Cuenta atrás del nuevo PEUAT

Barcelona no encuentra cómo regular las habitaciones de alquiler por días

La prohibición de los hogares compartidos con turistas divide al gobierno municipal sin que se plantee una fórmula que pueda blindar ilegalidades, mientras enfrenta a sus defensores y a los hoteleros

Concentración de la plataforma Som llars compartides contra la prohibición de las habitaciones para turistas en pisos particulares, el martes.

Concentración de la plataforma Som llars compartides contra la prohibición de las habitaciones para turistas en pisos particulares, el martes. / Elisenda Pons

Patricia Castán

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Tras años reclamando herramientas para regular el pujante fenómeno de los hogares compartidos (habitaciones por días para turistas en pisos particulares, en presencia de sus titulares), al Ayuntamiento de Barcelona se le ha atragantado el desenlace. Ni se ponen de acuerdo los partidos municipales, ni mucho menos los afectados y los sectores económicos a falta de apenas unos meses para que se apruebe finalmente el nuevo o modificado PEUAT (plan especial urbanístico de alojamiento turístico), que en su versión inicial rechaza dicho uso (para menos de 31 días), tanto por la supuesta amenaza que supone para el parque de viviendas local, como por la complejidad de tenerlo bajo control. La capital catalana no encuentra de momento la fórmula para llegar a permitir la actividad, que llegó a sumar unos 10.000 anuncios en la ciudad.

En verano de 2020 vio la luz el decreto de la Generalitat que ponía marco legal para darles cobertura legal tras años de alegalidad (la figura no estaba reconocida), dando vía libre a Barcelona para tener la última palabra sobre su regulación. Los 'comuns' tuvieron claro desde el minuto uno que sería un quebradero de cabeza en términos de cumplimiento, tras años persiguiendo apartamentos turísticos sin licencia. En este caso, la picaresca sería aún más fácil, habida cuenta de que muchos anuncios de habitación podrían esconder pisos-pensión, sin anfitrión residente, o negocios para multipropietarios, ha reiterado la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz. Además, una potencial avalancha de solicitud de licencias podría reducir y pervertir el uso de las más de 600.000 viviendas de la ciudad, argumenta.

Cifras dudosas e incertidumbres

Pese a que el consistorio blindó esta decisión con una suspensión transitoria de toda licencia turística mientras se redacta el PEUAT final, y abrió la vía de una mesa de trabajo al respecto, el pulso es más persistente que la lava del volcán de La Palma. Es difícil saber cuántas habitaciones siguen operativas porque el buscador de Airbnb las mezcla ahora con opciones en pequeños hoteles. Desde la asociación de anfitriones VIA -que ofrece un plan piloto a prueba- estiman que ahora son unos pocos cientos, a cargo de titulares (sean dueños o inquilinos) lo bastante necesitados para exponerse a una sanción. El consistorio inspecciona si hay denuncias o sospecha de la actividad, pero de momento no ha notificado multas, al contrario que sucede con los apartamentos turísticos ilegales.

La cuestión ha generado nuevas broncas en las comisiones municipales. Todos miran hacia las experiencias de otras urbes, dado lo global del tema, pero no coinciden en el diagnóstico. Este verano, la balanza ya se inclinó hacia los postulantes de permitir esta nueva figura turística. El martes, en la de Urbanismo, ante la propuesta de de Barcelona pel Canvi para regular en lugar de prohibir, las posiciones fueron idénticas aunque los socialistas se abstuvieron por una cuestión técnica en su formulación.

Colau mantiene el apoyo de ERC para no alojar a turistas en casa. Pretenden frenar la tentación de alquilar por días a turistas, para que no se reduzca la ya costosa oferta de habitaciones de alquiler para residentes con pocos ingresos, que cotizan a más de 440 euros mensuales, como lamentó la concejala de Esquerra, Eva Baró. Este modelo sí es legal por periodos de más de 31 días, al no contemplarse como alojamiento turístico.

