Un emblema de la ciudad

Barcelona compra El Molino por 6,2 millones

Colau anuncia que convertirá el teatro en un equipamiento cultural público de gestión privada, reabierto en 2022

“No quería verlo convertido en un puticlub”, afirma su hasta ahora propietaria, Elvira Vázquez, que rechazó ofertas superiores

Fachada de El Molino

Fachada de El Molino / Elisenda Pons

Toni Sust

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“No quería ver El Molino convertido en un puticlub”. Elvira Vázquez, conocida empresaria y principal responsable de Ociopuro, empresa propietaria de del teatro de variedades, ha resumido con esta contundencia por qué decidió rechazar las ofertas de empresas privadas para la adquisición del histórico establecimiento y por qué prefirió venderlo al Ayuntamiento de Barcelona, que este viernes ha anunciado que efectuará durante las próximas semanas la compra del local por 6,2 millones de euros, partida reservada ayer en la comisión de gobierno del consistorio.

Se trata de una cantidad claramente inferior a la inversión de los últimos años en el teatro, que Vázquez ha cifrado en unos 25 millones de euros. Un dinero que tendrá su efecto: el edificio no requerirá reformas y está preparado para afrontar su nueva etapa, que será la de un teatro de titularidad pública con gestión privada. Un modelo que según ha explicado el delegado de Derechos Culturales, Daniel Granados, será “transdisciplinar” y mantendrá la línea de la Casa de la Música y la Sala Barts, no circunscrito a una sola actividad.

El riesgo del fondo buitre

“Era fundamental salvar El Molino”, ha afirmado la alcaldesa, Ada Colau, que ha anunciado la operación junto a Vázquez y Granados. “Es un equipamiento de referencia, queridísimo por la ciudad, un emblema de Barcelona”, ha dicho la alcaldesa, que ha recordado que llevaba dos años cerrado y ha explicado que la intención del ayuntamiento es reabrirlo en 2022. El riesgo, ha subrayado, era que un fondo buitre se hiciera con la propiedad y no respetara la identidad del establecimiento.

Colau ha agradecido a Vázquez su “amor” por El Molino y la empresaria ha confirmado esa estima en una exposición emocionada, a la par que argumentada y detallada, en la que ha repasado el trabajo hecho en el teatro, que ha definido como su “hijo” y del que ha advertido que estará muy atenta al trato que recibe en adelanto.

Vázquez ha sido la estrella de la comparecencia. Ha proclamado: “Tengo dos sentimientos: el corazón roto pero la cabeza muy bien. Entiendo que es una solución muy buena. El Molino es un hijo que ha cumplido 21 años, se ha doctorado. Se han hecho cosas maravillosas. Nunca hemos pedido subvención, creí que era lo mejor. Estoy feliz porque confío en que haréis lo que el Paral·lel y su gente, y los que empezamos esto, queremos”.

Además de recalcar que ha recibido muchas ofertas de compra, “de rusos, de chinos”, y de precisar que la última llegó ayer, Vázquez ha hecho una larga lista de agradecimientos a los vecinos, a las entidades de la zona y a representantes municipales de distintos gobiernos, empezando por los alcaldes anteriores  Joan Clos, Jordi Hereu y Xavier Trias, y con una mención a varios concejales del actual gobierno y de anteriores: Jordi Martí, Imma Moraleda,  Ramón García-Bragado, Antoni Vives y, de forma especial, a Janet Sanz.

El Molino abrió sus puertas en 1898, con el nombre Pajarera Catalana. A partir de 1910 se denominó Petit Moulin Rouge.Tras la guerra civil, llamar rojo a algo pasó a ser complicado, además de que las rotulaciones en idiomas extranjeros tambiérn fueron cuestionadas. Por ello, el local pasó a conocerse como El Molino en 1939.

En 2016, la empresa de Vázquez se planteó vender el edificio a un propietario que aceptara alquilársela para mantener la actividad artística en régimen de alquiler. Entonces, se calculaba que el edificio, de siete plantas, con 2.350 metros cuadrados y ya reformado, podía costar unos 20 millones de euros. Ociopuro había adquirido El Molino después de su cierre, en 1997. La frase contundente de Vázquez tiene sentido: por aquel entonces, un grupo de empresarios estuvo cerca de convertir el inmueble en un negocio dedicado a la prostitución.

Ante el anuncio de que se ponía a la venta hace cinco años, el entonces concejal de Arquitectura, Daniel Mòdol, declaró a este diario: "Estaremos atentos a lo que pase con el local, no tanto por las ofertas que puedan llegar como por el uso que se quiera dar al edificio”.  

El caso del Arnau

Preguntado por el caso del Teatro Arnau, de propiedad municipal y pendiente de reforma, Granados ha explicado que el dinero necesario para afrontarla está por confirmarse y que en cuanto esté disponible se procederá a la remodelación. Es decir, no hay fecha prevista.