INICIATIVA VECINAL

Parada la sexta orden de desahucio del huerto comunitario de Prosperitat

Cuando parecía que el acuerdo entre propiedad, ayuntamiento y vecinos estaba listo -los dos últimos ya lo habían firmado- el proyecto comunitario Date una huerta recibía por sorpresa la enésima orden judicial de desalojo para este viernes, suspendida finalmente este martes

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desnonament / Jordi Otix

Helena López

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Cuando parecía que la unida comunidad del huerto comunitario Date una huerta tocaba el final -feliz- con la punta de los dedos, llegó a traición la sexta orden de desahucio. "No entendemos absolutamente nada. El acuerdo estaba listo y se redactó tal y como ellos querían”, resumía la situación Elia Herranz, portavoz de la asociación de vecinos de Prosperitat. El barrio celebraba hacía días -de manera informal e íntima, pero la alegría la llevaban en el cuerpo- un trabajadísimo convenio ya firmado por el distrito y los vecinos, que tenía -tiene- solo pendiente la firma de la propiedad, quien en principio estaba de acuerdo en todo. Por eso la sorpresa fue mayúscula al recibir la sexta orden de desahucio. "El convenio no lo han firmado aún, pero la orden de desahucio hasta hace nada prevista para este viernes, sí", añade indignada la misma portavoz vecinal. Orden finalmente suspendida casi en tiempo de descuento por la propia propiedad tras la movilización vecinal.

Una voz del distrito aseguraba este lunes que la propiedad les comunicó ya a mediados de octubre que habían iniciado las instrucciones para suspender la orden de desahucio (pese a que la confirmación oficial no ha llegado a los vecinos hasta este martes), “por tanto, hay que esperar que firmen el convenio”, zanjaban optimistas en el ayuntamiento. En la Prosperitat, en cambio, ya no se fían.

Convenio a cuatro

El convenio para el uso temporal del solar al que tantas horas de trabajo y reuniones dedicaron tanto la gente del huerto comunitario, como la de la asociación de vecinos -aliados- y del distrito era -es- doble. La propiedad cedía el solar al ayuntamiento mientras no tuviera planes para el mismo, y este se lo cedía a su vez a la asociación de vecinos, que hacía lo propio con la comunidad de Date una huerta, que lleva cinco años dando vida al terreno en el 79 de la calle de Joaquim Valls, en el centro del barrio, hasta su entrada absolutamente abandonado.

"Firmar el convenio fue una decisión difícil y muy trabajada, pero entre todos aceptamos y firmamos porque significaba parar al fin los desahucios, que queman mucho y suponen un sufrimiento y una agresión al barrio”, prosigue Herranz, quien critica que sienten que están jugando con ellos y su tiempo.

En la Prosperitat -y en todo Nou Barris- todos tienen claro que Date una huerta es mucho más que un huerto urbano, que también lo es. "No solo aporta verde y calidad de vida en un barrio muy denso en población y en cemento, es también un proyecto social que en sus cinco años de existencia se ha ganado el reconocimiento de todos. Es un espacio de socialización, cultura, respeto por el medio ambiente, solidaridad y proyectos comunitarios abiertos a todos", reivindican.