Reactivación local

Barcelona (y sus visitantes) se echan a la calle en un fin de semana de euforia compradora

El inicio de la campaña navideña, la iluminación y el 'Black Friday' devuelven a las calles del centro las marabuntas de clientes y curiosos

Los ejes comerciales de barrio también viven buenas jornadas de ventas, animadas por el éxito del 'Bonus consum'

La Rambla, vestida de Navidad, este sábado por la tarde.

La Rambla, vestida de Navidad, este sábado por la tarde. / Manu Mitru

Patricia Castán

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La nueva y temible palabra del día, ómicron, se ha colado en todas las conversaciones pero no ha frenado el hambre de calle de los barceloneses y de muchos miles de visitantes este fin de semana. Unos y otros querían ver de cerca los reclamos navideños o avanzar sus compras aprovechando los descuentos del prolongado Black Friday. O simplemente disfrutar de una ansiada normalidad antes que los datos sanitarios o la sombra de nuevas restricciones lo impidan. Barcelona ha vivido un sábado de euforia, compradora o curiosa, que ha ido mucho más allá del reanimado epicentro comercial de la ciudad y se ha extendido a todos sus ejes de barrio, alentada además por los Bonus consum impulsados por el ayuntamiento.

Maribel M. era una de las muchas compradoras llegadas de otros puntos de Catalunya --Cubelles, en su caso-- que desde las diez de la mañana ya recorría Gran de Gràcia buscando ropa para equipar a sus hijos y con disimulo ir adquiriendo alguna que otra cosa de cara al 25 de diciembre. "Hemos querido aprovechar los precios y pasar el día aquí", explicaba, satisfecha de haber reservado con antelación un restaurante para comer, vista la multitud que hacia mediodía abarrotó también muchas barras y mesas. "Los descuentos valen la pena", opinaba, mostrando bolsas en las que el ahorro iba del 20% al 50%. Descartaba artículos sin rebaja, para sacar tajada a la jornada.

Ambiente en la feria de Santa Llúcia

Ambiente en la feria de Santa Llúcia / Manu MItru

Estos visitantes de un día, se sumaron a los turistas (un tercio de los de 2019) y a los barceloneses que regresaban al centro, cuyo comercio se ha llevado la peor parte de la crisis. Pelai, Portal de l'Àngel o el paseo de Gràcia recordaban a las navidades prepandemia. La gente acumulaba bolsas y eso ya era un indicio, antes de que llegaran las valoraciones de los ejes comerciales. También lo eran las colas ante algunos restaurantes, donde el pasaporte covid aún no era necesario y habría sido todo un reto encajarlo con tanto trajín.

Desde Barna Centre, constataron con esperanza ese "reencuentro" o ese "mayor movimiento" de potenciales compradores, aunque advirtieron que las ventas no repuntaban para todos, sino sobre todo para comercios y marcas con gran poder de atracción. A clientes y vendedores les costaba entender que el corazón local del 'shopping', el Portal de l'Àngel, esté parcialmente en obras, que en diversos momentos convirtieron este eje en una ratonera. Algunos viandantes --hartos de esperar a pasar por el cuello de botella que se formaba-- optaban por levantar las vallas que rodean las zanjas y pasaban arriesgadamente por en medio.

Marabunta y atasco de visitantes en el Portal de l'Àngel, en obras estos días.

Marabunta y atasco de visitantes en el Portal de l'Àngel, en obras estos días. / Manu Mitru

El sector ya lamentó hace semanas que esas tareas de canalización de agua coincidiesen con fechas punta de venta. Eran unas obras muy necesarias, pero se han alargado más de lo previsto. Según el ayuntamiento, que también ha impulsado intervenciones de mantenimiento del pavimento, finalizarán en pocos días.

Expectación por la iluminación

De ese modo, había que mirar tanto al suelo para no tropezar, como al cielo para disfrutar de los montajes luminosos que unas y otras calles han desplegado. En un muestreo poco científico a pie de calle, la puesta en escena de la plaza de Catalunya, antaño poco explotada por Navidad, ha convencido mucho más que el minimalista diseño de Aragó. Acaso por su contraste con la sofisticada y cálida ornamentación que repite el paseo de Gràcia.

Y aunque los anzuelos del 'viernes negro' no alcanzan al sector del lujo, el presidente de la Associació del Passeig de Gràcia, Luis Sans, asegura que la alta afluencia de visitantes a la zona y la "mayor alegría" de los compradores han tenido buenas consecuencias. A falta aún de viajeros rusos y del sudeste asiático, comienzan a notar la llegada de estadounidenses y de Oriente Próximo, que se suman a los barceloneses con ganas de volver a consumir, afirma.

Desde Sant Andreu, también muy animado toda la jornada, como Sants, Sant Antoni y otros ejes, Pròsper Puig valoraba en calidad de vicepresidente de Barcelona Comerç esas dos jornadas de "ventas adelantadas". Porque está convencido de que las ofertas no han hecho más que avanzar la actividad que habría cabido esperar en el próximo puente de diciembre. La fundación cree que la iniciativa no ayuda tan pegada a la campaña navideña. Los barrios han sido los más beneficiados de la buena acogida de los bonos de 10 euros de descuento inmediato (un máximo de tres por persona) que cualquiera puede disfrutar en más de 1.700 comercios adscritos.

Otros han preferido huir de la ciudad y aprovechar las primeras nieves, tras las restricciones de hace un año. La estación de Boí Taüll (Alta Ribagorça) ha abierto la temporada de esquí con cerca de una decena de kilómetros esquiables y un 30% de los remontadores operativos. Port Ainé y Massella lo hicieron viernes, mientras que este sábado también ha sido el turno de Baqueira Beret, La Molina y Vallter.