Eixample

Pelotón ciclista para ir al cole

Padres y escolares de Barcelona forman el primer Bicibús, una ruta ciclista familiar para reclamar un camino amable a las escuelas

La asociación Camí Amic y familias de tres centros educativos persiguen la pacificación de Entença y un carril bici solo para niños

Pelotón ciclista para ir al cole

Pelotón ciclista para ir al cole / JORDI OTIX

Toni sust

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“Nuestra intención es hacerlo semanalmente”, afirma Joan Marc Montserrat, coordinador de Camí Amic, un proyecto comunitario integrado por vecinos de los barrios de Sant Antoni y la Esquerra del Eixample que persigue el protagonismo ciudadano en el espacio público. El colectivo, junto con las familias de tres colegios del distrito del Eixample, Joan Miró, Entença y Xirinacs, ha organizado este viernes un recorrido de adultos y niños en bicicleta por la calzada pasando por los centros educativos, el Bicibús.

“Tenemos autorización del distrito para dos fechas, este viernes y el 1 de octubre como pruebas piloto”, explica Montserrat, que se congratula de la asistencia de la primera cita: “Hemos llegado a sumar 70 bicicletas. Ha ido muy bien, ha venido muchas más gente de la que esperábamos”. El grueso de los menores participantes tenía de 3 a 8 años, porque es la franja que los padres de la iniciativa consideran más en riesgo por la convivencia con el coche. “También había alumnos de tercero y cuarto de primaria, y de quinto y sexto”.

25.000 coches al día

Basta con ver a padres que van con hijos pequeños por carriles bici, cada uno en su bicicleta, para percibir la sensación de peligro que genera la proximidad de los coches. Porque la cuestión es esa: dice Montserrat que no es sostenible el volumen de vehículo privado que circula por la zona: por Entença pasan hasta 25.000 coches cada día. Una calle, recuerda, en la que no hay carril bici.

Iniciativa Bici Bus: al colegio en bicicleta por las calles de Barcelona

El Bicibús: al colegio en bicicleta por las calles del Eixample. /

Se le llama Bicibús porque tiene paradas, como la ruta de un autobús. Y en cada parada –hay dos- se pueden sumar alumnos y progenitores a la comitiva. “Lo que hemos hecho hoy y haremos el 1 de octubre es educar en movilidad. Ha ido muy bien, porque los niños imitaban los gestos de los agentes”, relata el coordinador de Camí Amic. Este viernes, la comitiva ha contado con la compañía de la Guardia Urbana: delante, agentes en bici. Detrás, un coche de la policía municipal. El itinerario empezaba a las 8.15 en la plaza de Conxita Pérez, en el cruce entre Tamarit y Borrell y acababa en las escuelas: en la Joan Miró, en Diputació con Entença; en la escuela Entença y en la Xirinacs, ambas ubicadas en el antiguo recinto de la cárcel Modelo.

“Las asambleas de las familias quieren hacerlo cada viernes, aunque no es fácil en hora punta”, subraya Montserrat, que explica que el primer recorrido ha supuesto marcha lenta, que no cortes, y no ha generado conflicto, más allá de la impaciencia de algunos motoristas. “Nosotros queremos ir a la escuela de manera pacificada, y eso supone no tener coches adelantándonos. La opción más segura es pactar el corte de todos los carriles”. Uno de los problemas que cita es que los conductores, en su opinión, no respetan el límite de velocidad de 30 kilómetros por hora al pasar por las escuelas.

Un escolar por cada 10 coches

La reivindicación, precisa el coordinador, se centra en Entença, vía por la que dice que pasan a diario 2.000 escolares (un escolar por cada 10 coches), los de las tres escuelas citadas y los del Institut Ernest Lluch. Vecinos y familias de escolares reclaman que la calle deje de ser lo que consideran una autopista urbana para convertirse en una calle saludable.

 El problema no viene solo por la necesidad de circular por ella con tranquilidad y seguridad: el tráfico genera otros problemas. “En Entença muchos tramos constan de dos o tres carriles y el del autobús, con lo que eso supone tan cerca de los centros escolares: no pueden abrir las ventanas porque se comen la contaminación y el ruido”. Son muchos los padres, cuenta, que no dejan a sus hijos atar las bicicletas en anclajes cerca del espacio de la antigua Modelo por el miedo a la cercanía del vehículo privado.

¿Cuáles son las demandas de Camí Amic y las familias de los colegios para el futuro del espacio público? Muchas y muy variadas. La suya es drástica: “En Barcelona el vehículo de uso privado tiene que desaparecer a largo plazo y hasta a medio y corto”. Entre las demandas del colectivo destaca una que no tiene precedentes en la capital catalana: la construcción de un carril bici solo para niños en Entença. “Nos gustaría mucho. No en la calzada, en la acera, pero sin que circulen por allí todos los ciclistas”.

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