soledad en la tercera edad

Barcelona rediseña sus robots cuidadores para evitar el apego

El Ayuntamiento extiende a 100 ancianos que viven solos un robot que les ayuda a recordar tareas diarias o da la alarma en caso de accidente doméstico

El antiguo 'Misty' pasa a llamarse 'Ari', un aparato con una tableta con el que es más difícil compararlo con un humano

Barcelona prueba la asistencia con robots a personas mayores que viven solas

Barcelona prueba la asistencia con robots a personas mayores que viven solas / ELISENDA PONS

Elisenda Colell

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Se llamaba 'Misti' pero ahora se llama 'Ari'. El nuevo robot que acompaña en la soledad a los ancianos de Barcelona es más autónomo, permite hacer videollamadas, y no se asimila tanto a los humanos como ocurría con el primer prototipo que testaron 13 personas. "Yo creo que con el tiempo será como uno más de la familia", explica Álvaro Posada, uno de los 100 participantes del proyecto. Dice que se ha acostumbrado a la soledad, pero el robot le hace la vida más fácil. "Se acabaron los post-its por toda la casa", añade.

Hace 14 años que Posada, un colombiano de 74 años, vive solo en un piso de Barcelona. "Tengo tres hijos, dos en Barcelona y uno en Ginebra, pero cada cual hace su vida", precisa. Nacido en Cali, llegó a Barcelona en 1974. "No fue por necesidad, ni por trabajo: fue por amor", cuenta. Cuando tenía 25 años, su novia se tuvo que ir a Barcelona. "Su hermano quería ir a Terrassa a estudiar sobre la industria textil, y su familia pensó que si se mudaban todos a España ella y yo dejaríamos de vernos. No les gustaba mucho que yo estuviera con ella", recuerda. Pero el amor, a veces, rompe fronteras y prejuicios. Posada se plantó a Barcelona y con su novia acabó compartiendo toda una vida.

"Hace 14 años que ella no está, se murió de cáncer", recuerda Posada con la voz entrecortada. Con su pérdida empezó su vida en soledad. Diseñador de interiores, sigue colaborando con empresas y aprendices a pesar de llevar más de 10 años jubilado. También participa en varias asociaciones de la tercera edad. Pero llegar a casa ya es otra cosa. "Uno tiene que acostumbrarse a la soledad, no te diré que sea fácil pero es un mal endémico de nuestra sociedad", explica. Hace cosa de un año en casa recibió compañía, se trataba de un robot personal que para él, y 12 barceloneses más en su misma situación, les daba conversación y les recordaba las tareas domésticas.

Cambio de robot

"Al final le acabas cogiendo cariño y tratando como a uno más de la familia. Si pudiera comer le haría la comida y le sentaría a la mesa conmigo", explica. Y esto es, precisamente, lo que el Ayuntamiento de Barcelona ha querido remediar. Que los robots no acaben sustituyendo, en ningún caso, la necesidad del contacto humano. Tras este primer piloto han decidido cambiar al robot 'Misty' por 'Ari'. Misty era más bajito, daba bastantes problemas de conexión pero, además, tenía una cabecita, cuello y ojos muy parecidos a los de un niño. "Ari es más alto, por lo que ya no se tienen que agachar para dirigirse a él, tiene mayor alcance de visión, y además no tiene esta forma tan humanoide, es importante que no se confunda con una persona, hay que verlo como un robot, un ayudante, no un amigo", ha señalado esta mañana el director del proyecto municipal, Julio Calvo.

"¿Te has tomado la medicación?", "¿cómo estás hoy?", "¿has dormido bien?", ¿te has levantado por la noche?". Estas son algunas de las preguntas que formula 'Ari' a diario a sus dueños. Pero además puede hacer recordatorios. "Acuérdate de coger las llaves cuando salgas de casa" o "tienes hoy cita con el médico, no te olvides de la tarjeta sanitaria". También pone música, avisa a sus dueños de cumpleaños de sus allegados, y les sugiere hacer videollamadas con personas de carne y hueso. "La tableta nos permite precisamente esto, el contacto con otros. Ari puede hacer videollamadas, pero en caso de que el usuario no responda, o no se le detecte, se activan familiares, allegados, servicios sociales o cuerpos de seguridad que pueden también activar la tableta y ponerse en contacto con los ancianos por si hay accidentes domésticos", ha explicado el coordinador del proyecto y responsable de la Fundación Mobile World Capital Barcelona, Eduard Martín.

Y es que la fundación del congreso de móviles coparticipa en este proyecto. Aportará 125.000 euros para financiarlo, una cifra similar a la que desembolsará el consistorio. Está previsto que en 2023, 100 personas mayores que vivan solas puedan tener este robot en su casa, y desde el ayuntamiento aseguran que en los próximos años se irá extendiendo por toda la ciudad. "Es evidente que no puede desempeñar las tareas de un cuidador, y menos de una residencia, pero para aquellas personas que se encuentran bien, que no tienen graves problemas de movilidad, puede ser una ayuda y nos puede alertar si ocurre algo", insiste Calvo. En toda la ciudad, 90.000 personas mayores de 65 años viven solas, una cifra que en la próxima década se puede llegar a duplicar.