HISTORIAS METROPOLITANAS... 3

El ejemplo de las Dones Sàvies de Sant Cosme: canas, ternura y sororidad

Una veintena de vecinas mayores de este barrio trabajador de El Prat de Llobregat llevan más de una década reuniéndose semanalmente para cuidarse entre ellas y cuidar de su barrio, algo que hacen de forma informal desde hace 50 años, cuando lo vieron nacer

Dones sàvies de Sant Cosme

Dones sàvies de Sant Cosme / MANU MITRU

Helena López

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Les cuesta poco arrancarse a cantar. Son las 11 de la mañana de un martes de noviembre lluvioso y frío, pero este grupo de mujeres de Sant Cosme son las reinas del 'al mal tiempo, buena cara'. Pese a la pesada mochila que carga cada una (ninguna tiene menos de 60 años y no pocas superan los 80), las mañanas de los martes son para ellas y procuran disfrutarlas. Es su momento de reunirse, escucharse y, sobre todas las cosas, cuidarse. Si una está más floja por el motivo que sea, el resto se esfuerza en arroparla y hacerla reír; además de acompañarse a la cita con la enfermera, llevarse comida las unas a las otras en un mal momento y "lo que se tercie". Las Dones Sàvies de Sant Cosme son, como explican con orgullo, salero y emoción, una familia.

Este martes gris son 14 en el pequeño local municipal en el que se reúnen, en uno de los bajos de los bloques del barrio conocidos popularmente como 'los caballos' por el grafiti de las persianas. Pese a lo desagradable de la mañana, reunirse les hace bien. Además, no podían fallar. Hoy toca poner en común ideas sobre posibles nuevos textos a interpretar. Una de las muchas actividades a las que se dedican es al teatro.

Madres muy presentes

Están sentadas en círculo y se presentan una a una con sus dos apellidos, "para no olvidar el de la madre". Adoración García Sacristán, Emilia Lafuente Hernández, Paquita Valle Gómez, Iluminada Aceituno Fernández, María Magán González, Adoración López Cosano, Graciella García Pinós, Adoración Villalba Guil, Ana Padilla García, Elena Muñiz Cherneco, María Garcinuño Fuentes, Nicolasa Herance Barbo, Conchita Chinchilla Martínez y María Godoy Díaz. La mayoría llevan muchos años vinculadas a las Dones Sàvies -se constituyeron en 2009- y todavía más compartiendo barrio. "Somos vecinas desde 50 años, y eso une", señala María Godoy Díaz, quien a sus 84 años además de militar activamente en sororidad con las Dones Sàvies, participa todas las semanas en un programa en la radio de El Prat desde hace 17 y da clases de corte y confección.

No es la única hiperactiva del grupo. María Garcinuño Fuentes -a quien sus amigas llaman 'La Marquesa'- baila también sevillanas, baile en línea y, desde hace cinco años, tiene un huerto que le "da la vida". O Nicolasa Herance Barbo, quien hace también gimnasia y ganchillo...

Algunas de las 'Dones Sàvies' de Sant Cosme en el barrio rojo de París, frente al Moulin Rouge, el miércoles por la tarde.

Algunas de las Dones Sàvies de Sant Cosme en el barrio rojo de París, frente al Moulin Rouge, en el 2013. / HELENA LÓPEZ

Lo de que llevan 50 años siendo vecinas no es una forma de hablar. Lo son desde que se levantó el barrio en la década de los 60 del siglo XX para realojar a las personas que vivía en las barriadas de barracas de Barcelona, en Montjuïc y el Somorrostro. "Si a una le pasa algo, la otra sufre, pero las alegrías también las compartimos", coinciden risueñas la mayoría de mujeres, madres y abuelas, que llevan toda la vida cuidando de los suyos y, ahora y aquí, se cuidan también a ellas y entre ellas.

La semilla de Dones Sàvies -grupo de vecinas de Sant Cosme a partir de 60 años y hasta que el cuerpo aguante- se plantó en el 2009, cuando el Ayuntamiento del Prat de Llobregat las convocó para participar en el Consell de Dones Sàvies de Sant Cosme, proyecto de participación para debatir sobre las necesidades del barrios donde estas mujeres han levantado a sus familias y se han vinculado al tejido asociativo y vecinal, desde la lucha por unas viviendas dignas en los años 60 a la lucha contra las drogas en los 80.

Jamás olvidaré aquel vieja a París. Cada vez que veo la Torre Eiffel en la tele pienso, 'yo he estado ahí'

— Adoración López Cosano, Dona Sàvia

Tras esa primera convocatoria, el grupo fue creciendo y consolidándose, participando en distintos proyectos existentes y generando sus propias iniciativas y acciones como colectivo, aportando su conocimiento y experiencia.

De París a Belchite

Al poco tiempo de su nacimiento, las Dones Sàvies se arrimaron, o al revés, a Gats, entidad social que trabaja por el desarrollo comunitario, que sumó a las Dones a sus proyectos, como el Festival de Sopas del Mundo o el Festival Esperanzah! Junto a Gats han vivido experiencias que las han marcado, como aquel viaje a París del 2013 que organizaron como regalo a aquellas mujeres que vivían a los pies del aeropuerto pero que no habían subido nunca a un avión. "Jamás lo olvidaré. Cada vez que veo la Torre Eiffel en la tele pienso que yo he estado ahí", recuerda emocionada Adoración López Cosano. También las marcó un viaje a Belchite, en el que participaron también con Gats en el proyecto Primera Piedra. "Cogimos piedras y se las mandamos a personalidades de todo el mundo, de Merkel hasta al Papa de Roma, para animarles a que construyan un mundo más justo, sin guerras", relata Ana Padilla García.

El covid fue un duro golpe para las Dones Sàvies, por su edad y porque estaban acostumbradas a una vida social muy activa. "Abrió una brecha. Y, pese a que enseguida que levantaron un poco las restricciones nos volvimos a reunir en la calle, quedan secuelas. Justa ahora veo que volvemos de nuevo a ser lo que éramos. Es como si las viera volver a florecer después del largo invierno de la pandemia", concluye Ana García Moreno, la técnica del Ayuntamiento de El Prat que lleva al grupo, de la que todas hablan con devoción. "Nos trata como si fuera nuestra hija", coinciden mientras ella les devuelve una mirada agradecida y tierna.

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