Balance estival

El verano del botellón suma 271.000 desalojados y 7.600 denuncias en Barcelona

El ayuntamiento creará una mesa de trabajo para abordar integralmente la nueva actividad nocturna en la ciudad y estudia perimetrar y aumentar controles en puntos calientes de la Mercè

Ambiente nocturno durante las fiestas de Gràcia.

Ambiente nocturno durante las fiestas de Gràcia. / Manu Mitru

Patricia Castán

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Ha sido como destapar una botella de cava una y otra noche. La complicada y paulatina vuelta la 'normalidad' tras los meses más duros de pandemia ha disparado la agitación en los espacios públicos de Barcelona como puntos de encuentro y ansiada "descompresión". Tanto, que para pacificarlos el ayuntamiento ha orquestado este verano durante junio, julio y agosto el desalojo de 271.000 personas (en 2.080 espacios) y ha impuesto 7.612 sanciones por infracciones de la ordenanzas municipales --sobre todo, incivismo y consumo de alcohol--, además de 3.088 por vulnerar las restricciones sanitarias por la covid-19. El balance tendrá como primera consecuencia la creación de una mesa municipal de abordaje de la nueva actividad nocturna, pero con efecto más inmediato ha llevado al área de Prevención y Seguridad a analizar hasta una veintena de escenarios de la Mercè donde podrían redoblarse los controles de acceso y las medidas preventivas cara al incivismo o a evitar las escenas vistas en las últimas fiestas mayores de barrio.

El teniente de alcalde de este ámbito, Albert Batlle, ha explicado este martes que la pandemia ha dejado en la ciudad cambios de hábitos que abarcan desde un uso más intensivo de la vía pública hasta una mayor exigencia de silencio y descanso por parte de vecinos que se han acostumbrado a la calma de los tiempos de confinamiento o toque de queda. El edil cree que las dos opciones pueden encajar en Barcelona, bajo la consigna de "una noche cívica y segura". "La gente ha querido disfrutar del verano y la noche". Y aunque la mayoría se ha comportado correctamente, ha subrayado, "hay conductas que no se pueden tolerar".

En este sentido, no ha escatimado elogios a las fuerzas de seguridad porque aunque haya habido "congestión e incivismo", "no se han producido incidentes muy graves" vistos en "otros municipios", en alusión a enfrentamientos con las fuerzas policiales. Un orden que se ha tratado de imponer desde el consistorio con una media de 283 agentes municipales las noches de fin de semana (la mitad en servicio ordinario y el resto por horas extras), en operativos a los que en ocasiones se han sumado los Mossos d'Esquadra. Batlle ha insistido en que la Guardia Urbana se ha reforzado en los últimos dos años y aún lo hará más con la inminente promoción de agentes a punto de incorporarse. "La presencia policial es necesaria, pero no suficiente" para mantener en equilibrio la convivencia, ha insistido apelando de nuevo al civismo.

Sin impunidad

Evitar los enfrentamientos no ha implicado "impunidad", ha enfatizado. El intendente mayor de la Urbana, Pedro Velázquez, ha precisado que se ha desalojado a 271.000 personas en 2.080 escenarios (muchos repetidos una y otra noche), en ocasiones en concentraciones de menos de un centenar de personas, pero también en aglomeraciones de más de 2.000, como durante las fiestas de Gràcia o Sants. Si las condiciones de seguridad lo han permitido, ha destacado, para aplacar los excesos se han aplicado (entre junio y agosto) 7.612 sanciones, mientras que con otras 3.088 se han tratado de frenar imprudencias sanitarias como no llevar mascarilla o no mantener las distancias de seguridad. Los otros dos ámbitos en que se ha puesto el acento han sido las intervenciones preventivas para "minimizar el impacto vecinal" y de protección del servicio de mantenimiento y limpieza.

En plena recta final de verano y ante la complicación que implica no contar aún con una opción reglada de ocio nocturno --Batlle ha vuelto a reivindicar esos "espacios de descompresión" de la mano de un sector "comprometido" con la convivencia y los protocolos sanitarios--, ha anunciado la creación de una mesa de trabajo y abordaje integral desde el municipio. La presentará como medida de gobierno en la próxima comisión de Presidencia y contará con todas las áreas implicadas (de Mantenimiento a Seguridad), los grupos municipales, entidades y sectores económicos, de cara a acordar actuaciones a corto plazo, pero también a largo término. Además, instará a la Generalitat a crear otro mecanismo similar "a nivel de país".

Riesgos en la Mercè

La nueva prueba a la que se enfrenta su área este agitado verano serán las fiestas de la Mercè. Pese a que el Icub organiza las actividades, siempre con reserva y con aforos reducidos, es evidente que del 23 al 26 de septiembre habrán concentraciones en espacios no habituales (más allá de plazas y playas de fin de semana). Velázquez dice que habrá un operativo coordinado con mossos y están estudiando entre 15 o 20 espacios cuyos "riesgos se analizarán" para ver si son necesarias medidas como vallas perimetrales que faciliten su control --de ser posible--, así como el incremento de controles de acceso previos disuasorios (decomisando elementos que puedan suponer riesgos e incluso alcohol, ha planteado) e incluso identificación de personas que presenten conductas que se salgan de la normativa. En cualquier caso, los escenarios no serán este año multitudinarios, como pudiera ser la avenida de Maria Cristina, sino de pequeño o mediano formato.