Jaleo y disturbios

Los botellones desbordan Sants en su última noche de fiestas

Algunos puntos del barrio se volvieron a llenar de jóvenes bebiendo sin control y se repitieron los enfrentamientos con la guardia urbana

"Esta vez se han pasado de verdad", protestaban ya por la mañana los vecinos del barrio, con el temor a un rebrote del covid en la zona

Multitud y avalanchas en la última noche de Sants

María Jesús Ibáñez

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El Sants que desmonta tarimas, recoge sillas de madera y barre el trozo de acera por la mañana se ha juntado este domingo con los últimos grupos de jóvenes, muchos con profundas ojeras, rímel corrido y camisetas negras de grupos musicales. Nada que sorprenda en un barrio que celebra su último día de fiesta mayor, si no fuera porque estamos aún en pandemia y porque unas horas antes, a las cuatro de la madrugada, se había tenido que desalojar, a golpe de antidisturbios, a varios miles de personas que celebraban un macrobotellón en la plaza de la Espanya Industrial. Sin mascarillas ni distancias de seguridad y, una noche más, con momentos de alta tensión con la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra. De nada sirvió el llamamiento al orden que había hecho el ayuntamiento horas antes.

Motos volcadas por el suelo, brigadas de limpieza que trataban de adecentar las calles a un ritmo casi frenético, a manguerazos y con una cohorte de vehículillos escoba. Solo del tramo final de la calle de Premià, en el trozo que colinda con el parque, puede haber salido alguna tonelada de residuos, con sillas de terraza incluidas. El olor a orín dominaba la escena. Los restos de la desbandada y del lanzamiento de objetos eran notables. "Es que han venido más de 10 furgones de antidisturbios y la gente se ha asustado y ha echado a correr un poco sin saber hacia dónde", protestaba una chica que, según contaba, estuvo un rato en la fiesta. El balance oficial de la intervención policial y la consiguiente batalla campal fue de varios heridos leves, entre ellos seis agentes de los Mossos d'Esquadra y un detenido acusado de atentado contra la autoridad.

Caída al saltar un muro de tres metros

Tras la finalización de la última actuación musical de la fiesta alternativa de Sants, decenas de jóvenes siguieron la fiesta en el parque, haciéndose fuertes ante el desalojo policial. En uno de los accesos al recinto, dos jóvenes que intentaban salir por un lateral cayeron desde un muro de unos tres metros de altura y uno de ellos tuvo que ser evacuado en ambulancia. Muchos grupos iban cargados de bolsas con bebida y con neveras, y a medida que fueron transcurriendo las horas y se caldeaba el ambiente, empezaron a producirse algunas peleas. En una de esas riñas, a un chico le rompieron una botella de cristal en la cabeza y tuvo que ser atendido por los servicios sanitarios.

A media mañana, cuando el barrio despertaba de la resaca y los vecinos jaleaban a los ciclista participantes en una carrera popular, los estanques de agua de la Espanya Industrial, pese a los esfuerzos de los equipos de limpieza exprés, seguían rebosando basura, mientras bajo el cartel de 'Festa Alternativa de Sants', un grupo de hombres de diferentes edades jugaban un partidillo de fútbol y otros paleaban en el frontón. "No te metas en el agua, Bobby, que está muy sucia", le gritaba Antònia a su perro, con el que se había acercado a ver de primera mano los restos de la noche. "Esta vez se han pasado de verdad", protestaba la mujer, que vive en una calle cercana. "Porque es que si ahora vuelve a subir el covid, ya sabemos quién ha contribuido", sentenciaba la septuagenaria. "Y a mí que no me digan nunca más que esto de los botellones es cosa de cuatro críos con ganas de fiesta, porque aquí anoche eran miles", observaba Dolores, dueña en este caso de Codi.

Reacciones violentas

La policía lleva días advirtiendo de las violentas reacciones que se están encontrando en algunos casos cuando acuden a desalojar aglomeraciones de este tipo. No solo han pedido más refuerzos para atender la proliferación de botellones simultáneos en distintos puntos del territorio, sino para poder contener posibles agresiones que podrían estar vinculadas a movimientos antisistema y de contrarios a las restricciones anticovid. El fenómeno no solo se produce en Catalunya. En el País Vasco, este mismo domingo ha habido 15 detenidos en San Sebastián y Hernani por enfrentarse a la Ertzaintza cuando iba a ser desalojados de las calles donde estaban formando grupos que superaban el límite y bebiendo.