Las cuentas municipales

Barcelona propone para 2022 un presupuesto de 3.400 millones, un 4,7% más alto

El gobierno de Colau inicia el proceso previo a la votación en diciembre y necesitará a ERC para sacarla adelante

El consistorio prevé recibir 153 millones de los fondos Next Generation y elevar su deuda 100 millones

Ada Colau, con mascarilla republicana

Ada Colau, con mascarilla republicana / ACN / BLANCA BLAY

Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El gobierno de Ada Colau ha iniciado este lunes el itinerario que debe acabar, si encuentra en la oposición los apoyos necesarios, en la aprobación, en diciembre, de los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona para 2022. Un camino que en el anterior mandato fue de espinas: la alcaldesa no logró aprobar unas cuentas en cuatro años por la falta de respaldo. En el actual la situación ha sido distinta: ERC, en ambos casos, y otros grupos, distintos según el ejercicio, facilitaron que vieran la luz verde las cuentas de 2020 y de 2021.

Para 2022, el gobierno propone un presupuesto de 3.406 M€, un 4,7% más que en el anterior. Es un presupuesto extraordinario, han recalcado el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, y el concejal de Presupuestos, Jordi Martí, que han comparecido junto con la concejala de Hacienda, Montserrat Ballarín, para presentar el proyecto.

Fondos europeos

La novedad de estas cuentas es que se prevé que en ella ya figuren fondos Next Generation, es decir, parte de los recursos aportados por la UE para la reconstrucción pospandemia del covid. El gobierno de Colau prevé que esos fondos aporten 153 millones de euros a las cuentas de la ciudad. Otro origen de dinero añadido: el consistorio se endeudará otros 100 millones este año. Esos 253 millones se sumarán a otros 500 para elevar las inversiones del ayuntamiento (lo que se conoce como el PIM) a 753,4 millones en 2022 (en 2021 la cantidad fue de 671,6 millones). Si le sumamos las cifras de otras empresas municipales, la inversión total municipal asciende a 903,1 millones, frente a los 795,4 del ejercicio anterior.

Son por ahora puntos de una propuesta que debe debatirse con la oposición y que podrían variar, tanto por elementos imprevistos como por lo que se acuerde en una negociación con los grupos que Collboni y Martí han recalcado que comienza hoy mismo. Los números también podrían cambiar, ha explicado Martí, por el supuesto de que esos fondos Next Generation llegasen a la ciudad pero no pasasen por el consistorio: que ayudas previstas para la vivienda fueran directamente al consorcio que ayuntamiento y Generalitat integran. Lo que, ha subrayado, no sería malo, sencillamente modificaría el itinerario pero no el fin del asunto. Martí también ha subrayado que el Estado eleva su aportación en 82 millones (de 1.244,4 a 1.326,7 millones), lo que ha elogiado porque esa cifra mengua o aumenta en función de los ingresos, por lo que en un contexto de crisis debería bajar. Eso sí, ha recordado que ese incremento se recibirá solo si se aprueban los Presupuestos generales del Estado para 2022.

Una deuda asumible

En cuanto a la deuda añadida de 100 millones, Collboni y Martí han señalado que se trata de una cantidad asumible: a final de 2022 la deuda municipal supondrá con las cifras citadas un 34% de los ingresos corrientes, muy lejos del límite máximo, que está en el 75% de forma ordinaria (podría elevar-se hasta el 110% de acuerdo con la Generalitat y el Estado). En estos momentos la deuda del ayuntamiento está en un 30,7% de los ingresos corrientes.

“Es de nuevo el presupuesto más elevado de la historia de la ciudad. Es un presupuesto extraordinario para afrontar el momento actual, que tiene como prioridades combatir la emergencia social, reforzar la reactivación económica y la transformación estratégica de la ciudad”, ha explicado Collboni.

El socialista ha considerado que 2021 ha dejado “síntomas claros de la recuperación: somos la ciudad con la caída interanual de paro registrado más alta. Estamos volviendo a los niveles prepandemia de actividad económica. La pandemia no ha acabado, pero la reactivación se está produciendo”.

Los candidatos a socio

En cuanto a las ordenanzas, la situación es todavía más embrionaria. El punto de partida es la congelación de las tasas, pero Ballarín ha precisado que todavía no hay una propuesta concreta que negociar.

Martí ha citado a ERC como el socio más propicio, visto el contexto actual y las últimas votaciones relevantes. Los republicanos fueron decisivos para la aprobación de los presupuestos de 2020, si bien también Junts per Catalunya acabó apoyándolos. En el caso de los presupuestos de 2021, ERC votó a favor y Junts en contra, siendo la novedad que el grupo de Manuel Valls, ahora ya de vuelta en París, también apoyó las cuentas de Colau, que había rechazado en el caso de las de 2020.

ERC es, en efecto, el que decidirá el asunto. En principio, se espera un pacto, pero es cierto que los republicanos prevén en esta segunda parte del mandato endurecer el tono, porque no quieren que su tendencia a alcanzar pactos con el gobierno sea confundida con el entreguismo.

De esa inquietud, de la voluntad de demostrar que ERC apoyó al gobierno para beneficiar a Barcelona con resultados concretos, nace el tono empleado sobre un posible acuerdo presupuestario por la concejala Elisenda Alamany este lunes. Alamany ha advertido de que antes de votar las nuevas cuentas habrá que ver si se respetaron las peticiones de los republicanos a cambio de aprobar las actuales. “No conocemos las líneas maestras de los presupuestos, sí que estamos concentrados en saber qué cumplimiento ha habido de las iniciativas y contribuciones que hizo ERC (a cambio de su apoyo a los presupuestos para el 2021) y si se ha hecho de manera adecuada o han quedado en buenas intenciones con pocos resultados”.