Comisión municipal de Economía

Colau aprueba inicialmente los presupuestos gracias al apoyo de Barcelona pel Canvi

Los socios del gobierno logran el apoyo del grupo de Eva Parera y eluden así el obstáculo que suponía el ‘no’ anunciado y cumplido por ERC

El proyecto de cuentas municipales seguirá su recorrido y será sometido en diciembre a la votación que debe validarlo definitivamente

La número dos de Manuel Valls en el consistorio barcelonés, Eva Parera, junto al exprimer ministro francés.

La número dos de Manuel Valls en el consistorio barcelonés, Eva Parera, junto al exprimer ministro francés. / RICARD CUGAT

Toni Sust

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El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este miércoles inicialmente el proyecto de presupuesto de la ciudad para 2022 gracias a que los socios del gobierno, Barcelona en Comú y el PSC, han logrado el apoyo de los tres concejales de Barcelona pel Canvi, el grupo que encabeza Eva Parera, que sucedió en esa responsabilidad al exprimer ministro francés Manuel Valls. La aprobación inicial permitirá a las cuentas de la ciudad seguir su recorrido, que prevé su aprobación definitiva en el pleno municipal de diciembre, siempre que logren el apoyo de la mayoría simple.

La sesión ha resultado impactante, lo que es meritorio tratándose de un tema tan denso. La tensión ha sido considerable, porque si 21 concejales han votado a favor del presupuesto, 20 lo han hecho en contra, y algún puñal se han lanzado los concejales públicamente.

“Somos gente valiente”

Los tres votos de Barcelona pel Canvi han ahorrado un disgusto serio a los de Ada Colau, que sin ellos, a la vista del 'no' anunciado y cumplido por ERC, hubiera tenido que prorrogar las cuentas o bien retirar el punto del orden del día, para aprobarlas por otra vía o ya empezado 2022 en un pleno posterior. Visto desde el punto contrario, los republicanos han asistido a como tres votos dejaban en nada su ofensiva. Tres votos que Parera ha defendido argumentando que no suponen un aval definitivo, que solo permiten seguir negociando hasta la votación definitiva, prevista para el pleno de diciembre.

La propuesta prospera por la mínima: recibe 21 votos favorables y 20 contrarios

La concejala ha aludido a la sorpresa que su respaldo ha suscitado y se ha sacudido los dardos recibidos en distintas formas: “Somos gente valiente y me dan igual los insultos y las campañas que se hagan”. Y ante la alusión de que el apoyo recibido por el gobierno era el de Valls, formulada por la jefa de filas de Junts, Elsa Artadi, Parera ha recordado que el político francés ya no participa de su gestión: “El partido lo dirijo yo”.

La posición del grupo de Eva Parera deja en intento la ofensiva de Maragall contra el gobierno de BComú y el PSC

Cuando Parera ha anunciado el voto favorable se palpaba en la sala cierta tensión, que había subido ya con una intervención previa de la presidenta de Ciutadans en el consistorio, Luz Guilarte, que ha anticipado que Barcelona pel Canvi salvaría al gobierno aludiendo a Parera y a la concejala no adscrita Marilén Barceló como “una diputada del PP y una tránsfuga”. Parera integra las filas populares en el Parlament y Barceló abandonó el grupo de Guilarte para aproximarse al de Parera, aunque el consistorio no le permitió ingresar en él y lo integra de facto. Barceló ha protestado por el tono de Guilarte: “Antes me ha faltado al respeto a nivel privado y ahora público. Me siento muy satisfecha de tener un voto contrario al suyo. Usted es la concejala del ‘no’, yo soy la concejala del ‘sí’.

Presupuestos de recuperación

El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha recordado en la intervención inicial de la comisión la naturaleza del proyecto: “Son presupuestos expansivos que tienen que servir para reforzar el escudo social”. Y ha advertido de que la ciudadanía no entendería que no se aprobasen. A renglón seguido, el jefe de filas de ERC, Ernest Maragall, ha reiterado de forma sucinta los motivos de su rechazo: son, en su opinión, cuentas no transformadoras, propias de la “inercia”, a lo que ha sumado la denuncia del incumplimiento reiterado por parte del gobierno. Una denuncia argumentalmente necesaria, porque los republicanos han pactado las grandes decisiones de este mandato. Pero Maragall hablaba antes de que Parera certificara el gol en los últimos minutos por parte de Barcelona en Comú y el PSC. Gol, cierto es, que llega en la semifinal. Ahora hay que jugar la final.

El concejal de Presupuestos, Jordi Martí, ha agradecido a Parera que permita seguir negociando, y ha subrayado que eso es lo que se pidió a los grupos: tiempo, que no optaran por tumbar el texto. Y ha invitado a seguir debatiendo a partir de mañana. También ha replicado a Maragall que el cumplimiento del presupuesto para 2021 fue del 98%. Maragall ha insistido en que no se está abordando el futuro de la ciudad con planteamientos de transformación.

Por suerte para varios concejales, la mascarilla no dejaba verlo, pero no pocas sonrisas se han dibujado cuando Parera dejaba claro que no habría fiasco de los socios del gobierno. Artadi, como Guilarte y como el presidente del grupo del PP, Josep Bou, ha votado en contra. Ahora falta el partido final, para el que queda un mes largo.

El gobierno aprobó sin sobresaltos las cuentas de 2020 y las de 2021, en ambos casos con el apoyo de ERC, y el de otros grupos en distintas ediciones: Junts per Catalunya votó a favor de las cuentas de 2020 y Barcelona pel Canvi, de las de 2021. 

Regreso provisional al pasado

El gobierno de Ada Colau ha regresado esta semana al mandato anterior, como si hubiera viajado en el tiempo, sin duda sin querer. En el mandato anterior, Colau prorrogó para 2016 los últimos presupuestos de Xavier Trias, de 2015. Fue una decisión previsible, a la vista de que llevaba medio año como alcaldesa: unos meses después, el gobierno impulsó una modificación presupuestaria sobre esas cuentas prorrogadas. Los presupuestos para 2017 y 2018 vieron la luz por una vía extraordinaria, pensada para que un ayuntamiento no quedara bloqueado por la precariedad de su gobierno: una cuestión de confianza asociada al proyecto de presupuestos. El funcionamiento es claro: una vez derrotado el proyecto de presupuestos del gobierno local, se abre un periodo de un mes durante el cual la oposición tiene la oportunidad de sumar los votos necesarios para elegir a otro alcalde. Si pasados los 30 días no hay acuerdo para designar a ese nuevo munícipe, el proyecto del alcalde vigente resulta aprobado automáticamente. Y en el último año de su primer mandato, la alcaldesa se vio obligada a prorrogar los presupuestos anteriores: si el acuerdo no fue viable antes, a seis meses de las elecciones municipales todavía fue más complicado.

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