Modelo de ciudad

El futuro imperfecto del Eixample

Urbanistas, ecólogos y expertos en movilidad discuten el porvenir del distrito central de Barcelona sin una fórmula homogénea sobre la mesa

plano topográfico cerdà

plano topográfico cerdà / Archivo Histórico de la Ciudad

Carlos Márquez Daniel

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Billy Lambe fue el primer entrenador del Barça. Se hizo cargo del equipo en 1912. Le pasó un poco como a Ildefons Cerdà con el Eixample, que al no tener antecedente el margen de error era infinito. Ambos pudieron proyectar partiendo prácticamente de cero, ya fuera un plantel de fútbol o la nueva centralidad de una ciudad que no tuvo más remedio que expandirse porque dentro de las murallas la mugre casi andaba sola por las calles. Comparen con el presente. Cualquier técnico que hoy se haga cargo del FC Barcelona tiene más 120 años a sus espaldas, observándole, y cualquier movimiento se analiza con lupa. Sucede lo mismo con el urbanismo, puesto que la capital catalana, que como decía Josep Lluís Núñez es una ciudad que lleva el nombre del club que él presidió entre 1978 y 2000, tiene escaso margen para generar nuevos espacios públicos (ya saben, mar, montaña y dos ríos) y la única alternativa es reinterpretar lo que se hizo en el pasado. Eso es precisamente lo que pasa en el Eixample. Y como en el deporte rey, el debate no es homogéneo.

Este martes han dado comienzo unas jornadas que bajo el título de 'El Eixample y la metrópoli de Barcelona: un cruce de futuros' intentan arrojar algo de luz sobre el provenir del distrito que Cerdà proyectó hace más de 160 años. Les ahorraremos el palo histórico, pero recuerden que el urbanista no ganó el concurso municipal (el vencedor fue el plan radial inspirado en París planteado por Antoni Rovira i Trias) y que fue Madrid quien acabó imponiendo la propuesta de Cerdà. El caso es que la pandemia, las nuevas prioridades urbanas y sociales, la contaminación del aire y el debate sobre la movilidad del mañana han derivado en un enconado debate sobre el modelo de ciudad, algo muy gordo que cuando sale a escenas obliga a recordar la transformación previa a los Juegos, la recuperación del litoral, la política de escaleras mecánicas en barrios verticales, la apertura de la Diagonal al mar, las supermanzanas, la recuperación de Glòries o la gran cicatriz ferroviaria de la Sagrera, entre otras intervenciones que acaban configurando el ADN de la ciudad.

Ambiente en la supermanzana de Sant Antoni, junto al mercado, a principios del mes de marzo

Ambiente en la supermanzana de Sant Antoni, junto al mercado, a principios del mes de marzo / Álvaro Monge

De ahí que se haya abierto el melón sobre qué hacer con el Eixample, donde se concentra el aire más sucio (la estación meteorológica es siempre la que aporta peores datos, junto con la de Gràcia), el tráfico más denso y la contaminación acústica. En el debate de este martes debía participar Carlos Moreno, el padre de la teoría de la 'ciudad de los 15 minutos' de París. Pero no ha podido ser. Habría versado sobre la ciudad policéntrica en la que todo lo necesario para el bienestar social esté a un cuarto de hora de casa. Aquí, con los barrios que fueron pueblos, parece un plan mucho más plausible. Pero a pocos minutos del acto, ha excusado su presencia.

Mundos peligrosos

Sí ha intervenido el catedrático de Urbanismo de la UPC Miquel Corominas, un hombre ya veterano y eso siempre es sinónimo, y es de agradecer, de hablar sin demasiado filtro. Su tesis es que el Eixample está bien como está, con un buen equilibrio entre uso residencial y de oficinas, con una orientación ideal respecto al sol, con un alcantarillado (los fans de Monty Python se acordarán de 'La vida de Brian') . Apuesta por perdurar el modelo actual antes de entrar, ha defendido, "en el peligroso mundo de las supermanzanas, que son todo lo contrario que el proyecto de Cerdà porque es incompatible con algunos de los elementos más significativos del Eixample, como son el diseño de las calles y la homogeneización de la red viaria". Sí se ha quejado amargamente de lo que ha denominado como "carril Amazon", esto es, la gran cantidad de furgonetas de reparto que realizan el puerta a puerta no solo a comercios sino también a domicilios. Viene bien recordar que el transporte de mercancías supone el 20% del tráfico y el 40% de las emisiones derivadas de la circulación, así que tiene sentido, como ha sugerido, que los productos se recojan en una central logística que quede cerca de casa para evitar tanto trasiego y ocupación de carriles ante la falta de plazas de carga y descarga.

Carolyn Daher, experta en planificación urbana, medio ambiente y salud de ISGlobal ha aportado la visión más vinculada al bienestar de las personas. Ha recordado que estar bien no es solo una cuestión física o mental, puesto que también tiene mucho que ver con el entorno. El del Eixample, ha sostenido, no es muy sano por culpa de las emisiones contaminantes y el ruido de los automóviles y las motos. Ha recordado que el plan Cerdà era "en esencia una intervención de salud", pero la "ocupación de los espacios públicos (patios de manzana, por ejemplo) y el modelo de movilidad lo ha distorsionado todo".

El miércoles se hablará sobre ejes verdes, modelo económico y movilidad. No esperen un apretón de manos y todos de acuerdo. El Eixample, como el Barça, es más que un distrito.