). “Hay hombres”. Son los que suelen levantar, sostener y lanzar a las flyers. Aunque hoy también está Berta sosteniendo a una chica con una sola mano. “Trabajamos para que cualquier chica pueda hacer lo mismo que un chico -dice Laura con orgullo-. Igual por fisionomía necesitará más trabajo, pero lo puede hacer. Así que cuando me dicen que somos sexistas…”, reniega con la cabeza. 

No, no animan partidos. Esto es All Star Cheerleading. De clubs, no universitario. “Si hacemos algún evento –puntualiza Laura- es porque es la forma de recaudar fondos para viajar a las competiciones. Pero normalmente no lo hacemos”.  

¿Lo que engancha? “Es un deporte muy completo”, dice Marine, una de las cheerleaders principiantes. “Es un reto continuo contigo misma”, añade Jutta, novata aventajada. Viene de Finlandia, una de las mecas del cheer. “El ambiente”, coinciden todos. Nadie lo duda. No hay muchos sitios donde siempre hay alguien preparado para recogerte cuando te caes.  

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