Barcelona estimula con subvenciones la contratación de personas con difícil acceso a un empleo

Daniel Aníbal acude a diario --desde junio y puntual como un reloj-- a su puesto de encajador en la empresa Concept-Pa, en el barrio de La Marina i el Port, en Sants-Montjuïc. Está feliz por volver a tener un trabajo e ingresos, por "la oportunidad de aprender" y, sobre todo, por demostrar que a su edad todavía se puede ser plenamente "productivo". Y es que a los 59 años firmar un contrato laboral es casi como que te toque la primitiva, en una sociedad acelerada que castiga tanto la inexperiencia juvenil como la madurez y la consecuente sobredosis de experiencia. Su fichaje no es un milagro ni un enchufe. Simplemente forma parte de unos cientos de barceloneses beneficiados por el programa municipal Crea Feina, que estimula económicamente a las empresas, especialmente (6.000 euros en este caso) a las que dan oportunidades a los colectivos con más problemas para subirse al tren laboral.

Como un imprevisible huracán, la pandemia y sus restricciones machacaron a algunos sectores mientras otros salían indemnes o hasta reforzados, con el resultado de unos desequilibrios laborales sin parangón en ninguna otra crisis. Barcelona no fue una excepción y, como llueve sobre mojado, el cierre de negocios y empresas situó todavía en peor posición de salida a colectivos que ya de por sí suelen tener más dificultades para ser contratados: personas de más de 45 años, mujeres o jóvenes sin apenas experiencia.

El plan, con una inyección inicial de 2,6 millones de euros a raíz de la pandemia, recibe ahora otro millón para fomentar la recuperación. Forma parte del paquete de actuaciones urgentes que salieron del Centro de Coordinación de Respuesta Económica del consistorio, que en el caso de Barcelona Activa ha sumado una partida de 12,1 millones. La nueva fase Crea Feina Plus 2021, gestionada por esta agencia municipal, impulsará 170 contrataciones tras el éxito inicial --con 450 empleos a jornada completa y de un mínimo de seis meses-- que de momento ya ha derivado en un 41,5% de contratos indefinidos.

Con los primeros balances en mano, el primer teniente de alcalde de Economía, Trabajo, Competitividad y Hacienda, Jaume Collboni, expresa satisfacción porque "la ampliación del programa demuestra el éxito de la iniciativa y el compromiso del ayuntamiento en la lucha contra el paro". Destaca que "los más de 600 contratos directos que habremos subvencionado significan creación de oportunidades y dignidad para otras tantas familias. Además, subraya que "estas contrataciones también suponen una ayuda directa para acelerar la reactivación económica en pymes y empresas de Barcelona y el área metropolitana, con el objetivo de ayudar a su reactivación y superar la pandemia".

Más allá de los números

Más allá de la frialdad de los números (hasta ahora el 62,5% de contrataciones han sido de mujeres, el 37% de jóvenes, y el 55% tenían estudios básicos) emergen las historias personales, como la de Daniel. Este argentino que hace cuatro años decidió probar fortuna y dar un cambio vital en Barcelona, tenía formación en pastelería y experiencia en el sector, pero a mitad de 2019 se quedó sin trabajo y vivió un duro año de paro, solo salpicado con un breve puesto de pizzero que no acabó bien, y de nuevo al desempleo. Concept-Pa es un productor de "pan de calidad para la hostelería", especializado en pan de coca y de 'vidre' con un formato para el sector, que huye de la panificación industrializada, y ya exporta a países vecinos.

Con 25 empleados, su política de recursos humanos tiene un claro componente social, destaca su gerente, Laura Masdeu, que también ha contratado a un chico marroquí de 20 años para su obrador, y a una joven paquistaní de 25 por la misma vía. Su objetivo, como los fichajes que realizan con la fundación Miquel Fontanilles, es que el personal aprenda y se haga con un puesto permanente en la creciente plantilla. La edad no significa ninguna barrera, enfatizan, si el personal es responsable y cumplidor.

Para Arnau Guillamoin, de 25 años, Crea Feina ha propiciado su primer puesto estable, en Gas Servei, tras haber realizado algunas prácticas durante su formación en Administración y Dirección de Empresas. Sabe que los primeros pasos son los más difíciles y agradece de corazón la "responsabilidad, el trabajo en equipo" y la confianza que recibe para "tener iniciativa propia y resolver problemas". Por no hablar de unas dignas condiciones laborales y "ayuda" para desarrollar competencias, resume. Y es que Francesc Cabeza, el director financiero de esta empresa local, de 30 empleados y que ya exporta el 40% de los más de 35 gases refrigerados que comercializan, sostiene que pese a su perfil joven la preparación de Arnau ha supuesto dar un salto cualitativo al departamento de compras, en el que está adscrito, junto a una actitud "humilde y responsable".

Además de la aportación municipal de 6.000 euros, Cabeza alaba el proceso de selección previa de candidatos que posibilita Barcelona Activa, y suele dar en la diana. Tras dos experiencias con el mismo que acabaron con contratos indefinidos, fichó a Guillamoin en mayo para nueve meses y ya intuye que por sus condiciones podrá arraigar y progresar en una empresa que al abastecer a hospitales y grandes superficies ha trabajado a destajo durante la crisis sanitaria.

Cambio de sector y sueños

Con 41 años, Gisela Ibáñez, ha entrado como responsable de proyectos por la 'puerta grande' de la jovencísima empresa, Wakatobi Circular Thinking, donde crean y producen campañas de comunicación y concienciación ambiental, eventos sostenibles y otras actividades en la misma línea. Su CEO, Lorena Gómez, relata que no llegó a la primera convocatoria, pero ahora sí ha logrado una subvención "caída del cielo" para una empresa de apenas un año ubicada en un 'coworking' del Poblenou que necesita fichar personal, pero garantizando "poder pagar al trabajador como se merece", y con la vista puesta en la contratación definitiva.

En este caso, tenía claro el perfil que necesitaba y fue ella quien ofreció hace ocho meses el puesto a Gisela, acogiéndose a Crea Feina. Para esta última, el acuerdo supone el salto a una nueva vida, dado que tras 20 años trabajando en oenegés, en el ámbito publicitario, decidió "dejarlo todo", viajar y volver a sus raíces, por su formación en Biología. Conoció a Lorena en el posgrado de economía circular que estudió durante un año de paro, conectaron, y con el trampolín de la subvención ha logrado "cambiar de sector, algo difícil" a su edad, y cumplir su sueño.

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