PROTESTA CIUDADANA

Los vecinos de Glòries exigen la urbanización definitiva de la Gran Via una vez inaugurado el túnel

Rechazan que el consistorio invierta dinero en una urbanización provisional, ya que temen que gastar demasiado dinero en una actuación temporal podría eternizarla

Cuando abra en breve el sentido Llobregat del túnel de Glòries quedarán 30.000 metros cuadrados libres de coches que los vecinos quieren convertir en paseo ya, tras seis años de obras

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mANIFA / Joan Mateu

Helena López

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Tras seis años de obras, ruidos, temblores, camiones, polvo y coches, muchos coches por todos lados y a todas horas, la esperada apertura del túnel de Glòries tenía que suponer el final de la larga pesadilla de los 3.500 vecinos que viven en los bloques de pisos de la Gran Via entre las calles de Badajoz y la Rambla del Poblenou. Cuando a principios de 2022 entre en funcionamiento el sentido Llobregat de la compleja infraestructura - el pasado 6 de noviembre ya se estrenó el sentido Besòs- quedarán libres de tráfico unos 30.000 metros cuadrados en el hoy gris lugar, que deberán convertirse en un gran paseo, transformación cuyo calendario ha sacado a la calle este sábado a los vecinos.

"Gran Via, urbanización definitiva, ni perder tiempo ni tirar dinero", rezaba la pancarta principal de la protesta. El objetivo de la manifestación es que el consistorio cumpla con el compromiso original de urbanizar la zona "de forma definitiva" una vez terminado el túnel. "No aceptamos que se gasten el dinero en una urbanización provisional. Queremos la urbanización definitiva ya. Ya sabemos qué pasa en esta ciudad con las obras provisionales, y más si gastan tanto dinero en ellas, que se acaban convirtiendo en definitivas", consideran desde las asociaciones de vecinos del Clot-Camp de l'Arpa, la Sagrada Família y el Poblenou, convocantes de la protesta.

Lola, una de las 3.500 vecinas afectadas de la Gran Via, está indignada con la noticia de que el ayuntamiento empezará con una urbanización "provisional y táctica" bajo sus casas tras la eterna espera. "Los túneles no son para nosotros, los que vivimos aquí. Nosotros nos hemos comido el ruido y las obras, pero los túneles son una infraestructura para los que entran y salen de la ciudad, para los vecinos la obra importante es la urbanización de la calle, lo que hagan encima del túnel es lo que disfrutaremos y queremos que lo hagan ya, ya hemos aguantado bastante", protesta mientras avanza en manifestación junto a algunos de sus vecinos primero hasta la sede del distrito -a afearla al concejal los incumplimientos por su parte, sobre todo en cuanto a los 15 equipamientos pendientes previstos en el Compromís de Glòries- y después hasta la sede de Urbanismo, donde se tomó la decisión de dejar la urbanización definitiva de la Gran Via para el próximo mandato.

"La madre de las salidas de emergencia"

Otro de los presentes en la manifestación -y en cientos de movilizaciones y de comisiones de seguimiento con el ayuntamiento en las últimas cuatro décadas- es Eduard Rodríguez, a quien todos saludan con cariño. Nacido en 1939, lleva desde 1978 involucrado en la lucha vecinal del Clot, desde que sus hijos iban al colegio. "Sobre otra cosa, no; pero a mí pregúntame sobre el barrio", se presenta. Al pasar junto a la salida de emergencias del nuevo túnel en la calle de Llacuna -"la madre de las salidas de emergencia", como la han bautizado algunos por sus grandes dimensiones-, Eduard, como le conocen todos, explica las quejas de los residentes en los pisos más bajos por el constante ruido de los ventiladores. "El otro día me explicaron que están trabajando para insonorizarlo, tendremos que ver si funciona", apunta el hombre, máximo conocer del estado de las obras por su vigilancia diaria.

Entre los vecinos movilizados piden también que se agilice la construcción de vivienda pública prevista en el enclave vinculada a la transformación de Glòries -una de las grandes asignaturas pendientes de la ciudad- y no son pocas las pancartas que recuerdan que "l'amiant no té encant", otra de las actuales batallas del barrio.

"Usos ciudadanos"

Desde el gobierno municipal responden que, como los vecinos, ellos apuestan también por transformar definitivamente el espacio, pero que, "de forma inmediata", "lo dotarán de usos ciudadanos y lo adecuarán por cuestiones de movilidad". "Por ello se ha llevado a cabo un proceso participativo para decidir los usos inmediatos y definir una primera intervención táctica que podría empezar a ejecutarse en el primer trimestre del próximo año", señalan. "Además de esta primera actuación inmediata, el gobierno municipal tiene como prioridad sacar adelante el proyecto definitivo lo antes posible. Las conclusiones del proceso participativo de la intervención inmediata servirán también para la elaboración del proyecto definitivo, y el compromiso del gobierno es disponer del proyecto ejecutivo y la obra definitiva licitada antes de mayo de 2023", concluyen.

Los vecinos no se conforman con eso e insisten en la necesidad de que las obras definitivas empiecen a ejecutarse antes de finalizar el mandato.

Luces LED en la C-31

La AMB informó este sábado de que acaba de sustituir 248 puntos de luz de la Gran Vía de Barcelona (C-31) en el tramo de 2,7 kilómetros que hay entre Glòries y el límite con Sant Adrià de Besòs, en ambos sentidos de la marcha. El nuevo alumbrado, de tecnología LED, supone la implementación de un sistema "bajo en carbono, más eficiente, limpio y sostenible", dicen; actuación que ha supuesto una inversión de 275.914 euros. En un comunicado, la AMB apunta los dos beneficios principales que conllevará esta nueva iluminación: cada año se consumirán 148.977 kWh menos, cifra equivalente al gasto de 20 viviendas; y un incremento de la seguridad, dada la mayor visibilidad.