Más tasa turística

El pulso entre ambos puntos de vista cuenta con un abismo en medio, que es la falta de ideas concretas y realistas para abordar una posible ordenanza sobre esta práctica, como defiende el PSC, socio de gobierno de los 'comuns'. Su concejala Laia Bonet propone un análisis sobre la oferta estacional, su ubicación, duración de la actividad y situación socioeconómica de los llamados 'anfitriones' y destaca que contribuirá a la economía social, "equilibrando ingresos entre barrios" y engordando la tasa turística para la ciudad. El resto de grupos apuestan por permitir que los barceloneses alojen a turistas para redondear su economía doméstica e integrar el turismo, subraya Junts per Catalunya, echando mano de las inspecciones y sanciones que haga falta.

El debate, que debería resolverse en pocos meses de cara al PEUAT, coincidió con la manifestación de varias decenas de afectados, convocados por Som Llars Compartides, con participación de particulares alineados en otras plataformas. Aseguran que esos ingresos les permiten pagar sus alquileres o hipotecas, o subsistir. Y reclaman que la ciudad aborde esta nueva realidad con valentía.

Todo lo contrario que el bando del alojamiento por excelencia de Barcelona, el Gremi d'Hotels, inflexible en su rechazo total a la actividad doméstica. Ni compiten en las mismas condiciones y exigencias al sector, ni aportan nada al turismo de calidad al que aspira Barcelona más que nunca, clama su director, Manel Casals. La patronal está convencida de que el número de particulares beneficiados es mínimo, frente a mafias y grupos con muchas propiedades explotadas sin permiso. Si su detección ya es compleja con los apartamentos, demostrar si existe o no un anfitrión en un piso compartido y cuántas habitaciones usa para ese fin será casi imposible, advierten.

Los hoteleros en Nueva York interactúan con BCN en sus estrategias

Vijay Dandapani preside la Asociación de Hoteles de Nueva York, con fuertes vínculos con la patronal barcelonesa, con la que comparten muchos posicionamientos. La metrópolis estadounidense, como tantas urbes en todo el mundo, está lidiando con la complejidad normativa de los nuevos alojamientos para viajeros.

-¿Cómo gestiona la ciudad de Nueva York el alojamiento turístico en viviendas?

Hasta ahora, hemos utilizado dos conjuntos de leyes para controlar la regulación de los hoteles. La primera ley aprobada en 2010 prohíbe a todos los apartamentos que están sujetos a la ley de viviendas múltiples de la ciudad de Nueva York (New York City’s Multiple Dwelling Law, MDL, en inglés) alquilar apartamentos enteros o habitaciones de forma transitoria, a menos que el propietario o inquilino se encuentre en el apartamento. Tampoco se permiten habitaciones individuales que tengan un "derecho de acceso privado" independiente del apartamento. La segunda ley aprobada en 2016 prohíbe la publicidad de cualquier apartamento en una plataforma.

 -¿Cree que han sido efectivas para la ciudad?

Las dos leyes anteriores no han logrado regular completamente los alquileres ilegales a corto plazo, ya que las plataformas como Airbnb están protegidas por una ley federal de los EEUU para evitar que se les exija hacer cumplir las leyes locales. El fundamento de esa ley federal es que las plataformas son "pasivas" y no "proveedores de contenido". Por ejemplo, un tablero de mensajes no puede ser "responsable" de lo que contiene.

-¿Cómo se podría mejorar?

Para superar estos obstáculos, buscamos introducir un sistema de “registro” mediante el cual, todo piso turístico publicado debe tener un número asociado emitido por el ayuntamiento local. No se proporcionará un número de registro para aquellos pisos turísticos que no se adhieran a la Ley de viviendas múltiples de la ciudad de Nueva York (MLD) mencionada anteriormente, por lo que se eliminaran la mayoría de los pisos turísticos ilegales.

-Es decir, al estilo de Barcelona. ¿Cómo ve nuestra regulación hasta el momento?

Es estricto pero requiere mucho “control". Las plataformas deben ser sancionadas por incluir cualquier publicación ilegal, ya que no tiene reglas similares a la Sección 230 en la UE.

-¿Cómo ve la posición del sector hotelero de Barcelona sobre pisos turísticos y habitaciones compartidas?

Compartimos con ellos de manera proactiva información, políticas y procedimientos en un movimiento de esfuerzo continuo.

 

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