La ciudad del futuro

Sant Martí prepara el terreno para lograr barrios más habitables

El distrito de Barcelona estrena la regeneración del eje Almogàvers-Zamora y prepara nuevas actuaciones para que las antiguas calles de oficinas e industrias den paso a la vida vecinal

sant martí

sant martí / Ferran Nadeu

Carlos Márquez Daniel

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Sant Martí, el barrio probeta en materia urbanística, el lugar que pasó de las fábricas a las oficinas sin pasar demasiado por las viviendas, sigue intentando tejer una poderosa vida de barrio. Pero sea porque el plan de transformación del 22@ -que ahora, es cierto, apuesta un poco más por los pisos y un poco menos por los despachos- avanza sin demasiado brío tras años de parón, o porque no se ha generado un comercio de proximidad abundante, lo cierto es que hay muchas zonas que están muy lejos de la calidez que blanden muchas otras calles de Barcelona. El consistorio intenta influir a través del urbanismo, extendiendo la "filosofía de la supermanzana", para seducir a los moradores y para que el resto de distritos vea aquí un buen lugar para arraigar. Este miércoles se ha presentado la regeneración de parte del eje que configuran las calles Almogàvers y Zamora, donde el coche pierde casi toda la presencia y el peatón gana lugares en los que estar o, simplemente, por los que pasar de manera prioritaria.

Cambio de aires. De calles para coches, a plataformas únicas para las personas

Cambio de aires. De calles para coches, a plataformas únicas para las personas / Ferran Nadeu

Janet Sanz, teniente de alcalde de Urbanismo, y David Escudé, concejal de Sant Martí, se han hecho carne en el cruce entre estas dos arterias, que antes era una intersección al uso, octogonal, con los chaflanes llenos de coches, y ahora se ha convertido en una plaza de 2.000 metros cuadrados. Es la avanzadilla de lo que iremos viendo conforme se despliegue el plan de 21 ejes verdes por el Eixample. Se empezará por Consell de Cent, y los cruces con Rocafort, Girona y Borrell generarán espacios similares a este. O, como mínimo, con el mismo 'karma': romper la distribución actual de la calle, ese 60% para los coches y el 40% para el resto, e instalar plataforma única y sistemas de drenajes que permitan aprovechar más y mejor el agua. Sanz ha asegurado que las nuevas "calles del siglo XXI" son necesarias "para garantizar el futuro de la ciudad", y ha recordado que la voluntad del actual gobierno es que en 2030, una de cada tres vías de la trama Cerdà tenga este mismo diseño. Serán 21 ejes que generarán otras 21 plazas.

Las zonas sobre las que se ha intervenido y se intervendrá en Sant Martí durante este mandato. En el centro, la supermanzana estrenada en 2016

Las zonas sobre las que se ha intervenido y se intervendrá en Sant Martí durante este mandato. En el centro, la supermanzana estrenada en 2016 / Ajuntament de Barcelona

En el eje Zamora-Almogàvers se transforman 14.000 metros cuadrados, en los que, además de limitarse el uso del coche (tenía tres carriles más otros dos para aparcar y ahora se queda con un pasillito por el que no podrá pasar de 10 kilómetros por hora), la bicicleta podrá circular en ambas direcciones. La obra ha tenido un coste de 7,8 millones de euros y la idea es invertir 20 millones en Sant Martí durante este mandato. Serán 60 hasta 2023 si se añade lo previsto en el Eixample, para un presupuesto anual que supera ampliamente los 3.000 millones de euros.

Si se cumple lo prometido, antes de las próximas elecciones (faltan 18 meses) se habrá terminado o se estará ejecutando la reforma de los ejes de Cristòbal de Moura, Puigcerdà y Bolívia (donde se crearán otras tres plazas que ahora son cruces viales), además de rematar los tramos pendientes en Zamora y Almogàvers. Desde 2015, según datos del consistorio, en Sant Martí se habrán regenerado unas 23 hectáreas (el equivalente a 18 manzanas del Eixample de Cerdà) "para poner la vida cotidiana en el centro, cohesionar barrios y favorecer la transición ecológica".

Materia gris

Escudé ha celebrado que con estos proyectos se "humanicen espacios que hace algunos años eran solo asfalto y oficinas" y ha compartido el deseo de que estas transformaciones también impulsen el comercio de proximidad, francamente ausente en muchas zonas del distrito que se quedan vacías a partir de las siete de la tarde. "Hasta ahora, los vecinos han vivido de espalda entre ellos por los kilómetros cuadrados de asfalto y materia gris que les separaban. Ahora hemos conseguido que tengan vida y que estén de cara". Eso, que haya actividad, es lo que se espera en calles que son un auténtico páramo, como sucede en las propuestas de reforma situadas más cercanas al Besòs, los que lindan con la Rambla Prim. "Queremos que haya más vida en estos entornos, que los vecinos venga a vivir a esta zona, y que haya más vivienda", ha resumido Sanz, en respuesta a una pregunta de la prensa sobre la pertinencia de pacificar arterias inertes.

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