PATRIMONIO DE BARCELONA

Nuevo giro de guion en Can Capellanets

El concejal de Les Corts anuncia que el Arzobispado ha rescindido el contrato con la promotora que iba a construir una residencia en el edificio y jardín patrimonial reivindicado por el barrio

La plataforma Defensem el Patrimoni de Les Corts celebra la noticia y asegura que si el nuevo proyecto de residencia del Arzobispado respeta el jardín protegido contará con su apoyo

Capellanets

Capellanets / Simone Boccaccio

Helena López

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Pese a que los vecinos no quieren lanzar todavía las campanas al vuelo (con razón), lo anunciado este martes por la tarde por el concejal de Les Corts, Joan Ramon Riera, en la audiencia pública del distrito sabía a éxito fruto del trabajo realizado durante años por los miembros de la plataforma vecinal Defensem el Patrimoni de Les Corts. Riera informó de que el Arzobispado había rescindido el contrato con el promotor de la residencia proyectada en el edificio conocido popularmente como Can Capellanets. "Ahora nos encontramos en un punto en el que promotor y Arzobispado se tendrán que sentar para ver qué consecuencias tiene esta rescisión. Desde el punto de vista público, nosotros entraremos cuando toque, pero primero tienen que hablar entre privados", expuso Riera para alegría del vecindario organizado cuyo único objetivo era y es proteger Can Capellenets, maltrecha finca levantada en 1881 catalogada y del poco patrimonio que queda en pie en el casco antiguo de Les Corts.

Pese a no dar la victoria por definitiva, desde Defensem el Patrimoni de Les Corts celebraron la noticia, que les daba, cuanto menos, margen. “Consideramos que el proyecto ahora parado iba en contra de la protección del patrimonio y suponía la destrucción de un jardín protegido”, argumentan convencidos de que “este es el punto de partida para trabajar en un acuerdo con el Arzobispado que sea beneficioso para la Fundación Sant Josep Oriol y para el barrio de Les Corts”. Y terminan con un mensaje optimista y la mano tendida: “Creemos que el nuevo proyecto de residencia respetará el jardín protegido y, si es así, nosotros le daremos apoyo”. 

Un optimismo que choca, por ahora, con la respuesta del del Arzobispado. Un portavoz de la iglesia confirma la celebraba rescisión anunciada por Riera, pero indica que "se trata solo un cambio de operador que no supone ningún cambio sobre el proyecto". De ser finalmente así, la oposición vecinal seguirá.

El proyecto ahora parado venía de un plan especial aprobado en marzo del 2015 -uno de los últimos firmados por Antoni Vives al frente del área de Urbanismo- que permitía por un lado ampliar la volumetría del edificio protegido y, por el otro, construir un edificio de hasta seis plantas en los jardines. Dos barbaridades a ojos de un vecindario que se enteró de su aprobación a toro pasado. “No hubo ningún proceso participativo en su redacción y solo por eso debería invalidarse, ya que la normativa municipal indica que este tipo de procesos deben ser públicos”, llevan denunciado desde que, removiendo cielo y tierra tras ver que las máquinas entraban en el recinto, descubrieron lo que pasaba.

Planes cambiantes

La primera intención de la propiedad fue transformar el lugar en una residencia de estudiantes, idea que la presión vecinal frustró demostrando que a lo que llamaban residencia era en realidad un hotel encubierto.

El pasado 19 de junio los vecinos se rearmaron tras el parón pandémica e organizaron una consulta popular simbólica para que el vecindario se pronunciara sobre el sus deseos para el futuro del espacio. Desde su creación, la plataforma lo único que pedía era que se respetara el patrimonio y el jardín, preocupados por deterioro del edificio patrimonial tras años de inacción por parte de la propiedad. Las respuestas en la consulta vecinal fueron variadas, pero una gran cantidad de vecinos apuntaron a la necesidad de zona verde. Es decir, que los hoy descuidados jardines se arreglaran y se abrieran al barrio.