Ciutat Vella sale de nuevo a la calle por el derecho al descanso

La mayoría de sus peticiones son de mínimos: "tenemos derecho a vivir en nuestros barrios, al descanso, a dormir por las noches, a poder caminar por las calles, a disfrutar de nuestras plazas y a un espacio público limpio y saludable". Tanto lo son, y tan de consenso, que han puesto de acuerdo a la mayoría de asociaciones de vecinos de Ciutat Vella, de sensibilidades dispares, para exigir soluciones por el bien común. "Cada vez más, nuestros barrios parecen un parque temático de la fiesta y del ocio, un reclamo turístico donde poder hacer cualquier cosa con la mayor de las impunidades, donde parece que los vecinos molestemos", señala el manifiesto vecinal con el que llaman a una nueva concentración para este miércoles a las 19.00 horas en la plaza de Sant Jaume tras las convocadas en verano por estos mismos vecinos y motivos.

Bajo el lema 'Por el descanso nocturno, la salud y la vida en los barrios', los vecinos de Ciutat Vella piden a las autoridades municipales "que velen y actúen para hacer cumplir las ordenanzas municipales en lo que se refiere al uso del espacio público". Las entidades convocantes insisten en que ya hace mucho tiempo que sufren problemas derivados de ese abandono, pero que en las últimas semanas han visto aumentar un uso "masivo, incontrolado, incívico y cada vez más privatizador de sus calles". Una situación, prosiguen, que "perjudica gravemente la convivencia y degrada progresivamente nuestros barrios", subraya en negrita el manifiesto. Como medida concreta exigen al consistorio un plan de choque por el derecho al descanso.  

Contra la ocupación de las aceras

Los vecinos organizados reiteran que la situación actual no es un hecho puntual. "Es necesario un planteamiento de futuro para nuestros barrios, que no pueden seguir hipotecados al turismo, a la especulación ni a la permisividad absoluta", no se cansan de señalar los convocantes, quienes critican el incremento de terrazas ocupando aceras y calles, la circulación incontrolada de artilugios por cualquier rincón, los botellones que no cesan y las fiestas improvisadas por las calle y plazas que convierten cualquier portería en un urinario público.

La llama que prendió la primera manifestación convocada por los barrios de Ciutat Vella por el derecho al descanso el pasado 30 de junio prendió en el Casc Antic, tras los frecuentes botellones con el levantamiento del toque de queda. Los vecinos de la Barceloneta, aquejados del mismo mal, no dudaron en sumarse a la convocatoria y organizaron una manifestación hermana desde su barrio, para unirse después con sus vecinos del norte en la Via Laietana hasta acabar juntos en Sant Jaume. Las quejas mostradas en aquella primera protesta son las mismas que mostrarán este miércoles. "Al final, se trata de una cuestión de salud mental", concluyen unos vecinos que se sienten -y no hay quien no conozca a alguien que ya haya tirado la toalla- expulsados de sus barrios por el ruido, además de por el precio de los alquileres y locales comerciales y por la falta de comercio de proximidad, todo piezas de ese mismo engranaje del criticado modelo de parque temático.