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Así es el primer museo del ‘skate’ de España

En este garaje de Barcelona está uno de los monopatines que sale en ‘Regreso al futuro’

Manzoni's Garage esconde un millar de tablas entre pinballs, radiocasetes y Super Pop

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A1-126759778.jpg / Laura Guerrero

Ana Sánchez

Ana Sánchez

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Tendrás que reprimir un gritito de “¡alucina, vecina!”. Es entrar por la puerta y flipar en colores, como se hacía en los 80. Ahora mismo no te borraría esa sonrisita ni Pancho gritándote en la oreja “¡Chanquete ha muerto!”.

Se ven monopatines hasta donde alcanza la vista -más de un millar-, entre pinballs, vespas añejas, revistas Super Pop, radiocasetes XXL formando una cruz pop, sandwicheras de Barrio Sésamo, televisores con más culo que la Kardashian. Viaje exprés al pasado sin necesidad de tirar de condensador de fluzo. Aquí no hace falta: uno de estos skates ha salido directamente de la película 'Regreso al futuro'.

 Manzoni's Garage. Es el nirvana de cualquier exniño de EGB. 200 metros cuadrados de nostalgia condensada: 70s, 80s, 90s. Cuidado, que de la impresión se te puede salir sin querer una teta a lo Sabrina. “Me gusta reivindicar que me hago mayor –dice Sören- y que me siguen gustando estas cosas. Y las sigo practicando”.

Quien ha llenado de recuerdos este garaje del Poblenou es Sören Manzoni. Cincuentañero, surfista, melómano, coleccionista, dj. Es el creador de los míticos Nasty Mondays precovid: 15 años haciendo trasnochar los lunes a multitudes en el Apolo. Cuando la noche se recupere, ya adelanta, empezará nueva etapa en solitario pinchando los jueves en la sala Sidecar: Turbo lovers, se llamarán. De momento, se sigue dejando caer por los Encants cada lunes y miércoles. “Mi vida –resopla- sería más fácil si no tuviera este afán de coleccionismo”.

Así es el primer museo del ‘skate’ de España

Así es el primer museo del ‘skate’ de España. /

El primer museo del skate de España”, se hace eco el señor Google. “Te lo juro por Snoopy”, sonríe Sören acercándote un monopatín con el perro de Schulz. “Es una de las mayores colecciones de skate de Europa”, saca pecho. “Hoy por hoy es un museo privado, pero mi idea es hacerlo público”. Ese es su objetivo: “Que esto sea patrimonio de la ciudad de Barcelona –responde-. Porque Barcelona es la capital del skateboard mundial”.

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“Lo tengo todo representado”, saca pecho el coleccionista. Desde los preorígenes –la pieza más antigua es de 1935: una especie de patinete de tres ruedas- hasta el futuro: ahí está el skate volador de 'Regreso al futuro 2'. Una réplica exacta del hoverboard de la película. “Tengo una edición limitada que hizo Mattel –detalla-. Hicieron solo 100 unidades”. Este no vuela, de momento. “Muy a mi pesar”, se ríe él.   

Un skate de película

Otra delicatesen peliculera pasaría totalmente desapercibida si Sören no la abrazara como si fuera un Gusiluz. “Aquí empieza mi museo del monopatín”, dice con la boca grande. Es apenas un trozo de madera con 4 ruedas y un nombre inscrito a navaja: Robert Stacy. “Lo busqué en Facebook a ver si lo encontraba –recuerda el dueño actual-, pero debe de ser un señor muy mayor”. Es una tabla de los 60. Ahí donde la ves, ha salido en 'Regreso al futuro'. Es el skate que le robaba a un niño Michael J. Fox para escabullirse de los malos del pasado. “De las 30 tablas que se utilizaron aproximadamente –detalla Sören-, esta es una de las que aparecen en la película”. La consiguió en una subasta hace 12 años por 1.200 euros.

 El barcelonés detalla la historia de cada skate con más tesón que Coco en Barrio Sésamo. “El skateboard es mucho más que simplemente patinar y deslizar –dice el dj-. Es como el rock and roll. Una manera de expresar inconformismo”.

De momento, las visitas se gestionan vía Instagram (@manzonisgarage) y por mail: manzonisgaragebcn@gmail.com. En enero, adelanta Sören, prevé exponer los skates en Casa Seat. Entonces ya habrá sumado a la colección “el primer patín olímpico español”. La tabla con la que debutó en Tokio Danny León.

Pinballs con canciones inéditas

El museo skater acaba siendo solo una excusa. Aquí es inevitable terminar aporreando un pinball. Hay una veintena de cara a la pared, la mayoría de edición limitada. De 'Star wars' al 'Doctor Who'. Se recomienda hacer una parada melómana en el de Guns N'Roses: tiene una canción inédita de la banda que solo se puede escuchar jugando a esta máquina. Sören dispara la bola –literalmente, funciona con gatillo- y empieza a sonar el tema a volumen discotequero. “También es el pinball más ruidoso”, se ríe.

Pinballs de AC/DC Guns N'Roses y Playboy.

Pinballs de AC/DC Guns N'Roses y Playboy. / Laura Guerrero

“Hay un valor mucho más sentimental que económico –apunta el coleccionista-. Pero económico también lo hay, y más de lo que la gente se puede creer”. Por ese radiocasete que brilla al fondo se pagarían 2.000 o 3.000 euros en eBay. El barcelonés lo compró por 40 en los Encants. Es el mismo modelo que el que aparece en el vídeo de 'Hung Up' de Madonna.  

Habrá más de 150 radiocasetes en total, casi cien robots, otras tantas sandwicheras vintage, hasta un deseo de Zoltar, el mago de máquina que en la película 'Big' convirtió a Tom Hanks en treintañero. Por detrás está escrito el futuro de Sören, se supone. “Evidentemente, nada ha sucedido de lo que decía”, se ríe. “No es que quiera ser el niño de antes –se encoge de hombros-. Simplemente es que todos estos objetos me han hecho ser quien soy yo ahora”.

Cajas y cajas de revistas 'Super Pop', la foto firmada del mastodonte Hulk Hogan, una decena de Vespas y Lambrettas. “Una de ellas es de Loquillo, de cuando vivía en Barcelona”. Es amigo suyo. “No voy a decir que antes era mejor –suspira Sören-. Pero esto es un reconocimiento a esos maravillosos años”. Un museo –resume- que representa “el arte de no perder la ilusión”.

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