DERECHO A LA VIVIENDA

Los Mossos desahucian el exnarcopiso del Raval recuperado por los vecinos

Un amplio dispositivo policial ejecuta el desalojo por orden judicial del local del número 3 de la calle de Riereta, propiedad de Divarian, que se había convertido en un símbolo contra la 'narcoespeculación' en el barrio

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denonament / Jordi Otix

Helena López

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Un amplio dispositivo policial ha ejecutado este jueves el desalojo de los bajos del 3 de calle de Riereta, en el Raval, un piso propiedad de Divarian que tenía un gran simbolismo para el barrio. Durante más de tres años el local fue okupado por un grupo de traficantes que tenía atemorizado al vecindario hasta que un grupo de vecinos, hartos de la 'narcoespeculación' -de que grupos de traficantes se hicieran con pisos vacíos propiedad de bancos y fondos de inversión que los tenían abandonados- entraron en el mismo y lo convirtieron en el hogar que era hasta el desalojo de este jueves.

Fue el 19 de noviembre del 2017 cuando, alertados por los vecinos de la finca que les comunicaron que hacía días que los 'narcos' no se veían en los bajos, se armaron de valor, entraron y lo llenaron de vida. Los narcos habían sido desalojados por orden judicial en abril del 2016, pero a los pocos días, para pesadilla de los residentes, entraron de nuevo y volvieron a convertirlo en punto de venta de droga hasta que el vecindario se organizó para decir basta.

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Policía frente al 3 de la calle de Riereta, en el Raval, este jueves. / Jordi Otix

Durante estos últimos cuatro años la casa -lo que era el local hasta este jueves- se había convertido en emblema de la victoria vecinal contra la 'narcoespeculación'. Tras seis órdenes judiciales de desahucio y tres lanzamientos -en tres ocasiones pudieron parar el desalojo sin tener que convocar a los vecinos en la puerta- este jueves el lanzamiento se ha ejecutado.

"Un poco de todos"

A primera hora de la mañana, el Raval organizado se concentraba en la puerta de los bajos para arropar a David, el joven que allí vivía, y para defender una casa que sentían "un poco de todos". De las trabajadoras del CAP Raval Nord, siempre al pie del cañón, a Pere y Llum, los dos mayores del barrio que no fallan a ninguna convocatoria. "Cuando ha llegado la comitiva judicial, muy puntual, ha dejado claro que iban a ejecutar, que no había nada a negociar", explica David, tranquilo pese a todo y muy agradecido por las muchas muestras de apoyo recibidas durante la mañana y días atrás.

Vecinos concentrados en la puerta del Raval para intentar evitar un desahucio.

Vecinos concentrados en la puerta de Riereta, 3 minutos antes del desahucio. / JORDI OTIX

Cuando ha llegado el desfile de antidisturbios, desde los balcones algunos vecinos les afeaban a gritos que cuando tenían que haber acudido era cuando los traficantes les hacían la vida imposible, como denuncian, siguen haciendo en otros locales del barrio.

Cuando han llegado los Mossos d'Esquadra -unas 12 furgonas- han advertido a los concentrados que procedían a ejecutar el desahucio por orden judicial y que quien quisiera marcharse lo hiciera, porque los que se quedaran serían identificados. Así ha sido. "Ha sido una escena vergonzosa. Había el doble de policías que de vecinas", señala Iñaki García, líder vecinal.

Este no es el único desahucio ejecutado este jueves en el Raval pese a la moratoria estatal. Justo después del de Riereta, 3, se ha ejecutado otro desahucio en el 5 de la calle de Botella.