Aglomeraciones a debate

Ciutadans, el PP y Barcelona pel Canvi evitan la reprobación de Colau por los macrobotellones

ERC y Junts se quedan solos en el intento de culpar de lo sucedido al gobierno de Barcelona en Comú y el PSC

El constitucionalismo se abstiene y acusa a los socios del Gobierno catalán de haber propiciado la desobediencia con el ‘procés’

Pleno municipal en el Saló de Cent

Pleno municipal en el Saló de Cent / ACN / BLANCA BLAY

Toni Sust

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Con los macrobotellones de este fin de semana todavía muy recientes en las retinas de la ciudadanía, el Ayuntamiento de Barcelona ha vivido este miércoles un pleno extraordinario forzado por ERC y Junts per Catalunya, en el que ambos grupos proponían la reprobación de la alcaldesa, Ada Colau, y de los tenientes de alcalde Jaume Collboni, Albert Batlle y Jordi Martí Grau. Un objetivo que no han logrado porque ni Ciutadans, ni Barcelona pel Canvi ni el PP han querido sumarse a ese frente.

El motivo: que no funcionara el dispositivo anunciado por el consistorio contra los botellones antes de que se iniciaran las fiestas de la Mercè y que los responsables municipales señalaran, una vez que se habían dado las primeras aglomeraciones, que a quien correspondía competencialmente afrontar la situación era a los Mossos, es decir, a la Generalitat.

Republicanos y posconvergentes se han topado con una derivación del ‘procés’ que quizá no esperaban. Tanto Ciutadans como Barcelona pel Canvi y el PP han optado por la abstención. No porque no compartan críticas a la actuación de Colau, sino porque los independentistas les caen todavía peor. Porque consideran que como socios del Gobierno catalán y como partidos que han defendido el ‘procés’ son corresponsables del que han definido como un clima de desobediencia.

Artadi acusa a Batlle de ser una decepción: "Cuando llegó parecía que era Robocop"

En definitiva, ha pasado algo parecido a lo que sucedió al inicio del mandato actual, como ha recordado el concejal de ERC Jordi Coronas. Aunque entonces Ciutadans y el PP no participaron de esa situación. A una escala mucho menor, el pleno extraordinario ha emulado aquellos votos de Manuel Valls, Eva Parera y Celestino Corbacho a Colau para que fuera alcaldesa: no la querían en el cargo pero preferían que lo ostentara ella que el alcaldable de ERC, Ernest Maragall, por su independentismo.

Reproches

El pleno extraordinario apenas se ha prolongado media hora y ha constado de un par de turnos en los que los reproches cruzados tenían relación tanto con los botellones y los destrozos como con la situación política de los últimos años en Catalunya.

El caso es que al final la iniciativa de reprobación solo ha recabado los votos de los grupos proponentes, 10 de ERC y 5 de Junts de un total de 41; los contrarios de los socios del gobierno municipal, Barcelona en Comú y el PSC, y la abstención del resto de grupos. Colau sale airosa de la situación, si bien la reprobación tampoco hubiera supuesto nada más allá de una condena pública. Durante su primer mandato recibió ocho reprobaciones por motivos distintos.

“La arrogancia es mala compañera”, ha afirmado Coronas en alusión a los socios del gobierno de Colau. Ha denunciado que el dispositivo que anunció el consistorio “fracasó” y ha lamentado que “centrifugaran culpas” señalando a la Generalitat. Y pese a admitir que el Govern es quien debía resolver el conflicto, ha insistido: “El problema viene por un mal dispositivo diseñado por este gobierno”. Como ha hecho ERC estos días, el concejal instó a Collboni a revisar la Carta Municipal para comprobar que el consistorio sí tiene competencias en este asunto.

La gestión de la seguridad

Más dura se ha mostrado la presidenta del grupo de Junts per Catalunya, Elsa Artadi, que ha afirmado sobre Barcelona en Comú y el PSC: “Han perdido el control de la ciudad”. “Ningún alcalde había dimitido antes de hacerse responsable de los problemas de seguridad. Usted solo se pone las medallas por lo bueno que pasa. Eso no es gobernar, es abandonar a la ciudad”. Artadi ha recordado que la seguridad es vista como el primer problema y que eso no sucedía desde hacía años. La posconvergente ha atacado también a Collboni, Martí Grau y Batlle, del que ha dado a entender que no ha estado a la altura de lo que parecía que aportaría cuando fue elegido: “Cuando llegó parecía Robocop”.

Luz Guilarte, Eva Parera y Josep Bou, jefes de filas de Ciutadans, Barcelona pel Canvi y el PP, han acusado a ERC y Junts de ver la realidad de forma distinta según sus intereses, de alentar cortes en la Meridiana de independentistas para luego condenar los macrobotellones. Con intervenciones muy similares, los tres concejales han asegurado que la desobediencia propiciada por el ‘procés’ ha enviado el mensaje a la ciudadanía de que puede hacer lo que quiera.

No es que no hayan acusado de algo similar a Colau, pero volviendo al principio, si a Ciutadans, Barcelona pel Canvi y el PP les cae mal la alcaldesa, todavía les caen peor los independentistas. 

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