Transporte público

El gestor público del taxi metropolitano plantea encarecer la tarifa un 2,3% en 2022

Los taxistas consideran la propuesta inicial "insuficiente" y reclaman que la nueva 'app' pública incluya la tarifa de precio cerrado y que incorpore el pago telemático

Marcha lenta de taxis por la Gran Vía, a la altura de la plaza de Cerdà.

Marcha lenta de taxis por la Gran Vía, a la altura de la plaza de Cerdà. / JOAN CORTADELLAS

Carlos Márquez Daniel

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Se congelaron en 2010 y se volvió a hacer lo mismo en 2021, así que quizás habrá que volver a esperar otra crisis o una nueva pandemia para que los precios del taxi se queden igual que el año anterior. El Instituto Metropolitano del Taxi (IMT) y los sindicatos que representan al gremio ya se han sentado para empezar a hablar de las tarifas de 2022. No se quedarán igual, de hecho, el gestor público ha planteado de entrada un incremento del 2,3%. Los taxistas, sin embargo, lo consideran insuficiente. Queda margen de maniobra, pues la decisión final se suele adoptar en la tercera o última semana de noviembre.

El IMT, muy prudente habida cuenta de cuán caldeado está el ambiente en el colectivo, asegura que no hay "ninguna propuesta concreta" sobre la mesa porque "solo se está hablando del incremento de los costes". Pero este diario ha tenido acceso a un primer documento en el que sí aparece un planteamiento. Incipiente, eso sí, pero una base sobre la que trabajar. Según este papel, la T1 (tarifa 1 diurna en días laborables), incrementaría un 2,2% la bajada de bandera, de 2,25 a 2,30 euros. El precio por kilómetro subiría de 1,18 a 1,21 euros (+2,3%) y el precio por hora, de 22,60 a 23,12 euros (+2,3%). Mismo porcentajes de aumento para la T2 (tarifa para la noche de los laborables, sábados y domingos), con precios idénticos, con el único cambio en la cuantía por kilómetro, de 1,41 a 1,44 euros.

Marcha lenta de taxistas contra el retorno de Uber a Barcelona, el 18 de marzo

Marcha lenta de taxistas contra el retorno de Uber a Barcelona, el 18 de marzo / Ferran Nadeu

Las asociaciones del sector están discutiendo con el IMT hasta qué punto el incremento de los gastos debe repercutir en el precio que pagan los usuarios del taxi. El estudio realizado por el propio gestor público, dependiente del Área Metropolitana de Barcelona, es que los costes directos de carburante y mantenimiento y reparación, han subido un 2,9%, sobre todo el primer concepto, con una escalada del 4,7%. En cuanto a los indirectos, se tiene en cuenta el salario limpio, la seguridad social, la amortización del vehículo y el sistema tarifario, los seguros, los impuestos, el aparcamiento y el coste de la radioemisora. Todo ello ha tenido una subida del 2,2%, con aumentos en todas las partidas menos en la del seguro, que experimenta una caída, según el Instituto Metropolitano del Taxi, del 4,8%.

Justa para todos

La asociación Élite Taxi, mayoritaria en el gremio, no está de acuerdo en este último punto, pues según sus cálculos ahora están pagando de media un 8% más. En cualquier caso, sumado y analizado todo, al IMT le sale como conclusión que el coste de explotación de un taxi en septiembre de 2021 es de 34.096,54 euros, un 2,3% más que en 2020. Y de ahí este primer planteamiento de incremento de las tarifas de cara a 2022. El Sindicat del Taxi también cree que la propuesta "se queda corta porque no refleja los incrementos reales de partidas como la del combustible". "Esperamos que la tarifa de 2022 sea justa tanto para el taxista como para nuestros viajeros", resume su presidente, Luis Berbel.

Al margen de la T1 y la T2, Élite Taxi quiere poner sobre la mesa la anulación temporal de la T3, la de precio único, que, según denuncia su portavoz, Tito Álvarez, se usa "de manera fraudulenta por parte de Free Now y Uber". Demandan que solo los taxis afiliados a alguna 'app' de solicitud de taxi puedan usar esta tarifa y reclaman que la futura aplicación pública de taxis incorpore esta tarifa, con la idea de que acabe convirtiéndose en la aplicación de referencia del sector. Esto, sin embargo, puede chocar con los límites que marquen la Autoritat Catalana de la Competència, que ya en su momento puso muy caro el decreto del Govern que terminó expulsando a Uber del mercado de las VTC. "Estamos a las puertas de la 'app' pública y debe incorporar la T3 y un modo de pago telemático; si no es así, nacerá medio muerta", concluye Álvarez.

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