'The Crown' y talento a la española

Los diarios, las revistas, las televisiones y las radios serían mejores si tuvieran en sus redacciones a más periodistas como Pilar Eyre. Digo esto porque Pilar es una de esas periodistas que siempre está detrás de la noticia. Luego, además, las sabe vender como nadie. A todo eso, no para. Esta semana hemos conocido que su libro ‘Yo, el Rey’ se convertirá en serie de televisión. Fue publicarse la novela y Mediapro le compró los derechos.

La llamé en cuanto salió el notición. Está instalada en Llafranc, de hecho, no volverá a Barcelona hasta septiembre. Me cuenta que el Rey emérito ya lo sabe y que no le importa en absoluto. "No está nada preocupado, aunque está a la expectativa. Imagino que su única inquietud es que pongan a un actor guapo y atractivo…". Me explica también que el primer capítulo ya está en marcha y que su deseo es que se conozca al Rey como persona. Entrando en materia, comenta que al emérito siempre le han gustado las italianas y que, ahora, la persona que más habla con don Juan Carlos I es su sobrina Simoneta.

¡Ah! Y al final, primicia. Hablando de sus planes de futuro Eyre me confiesa que está preparando una novela sobre Barcelona. La entregará en primavera y transcurre desde los años 70 hasta los Juegos Olímpicos del 92. Trata sobre la evolución de la mujer durante estos años a través de la historia entre una madre y su hija. Habrá personajes reales y, como suele pasar en sus libros, ella también será protagonista … Lo dicho. No para.

El emérito y Rafaella Carrá

Respecto a las amantes italianas del exmonarca, recuerdo en un texto publicado por Eyre donde contaba que, Juan Carlos, en una ocasión, en el tradicional discurso de Navidad, lució una corbata verde de Hermés regalo de una conocida actriz y presentadora italiana…. Pues sí. Cuentan que el obsequio fue de la recién fallecida Rafaella Carrá.

Por cierto, le pregunto a Carlos Latre por una fotografía donde aparece junto a Carrá. Latre está en Madrid, bueno, ya vive en Madrid. Está en plenos ensayos de 'Golfus de Roma'. No se ha ido por voluntad propia ni es el primero. En el mundo del teatro, el espectáculo y la televisión, la oferta laboral de la capital está muy por encima de la de Barcelona. Una pena. En fin, que me explica que participó en un programa con Rafaella Carrá y que le propuso que se fuera a trabajar con ella a Italia. "Era una tía espectacular. Italiana, pero trabajaba como una alemana. Era muy ordenada y no dejaba nada para la improvisación. Aprendí mucho de ella". 

Dos científicas de las que se hablará

La Fundación Banco de Sabadell celebró este martes la noche más esperada del año. Me refiero a la entrega de los premios a las Ciencias y la Ingeniería y a la Investigación Biomecánica. Recibieron el galardón dos investigadoras de alto voltaje y con unos currículums imposibles de reproducir en unas pocas líneas. Son la doctora y científica madrileña Guadalupe Sabio y la profesora pacense Ana Tajadura-Jiménez. Dos mujeres jóvenes, agradecidas, con discursos sólidos y con un futuro que dará mucho que hablar.

Además, deleitaron a los presentes con una impagable clase magistral sobres sus trabajos. El premio, no está nada mal, 50.000 euros por cabeza. Al acto, no faltó el presidente de la Fundación, Josep Oliu, que realizó un certero discurso sobre el papel del banco en tiempos de pandemia, del estado actual de la economía y del apoyo a la ciencia por parte de la Fundación. También estaban el secretario del consejo, Miquel Roca y el 'exconseller' de Economía, Andreu Mas-Collell, en su condición de presidente del jurado. Por cierto, que Mas-Collell no está viviendo sus mejores días con la amenaza de embargo por parte del Tribunal de Cuentas. Faltó, eso sí, el nuevo CEO, César González-Bueno, que anda de reunión y reunión entre Madrid y Barcelona. Y estaban, como no podía ser de otra manera, los verdaderos artífices del éxito de la Fundación y que no son otros que su presidente, Miquel Molins, y la directora Sonia Mulero. Pues eso, mientras unos sufrían con la selección de Luis Enrique, en la sede del Sabadell se premiaba al talento. Al verdadero talento.