Relevo inmediato

Rafel se jubila pero su célebre bodega de Sant Antoni sobrevivirá

El entrañable hostelero ya ha firmado el traspaso pero aún se dejará ver por el negocio durante enero

Su nuevo titular es la familia del cercano Bar Borrell, que asegura que respetarán la oferta y el espíritu del local

Rafel Jordana en 'La Bodega d'en Rafel' en su último día como titular.

Rafel Jordana en 'La Bodega d'en Rafel' en su último día como titular. / Jordi Otix

Patricia Castán

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Rafel Jordana, persona y personaje ya inolvidable en el mutante barrio de Sant Antoni, llevaba años diciendo que se iba, que no podía más de jornadas XXL y de sobresaltos. Pero el creciente éxito de su personalísima bodega en el 52 de la calle de Manso le tenía ligado a la barra. Demasiada adicción a la clientela, que primero fue familiar y de barrio, y luego abrazó incluso a los 'hipsters', ávidos de autenticidad. Desde abuelos a jovenzuelos, todos aguardaban con temor el día en que se hiciera efectiva la despedida. Y ese día ha llegado por fin, este viernes: el carismático hostelero se jubila, pero el negocio sobrevivirá con idéntico formato. Así lo certifica a este diario el nuevo propietario, que el lunes tomará las riendas.

Rafel, que fue publicista antes que bodeguero, es el corazón de ese establecimiento de aire anticuado y cálido. Así que cabe preguntarse si la Bodega d'en Rafel puede seguir latiendo sin su sangre. Sin su sonrisa de bienvenida y la generosidad que expresaba dejando la botella del carajillo junto a la taza, entre otras mil señas de identidad. De momento, acudirá a diario durante tres semanas o un mes para suavizar el relevo, para presentar a los nuevos titulares. "Lo van a mantener porque saben que así gusta y así funciona", señala. Los llenos diarios lo testimonian.

En busca de descanso

Tras 35 años al frente del (también mediático) negocio, Jordana cuenta que no se va por los alquileres, ni por la fuerza. Ha sido un traspaso meditado y voluntario. Pero con 65 años quiere disfrutar más de la vida y la familia, coger oxígeno y reposo, olvidarse del estrés..., que si disgustos con el ayuntamiento, que si restricciones por la pandemia. Solo lamenta no poder hacer una fiesta de despedida, porque las circunstancias sanitarias no lo permiten, y tener que digerir la tristeza de sus parroquianos estos días, que se ven sin un referente del barrio.

¿Y quiénes serán los nuevos gestores? Pues la familia Masero, al timón hace unos años del también icónico Bar Borrell del Paral·lel. El patriarca, Víctor, andaba hace tiempo tras el negocio de Rafel, que lo contactó en cuanto tomó la decisión final, hace nada. Este empresario explica que tiene dos hijos, por lo que cada uno gestionará un local, "conmigo entre medio", bromea. Al frente de la bodega estará Marc, con amplio rodaje como jefe de sala del Cangrejo Loco, ilustra.

Interior de la Bodega d'en Rafel.

Interior de la Bodega d'en Rafel. / Ferran Sendra

Víctor conoce al dedillo la bodega y sus mandamientos, por lo que promete mantener su esencia. Ni desaparecerán las populares croquetas, morcillas, tortillones de patata y otros clásicos, ni el personal con solera de la casa. Afirma que tampoco cambiará el añejo interiorismo, porque el barrio ya está lleno de negocios modernos y clónicos. "A mi me gusta lo antiguo, lo auténtico, no lo tocaremos". Las únicas mejoras que proyecta, para más adelante, es llevar la cocina al fondo para agrandar un poco la sala, sin perder su estilo. Y renovar los lavabos, que eso sí agradecerán hasta los más puristas.

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